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miércoles, 18 de junio de 2008

Seminario 2005



En el 2005, fue el I seminario de comunicación, tuvimos
la siguiente imagen.

El primer Seminario De Comunicación Comunitaria, Alternativa y Popular se propuso ser el escenario de discusión de temas centrales como lo son: Comunicación, Política y Educación ante los retos que se imponen hoy de resignificación del rol de los Ciudadanos y Ciudadanas siguiente Imagén.

Porgramación Seminario

III SEMINARIO DE COMUNICACIÓN
COMUNITARIA, ALTERNATIVA Y POPULAR
EN EL VALLE DE ABURRÁ
“COMUNICACIÓN URBANA Y RURAL PARA EL DESARROLLO SOCIAL”

Presentación

La Facultad de Comunicaciones de la Fundación Universitaria Luis Amigó y AFMI Comunicaciones, Promueven El III Seminario de comunicación comunitaria, alternativa y popular en el Valle de Aburrá, a celebrarse por tercera vez en el municipio de Itagüí, para potenciar la esfera política y la promoción de la ciudadanía crítica.

Objetivo
Promover un espacio de reflexión en torno a la responsabilidad de la comunicación alternativa, comunitaria y popular, la cual aporte a la construcción de comunicación y el fortalecimiento de la participación ciudadana desde un enfoque diferencial.

Fechas
Mayo 9 y 10 de 2007

Tiempo de Duración
2 días con 4 bloques temáticos

Horario
De 8:00 a 12:30 m.
De 2:00 a 6:00 p.m.

Lugar
Auditorio Cultural Biblioteca de Itagüí;
Dirección carrera 51 No. 48-71.
Previa Inscripción al buzón 2826947 o al 3763780, 372 97 70, 311 3770124,
Correo electrónico afmicomunicaciones@yahoo.es.

Entrada Gratuita

Metodología
1. Presentación de ponencias con especialistas en el tema
2. Plenaria
3. Socialización de experiencias exitosas

Convocatoria
Estudiantes, docentes y directivos de las instituciones educativas del Valle de Aburrá, que promuevan los medios alternativos de comunicación; organizaciones pertenecientes a la Red de medios de comunicación comunitarios de Antioquia (Oriente-Suroeste); comunicadores de las ONG`S, gobierno, empresa privada, estudiantes y docentes de universidades e instituciones tecnológicas y técnicas del Valle de Aburrá y el Departamento de Antioquia.
Invita: Asociación Frecuencia Modulada de Itagüí- “AFMI Comunicaciones” y la Fundación Universitaria Luis Amigó.
Patrocina: Fundación Biblioteca de Itagüí Diego Echavarría Misas.

PROGRAMACIÓN
Primer día 9 de Mayo
MAÑANA
8:00 a 8:30 a.m. Recepción de asistentes
8:30 a 8:45 a.m. Apertura
8:45 a 9:00 a.m. Instalación y presentación del programa
9:15 a 10:00 a.m. Primer panel.
Tema: comunicación y cultura.
Ponente: María Nieves Betancur Ángel
Comunicadora Social de la Universidad de Antioquia, Especialista en Teorías en Métodos de Investigación Social de la U de A. Magíster en Educación y Desarrollo Humano Universidad de Manizales y el centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano. CINDE.
10:00 a 11:00 a.m. Segundo. Panel
Tema: Periodismo Urbano
Ponente: Luís Daniel Botero.
Comunicador Social y Periodista de la U.P.B. Especialista en Periodismo Urbano.
11:00 a 11:15 a.m. Receso
11:15 a 12:30 m. Plenaria socialización de relatorías.
12:30 a 2:00 p.m. Cierre.

TARDE
2:00 a 2:15 p.m. Apertura
2:15 a 3.15 p.m. Primera Experiencia Periódico La URBE de la U de A.
3:15 a 4.15 p.m. Segunda Experiencia Programa Camino al barrio de Teleantioquia.
4:15 a 4:30 p.m. Receso
4:30 a 5:00 p.m. Relatorías y Cierre
Segundo día 10 de Mayo

MAÑANA
8:00 a 8:30 Recepción de asistentes
8:30 a 9:00 Instalación y presentación del programa.
9:00 a 10:00 a.m. Primer Panel.
Tema: Comunicación Pública
10:00 a 11:00 Segundo Panel.
Tema: Comunicación y Cine
Ponente: Jader Cartagena Martínez
Artista Plástico de la Universidad Nacional, Especialista en Guiones para Cine, Televisión y Radio y Docencia Investigativa.
11:00 a 11:15 a.m. Receso
11:15 a 12:30 m. Plenaria y Socialización de relatorías.
12:30 m. a 2:00 p.m. Cierre

TARDE
2:00 a 2:15 p.m. Apertura
2:15 a 3.15 p.m. Primera Experiencia de medios alternativos con la Alcaldía de Medellín.
3:15 a 4:15 p.m. Segunda Experiencia en cultura urbana.con el Grupo Movimiento Urbano
4:15 a 5:00 p.m.- Socialización de relatorías
Intercambio comunicacional y emisión de comunicado público.
5:00 a 5:30 p.m. Presentación artística con ESTEBAN PUERTA.
5:30 a 6:00 p.m. Entrega de certificados y despedida.

Seminario




Seminario de Comunicación Comunitaria, Alternativa y Popular en el Valle de Aburrá, llegó a su cuarta version este año, un proyecto que ha beneficiado a cerca de 1500 personas.

martes, 17 de junio de 2008

Seminario 2007

III Seminario de Comuniacción, Comunitaria, alternativa y popular en el Valle de Aburrá.
2007.
Mesa Principal: de izquierda a derecha: Gustavo Gómez- Coordinador Cultural de la Biblioteca de Itagui; Carlos Mario Posada- Cordinador cultural de la Administración Municipal de Itagui; Paula Cardona- Representante Legal de AFMI Comunicaciones; Leni López- Cordinadora Académica de AFMI Comunicaciones; Jader Cartagena- Profesor de la Funlam.


Una de las ponentes...




jueves, 22 de mayo de 2008

Memorias II Seminario de comunicación


  • otro de los encuentros académicos que hacemos en el año
  • El afiche que tuvimos en el conversatorio:



Medellin, Mayo de 2006 <> Fundación Universitaria Luis Amigó <> Facultad de Comunicación Social <> Octava edición
Fotografía: http://www.lacolifata.org/

Por Octavio Gómez Velásquez
En: Conferencia II Seminario de Comunicación Comunitaria y Alternativa. Universidad EAFIT, 2006
.


Apuntes para comenzar una reivindicación de lo que tenemos que decir Una hipótesis, para que intentemos convertir en realidad: la paradoja de las comunicaciones en el Siglo XXI es que, mientras más grande, agresiva, poderosa en términos financieros, más ambiciosa sea la tecnología aplicada por los grupos mediáticos internacionales, mayores serán las oportunidades de comunicación de las formas locales, populares y alternativas.Para que eso se logre, quienes estamos en el mundo de las comunicaciones y de la educación, en uno o en ambos, deberemos empezar por reconocer dónde y cómo seremos eficientes. Y lo primero para reconocer eso es saber en qué no tendremos que competir con la oferta mediática que viaja por el satélite ni la que se basa en complejas, costosas y alejadas plataformas tecnológicas.Reitero: hoy –y en adelante- más que nunca tenemos la oportunidad de hacer parte, importante, fundamental, de desatar procesos de comunicación, educación y participación social a partir de los conceptos de comunicación y educación.Pero, para eso, tenemos que cambiar algunos paradigmas que todavía, tanto a educadores, comunicadores y comunicólogos nos pesan en la conciencia, en las creencias o en las prácticas.Para tratar de ilustrar estas afirmaciones, voy a contar dos historias, que viví o que me han referido algunos quienes las han visto.

1. La Colifata.En diciembre de 2001, los únicos que pudieron prever la crisis financiera en Argentina fueron quienes la causaron, es decir, un grupo de banqueros y otro de políticos.A los demás, millones de personas, nadie les notificó que un día cualquiera iban a amanecer pobres. Así entró la mayoría de esas personas al tercer mundo, por la puerta de la peor crisis financiera que hubieran imaginado. Ese día, en especial amplios sectores de la clase media argentina, se sintieron, por primera vez latinoamericanos, no mucho mejores que los bolivianos, que los peruanos o que los colombianos. Era la misma sensación que, en 1976, habían vivido los argentinos que se fueron a la cama en la democracia y se levantaron en plena dictadura. Lo que pasa es que, para diciembre de 2001, la dictadura ya no era militar. Era, tal vez, una peor por violenta y cruel: la pobreza.Uno de esos nuevos pobres era un estudiante de trabajo social de la Universidad de Buenos Aires quien, por esos días, comenzaba sus prácticas profesionales.Le había tocado en suerte ir a un hospital siquiátrico –aquí los llamamos todavía como hace cien años, manicomio- y su trabajo consistía en sacar a los internos a tomar el sol y a desarrollar unas mínimas actividades lúdicas que les mejoraran la precaria condición cotidiana de la mayoría de enfermos.El prácticamente de marras estimó que, para documentar su trabajo, debería grabarlo en cintas de casete. El aparato, tan útil en estas tierras para tomar declaraciones de políticos, accionó un mecanismo que algunos pacientes tenían dormido: una innata vocación por hablar.

El practicante apenas tenía tiempo de grabar las referencias técnicas del trabajo cuando ya dos de los pacientes habían tomado el mando de la situación y, en pocos días, habían entrevistado a todo el personal del siquiátrico: médicos, enfermeras, auxiliares, administradores, pacientes y hasta los pocos visitantes que recibían semanalmente.El practicante le contó esa historia a un conocido suyo, a la sazón trabajador gratuito de una emisora barrial de las muchas que emiten por cuadras en la capital argentina. Este le propuso que llevara las cintas grabadas por los internos para que fueran radiadas, una vez por semana, por el populoso barrio de Barracas.El espacio con las entrevistas empezó a salir al aire las mañanas de los sábados en un país, en una ciudad cuyos habitantes, por esos días sólo pedían “que se vayan todos”, en referencia al enorme descrédito que lograron los políticos al robarse, entero, uno de los países más prósperos del hemisferio.El programa, al contrario de lo que se podría creer, llamó la atención de la gente. Quienes atestiguaron el fenómeno dicen que una de las claves del éxito inicial fue la racionalidad encerrada en las conversaciones de los locos, la lucidez traída a la actualidad por esos que la medicina siquiátrica consideraba incapaces o alterados, la esperanza de sus palabras en el encierro y, en pocas semanas, el programa ya era retransmitido por otras radios barriales.Un par de meses después alguien, otro de otra radio, llegó al hospital siquiátrico. Llevaba un viejo equipo transmisor. Decía que el programa debería ser una franja de programación y que los nuevos periodistas deberían acompañar más tiempo a los confundidos oyentes de la racionalidad de afuera.Los responsables del hospital aceptaron, a condición de que existiera una supervisión médica sobre el trabajo de sus paciente y lo que siguió fue bautizar a la nueva emisora cuya potencia apenas pasaba los confines del recinto hospitalario.El nombre lo aportó un loco boliviano que tenía más de 30 años de confinamiento. Debería llamarse radio La Colifata. Colifato es una expresión del argot llamado “lunfardo”, ese que hablaban los barriobajeros del viejo Buenos Aires, que era de la delincuencia y que algunos nostálgicos conocimos en Medellín por cuenta de los tangos agresivos y peleadores de Alberto Echagüe o desgarrados de Edmundo Rivero.Colifato es el nombre que le daban, cariñosamente, a los loquitos. No podía llamarse de otra manera la radio de los loquitos del siquiátrico bonaerense.La Colifata salió al aire bajo la dirección del practicante de Trabajo Social. Hicieron un mínimo noticiero, con noticias de verdad, emitieron –gracias a la solidaridad de los vecinos- música para ser presentado por los colifatos. Las entrevistas se extendieron por fuera de los muros del hospital y uno de los programas, dedicado a recordar la música más argentina de todas, el tango, se convirtió en la estrella de la programación. Lo dirigía un paciente que apenas hablaba con los demás. Resultó que en su vida de cordura había sido un cantante aficionado que conocía de memoria grandes pedazos de la historia del género y en la vida de aquella locura en forma de emisora llegó a su punto culminante un día cuando llamó, por teléfono, para entrevistarlo en directo para sus oyentes, al poeta Horacio “el loco” Ferrer, el compositor de uno de los tangos más famosos en la historia del género: “Balada para un loco”.La Colifata consiguió, como todo lo demás, un viejo automóvil. Los locos salieron, entonces, a recorrer ese enorme país de pampas, vacas y viñedos, encabezando una colecta para conseguir comida, ropa vieja, libros usados, cuadernos, que fueron repartidos entre las familias que, por obra de la crisis económica, habían quedado en la miseria que, en realidad, era y son miles.Allá, hoy, están los colifatos. Diciendo sus ilusiones, todos los días, un rato en la mañana y otro en la tarde, con el mismo transmisor viejo, con el mismo automóvil viejo. Ahora los retransmiten otras ondas barriales en ese caos de 25 millones de personas que es Buenos Aires.La historia, aun joven, completamente local de la radio La Colifata, me plantea varias cuestiones y por eso no quise ahorrar detalles –aunque sé muchos más- alrededor de los años de la crisis, de los nuevos periodistas y de los logros que se pueden alcanzar si las comunidades de base, como nos llamaron los viejos teólogos de la liberación, pensamos en lo que podemos hacer.


2. El parcero MiguelHace poco más de dos semanas, un funcionario de la Secretaría de Educación Departamental, a quien no conocía, me invitó a participar en un espacio de televisión regional para hablar del día del idioma, de los usos del lenguaje, del reggaeton y de una vieja crónica que publiqué, creo, hace 15 años en el diario El Colombiano.Se trataba la historia esa de un breve y mal compuesto relato de lo que contenía El Quijote de La Mancha, publicado, también, a propósito de otro día del idioma. Lo escribí pensando en hacer un divertimento, una lectura distinta en medio de los reportes en profundidad que los periódicos publican los domingos y el divertimento consistía en relatar, en poco más de 70 líneas, la épica, la humanidad, la solidaridad, la tristeza, la alegría, la derrota, la muerte y la vida contenida en el relato de Miguel de Cervantes, pero empleaba los términos –algunos, los publicables, claro- de una naciente jerga barrial: el parlache. Por eso, el titular anunciaba algo de la intención del juego.A un amigo, el caricaturista Esteban París, le pedí la ilustración que hiciera juego con la intención del juego y él, mucho más claro que yo, logró una divertida ilustración de un quijote de barrio, de la comuna, parecido a gente como la nuestra.Bien: al lunes siguiente a aquella publicación se produjo una aún más divertida polémica entre los lectores del diario leer de los antioqueños. Algunos, los más serios, reprocharon mi falta de respeto con ese texto fundamental de la lengua castellana.Decían que mi falta de respeto apenas era superada por mi ignorancia –cosa que era cierta, a pesar de que a esas alturas de mi vida ya había leído al menos unas cinco veces El Quijote-, que esas cosas no las podía permitir un medio tan serio como serio es el principal diario antioqueño, que debería pedir disculpas públicas por la susodicha afrenta, que los libros son sagrados, que si así trataba al clásico de la literatura hispana, cómo trataría a mi mamá y hasta un llamado de atención, muy prudente, recibí de uno de mis jefes de entonces.Pero, como toda polémica tiene otra u otras aristas, lo mejor estuvo del lado de muchos profesores de español: muchos llamaron o me hicieron saber a través de otros colegas suyos que la mala escrita versión en parlache, breve y poco sustanciosa, les había dejado la puerta abierta a sus estudiantes –y no a los profesores- para querer buscar la versión íntegra, clásica de El Quijote.La cosa era que pintaba a un Quijote, no en la desértica Mancha, en la meseta española, si no en los vericuetos que llamamos barrios. Decía las cosas como las decían los adolescentes de entonces, describía a doña Dulcinea en términos de su parcera y así hasta la última línea de aquella galera que la gente premió con el cariño de su recuerdo.El funcionario que me invitó, hace un par de semanas a la televisión regional, resultó ser uno de esos profesores de español que, crónica en mano, les abrió a sus estudiantes la maravilla de ese relato y que ellos, más contentos que obligados, pasaron por el umbral de las mejores páginas escritas en español.Sin saberlo, sin intentarlo, sin quererlo, les propuse a los profes de español que se valieran de los argumentos de la vida cotidiana para que entraran al mundo del arte, esta vez sí, acompañados de los muchachos.El mal relato, digo, salió en un medio de comunicación tradicional, grande, demasiado institucional como para permitirse esas ventoleras con frecuencia. Lo que digo es que la crónica funcionó como una alternativa, fue una opción en aquel momento. Sin saber, repito, sin querer, hice mi primera incursión en el territorio híbrido de la comunicación y la educación, entendidas ambas como áreas específicas de la investigación.

3. Educación y comunicación.En la Facultad de Comunicación de la Fundación Universitaria Luis Amigó se viene planteando, hace ya más de siete años, un debate muy serio, muy profundo sobre las zonas grises que comparten la educación y la comunicación, se habla de hibridaciones para determinar esas zonas grises donde la investigación en ambas áreas trabajan juntas, donde pueden compartir premisas y donde se puedan desarrollar diseños metodológicos comunes.Cuando me refiero a zonas grises hablo de aquellos lugares donde cada una cumple las funciones de la otra: del hecho incontrovertible de que todo acto de comunicación educa en algún sentido, y al hecho de que todo acto educativo es, en esencia, un acto de comunicación.La tarea ahora se centra en el hecho de convertir esos “actos” en procesos sistemáticos –perdóneseme si no digo sistémico- de comunicación y educación o, dependiendo del lugar de la epistemología que ocupemos, de educación y comunicación.Uno de los resultados maravillosos que ha ido entregando ese debate, esa reflexión, es que, para muchos el encuentro de educación y comunicación no necesariamente pasa por lo que conocemos como educación formal o por los lugares tradicionalmente usados para ese fin. Es decir, no necesariamente está en el aula tradicional.El segundo de los resultados maravillosos es que los procesos comunicacionales, en especial los que se producen en los medios de información colectiva, no son enemigos de los procesos educativos –nótese que por respeto al trabajo del educador, no uso la palabra pedagogía, por cuyo uso entramos en territorios mucho muy riesgosos para el tránsito de este simple comunicador-.

4. Lo que tendremos que buscarQue a los niños, por ejemplo, los medios de comunicación los tratan como si fueran discapacitados mentales, es cierto, tanto para divertirlos como para enseñarles.Que para muchas instancias de la educación formal, los medios de comunicación, en especial los audiovisuales, son la encarnación de Satanás, redivivo después de que la Iglesia decretara su defunción, también es cierto.Digo, que son ciertas ambas posturas, aunque ambas partan de hipótesis equivocadas: los niños no son discapacitados mentales. Los medios de comunicación, en especial los audiovisuales, no son el enemigo malo ni atacan la mentalidad de los más indefensos.Para los más jóvenes, y tengo que comenzar por los niños, los medios de comunicación son una parte natural del panorama. Nacieron con eso, viven con eso, reconocen con mayor facilidad los adelantos tecnológicos y los asumen tan rápido que a los mayores nos queda la opción del rechazo para no sentirnos en desventaja.Con este merodeo creo que puedo llegar hasta donde quiero. Estamos entrando en un proceso que pocos se esperaban. La práctica de algún modelo comunicacional –tal vez educativo, también- conduzca a la repetición del esquema aprendido, pero las cosas vienen dando vueltas demasiado rápido como para asumir que lo sabido y practicado es suficiente.Los colifatos me dieron esa lección: no bastan los medios, a los que tanto adoramos los comunicadores durante tanto tiempo. Cuando digo medios, me refiero a esos artilugios tecnológicos que terminamos por considerar más grandes que el problema por comunicar.Ahora, junto a la Internet y sus opciones informativas, de intercambio de pareceres, deseos y posibilidades, están los medios que ya conocíamos. Tenemos la palabra, esa que deberemos armar de sentido, dotarla de una capacidad explosiva tan grande e impactante que sirva para que alguien, en algún lugar, ojalá dentro de nuestros confines, encuentre una respuesta o, mejor aún, una pregunta.Sin embargo, para lograrlo, los que estamos a este lado del proceso comunicacional, los que habitualmente estuvimos como emisores en situaciones, tendremos que reaprender el oficio de perceptores en situación, para darle un nuevo sentido a nuestros públicos –si es que ahora sobrevivirá un concepto como el que teníamos de público o audiencia-.Ese camino con destino al re-aprendizaje del proceso comunicacional, va a superar la importancia de los medios, nos va a devolver la delantera sobre la tecnología que –últimamente- se convirtió en un asunto más importante que lo que decimos.Ya no se trata de que el árbol no nos deje ver el bosque. A veces, la cámara, el artefacto, no nos deja ver ni al árbol ni al bosque. Eso, fácilmente, lo podemos comprobar con las historias, anécdotas de aquí y de allá, de los colifatos y del viejo parcero Miguel. Ahora, tenemos que volver a salir a buscar la utopía para todos, los locos, los parceros, Miguel y nosotros.
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viernes, 16 de mayo de 2008

Reseña Historica




AFMI COMUNICACIONES
Comunicación para una ciudad participativa


Asociación Frecuencia Modulada de Itagüí, AFMI Comunicaciones nació en 1999 como consecuencia de la evidente necesidad de generar espacios que reflexionaran y formaran en torno al ejercicio comunicacional, su importancia y proyección municipal, regional y departamental.

Lo que comenzó como una respuesta inmediata a una necesidad específica, hoy se proyecta a través de un equipo de trabajo interdisciplinario que por medio de diferentes actividades ha conseguido en todos estos años, impulsar y promover la comunicación popular y alternativa.

Estamos convencidos de que el desarrollo de una región es sólo posible a través de estructuras de comunicación sólidas sustentadas en redes que garanaticen el manejo real y oportuno de la información.

Somos una región que debe mirarse a sí misma pero que, sin duda alguna, debe tomar conciencia de su papel global.

AFMI comunicaciones no sólo reconoce y difunde el papel definitivo que tienen los medios locales, comunitarios y alternativos sino que también ha generado espacios de formación y reflexión en torno al papel de quienes se han dado a la tarea de contar lo propio, lo cercano.
En 8 años de existencia hemos desarrollado talleres de formación para quienes asumieron el reto de convertirse en periodistas, reporteros y relatores de su realidad inmediata. A través de nuestros talleres hemos hecho conciencia sobre el uso de la voz y la palabra, la dimensión que cobra la expresión oral o escrita a la hora de describir u opinar sobre lo que sucede en nuestro entorno, la manera como un medio de expresión, comunicación o información puede cambiar la forma en que apreciamos el espacio inmediato, la región de la que hacemos parte, el mundo.

AFMI Comunicaciones ha hecho parte de la construcción de un público formado en la lectura interpretativa de la información. Hemos generado espacios que creen conciencia en torno al derecho inalienable a estar informados y el deber que implica transmitir la noticia. Hemos hecho parte de la formación de una comunidad que ha creado y conocido sus propios medios para comunicarse, y que ha fortalecido los diferentes canales de comunicación concientes de que son herramientas útiles en el desarrollo social, la denuncia, el cuestinamiento, la promoción de ideas, la posiblidadd de acercarse a sus vecinos, sus gobernantes o incluso compartir con otros que viven realidades similares o habitan espacios completamente diferentes.

Conciente de su compromiso comunicacional, en 2004 AFMI Comunicaciones crea el el programa Radial “La Bomba”, cuyo primer ciclo de producción se emitió a través de “Juventud Estéreo” y luego en la Emisora GALAXIA Estereo, emisora comunitaria del Municipio de Caldas- Antioquia, reconocido medio estudiantil del municipio. A través de este espacio fue posible hacer público nuestro quehacer, establecer contacto con la comunidad que habita Itagüí, sus necesidades, sus sueños, sus expectativas, la forma en que se recrea. Nuestro Segundo ciclo de producción reafirmará esta oportunidad de contacto y cercanía y por supuesto, asumirá los retos de la construcción de formatos que reflexionen en torno a nuestra realidad, que generen desarrollo, que estimulen la producción artística y cultural locales pero que también diviertan, formen y entretengan.

Otro de nuestros principales focos de interés se dirige hacia la creación de espacios para reflexionar en torno al ejercicio responsable de comunicar. Es así como con la presencia de importantes personalidades especializadas en temas relacionados con el periodismo, el derecho, la sociología, las diferentes vertientes de la comunicación, el arte y la política se han dado cita en nuestros Seminarios y conversatorios. Eventos que además han servido como escenario para el intercambio de puntos de vista y experiencias

El Seminario de Comunicación Comunitaria, Alternativa y Popular llega a su cuarta version este año un proyecto que ha beneficiado a cerca de 1.400 personas y en el que también han creido empresas como El IDEA, Empresas Públicas de Medellín, la Gobernación de Antioquia, Comfama, Alcaldía del Municipio de Itagui, la Cámara de Comercio del Aburrá Sur, la Fundación Biblioteca de Itagui, Coperativa Finaciera CONFIAR y la Compañía Nacional de Chocolates.

Nuestro compromiso se renueva en cada espacio de comunicación que la comunidad crea y legitima. Nuestra vista está puesta en el encuentro cercano con lo que somos, lo que nos conmueve, lo que nos hace parte de este espacio que compartimos. Sabemos que haremos presencia mientras haya algo que contar y que este oficio periodístico, al que Gabriel García Márquez ha dado en llamar “el más bello del mundo”, tiene en los medios alternativos, comunitarios y populares muchas rezones para seguir existiendo.

AFMI Comunicaciones, comunicación para una ciudad participativa

jueves, 15 de mayo de 2008

Muestra comunicacional

IV SEMINARIO DE COMUNICACIÓN
COMUNITARIA, ALTERNATIVA Y
POPULAR EN EL VALLE DE ABURRÁ.
Mayo 8 y 9 de 2008.

Muestra comunicacional:

miércoles, 14 de mayo de 2008

Presentación AFMI





AFMI COMUNICACIONES
ASOCIACIÓN FRECUENCIA MODULADA DE ITAGUI




¿QUIÉNES SOMOS?

Una persona jurídica de derecho privado, sin ánimo de lucro, de carácter cívico, cultural, social y comunitario, que ofrece; talleres, asesorías, acompañamiento a través de los diversos medios de la comunicación, con el ánimo de informar, formar y recrear de manera alternativa a la comunidad.


MISIÓN

Gestionar y desarrollar proyectos, recursos y actividades que propendan por el desarrollo de la comunicación alternativa con énfasis en educación.


VISIÓN

Somos en el 2012 una asociación impulsora promotora de la comunicación alternativa con énfasis en educación, en el ámbito municipal, departamental y nacional.


OBJETIVO GENERAL

Ø Generar desarrollo comunicacional.


¿QUÉ HACEMOS?

Talleres de capacitación y comunicaciones con énfasis en expresión oral y corporal.
Cada año gestionamos el Seminario de Comunicación, Alternativa, Comunitaria, y popular del Valle de Aburrá, ya en su cuarta versión.
Organizamos cada año el Conversatorio sobre Responsabilidad Social de los Medios alternativos de Comunicación.
Acompañamos y asesoramos en materia de comunicación alternativa.

Cine- Ojo

Cine-Ojo
Visión de un drama cotidiano en el Cine Colombiano.
mequierohastaelcielo@hotmail.com

Julieth Marín.
Rodrigo D. No Futuro (Víctor Gaviria, 1988) se concentró en la intimidad de
personajes registrados con tono documental, descubriendo en la ciudad de
Medellín un mundo que hasta entonces era visto como el tema de noticias
que seguían el viejo lema periodístico: “si sangra, vende”. Años más tarde,
la tradición que fue surgiendo para observar la ineludible sordidez que de-
fine en gran parte a Colombia, redescubrió a Bogotá con una historia policíaca:
La gente de La Universal (Felipe Aljure, 1995). Al impacto que abrumó
la moral conservadora cuando vio Rodrigo D. , siguieron las imágenes
de Aljure que tuvieron un efecto no menos contundente aunque atenuado,
en cierta forma, por tratarse de una historia ubicada mucho más en el ámbito
de la ficción que en un registro inmediato y testimonial de nuestro caos.
Cuando se estrenó La vendedora de rosas (Víctor Gaviria, 1998), el testimonio
se matizó por la alternancia entre el drama y las situaciones en las que
se revela un panorama desolador y sobrecogedor que salva momentáneamente
a los personajes y explica su fragilidad en el mundo -la vendedora le
pregunta a un niño en la película: “¿Qué hizo los zapatos que le regalé?”,
respondiéndole su amigo: “Para qué zapatos si no hay casa”-. Un tercer
largometraje prolongó el nuevo estilo: Soplo de vida (Luis Ospina, 1999).
El formato del cine policíaco expresó (como en La gente de la universal),
hasta qué punto vivimos en una realidad cercana a la ficción, alucinada donde
todos somos detectives y todos, sin saberlo, podemos ser las víctimas.
El cine retrata los temores de su público, sus fantasías y las pesadillas
más terribles que se viven en una realidad devastadora. El diálogo que
tienen las películas con su audiencia permite que esa misma realidad sea
comprendida con más y mejores argumentos. Colombia y sus vergüenzas
han hecho de esta geografía, de manera accidental, un lugar fílmico
por excelencia: pocos países se obsesionan tanto con su imagen en el
exterior aunque la casa, de puertas para adentro, sea un caos. Felizmente,
a la publicidad engañosa se contrapone la sinceridad de ese mismo
país reinventado en sus películas, advirtiendo cómo, ignorar la historia
y sus pesadillas, es otra forma de perder la guerra y volver a repetirlo.

Grupo Editorial
Dirección.
Gloria Correa
Comité
Editorial.
Gloria Correa.
Julieth Marín.
Redacción.
Paula Cardona.
Julieth Marín.
Juliana Agudelo.
Gloria Correa
Fotografía.
Juliana Agudelo.
Julieth Marín.
Gloria Correa.
Realizado para
Producción de
Prensa con asesoria
de Ancizar
Vargas.

Editorial
A finales de los años ochenta, el cine colombiano
y las circunstancias de un país agobiado por los cambios que impusieron los poderes
paralelos al poder tradicional -los padrinos de la mafia, la guerrilla y los paramilitares que irían conquistando posiciones cada vez más invulnerables-,
transformaron la visión de nuestro drama cotidiano y su reflejo en la pantalla.

¡Te invito a cine!
El señor Luis Alberto Álvarez, crítico y escritor
señala que: “...los que escribimos de cine en el país estamos clamando por un
cine que sea vehículo y reflejo de la realidad nacional, un cine con colombianos de
carne y hueso, tridimensionales y no caricaturas de pueblo…””como cinéfilo ¿qué
piensa sobre este argumento, en el qué los colombianos sólo buscan popularidad e
imagen? O en cambio ¿Se está buscando historias reales y cotidianas para proponer
cambios de actitud y encontrarnos con un desarrollo integral de las ideas, desde la
diferencia mostrada en la pantalla grande? El hecho es que el cine para muchas
personas es un plan más; es otra forma de diversión y de pasar el tiempo.
Pero en Colombia es más que eso.

Aquí, el cine ha tenido un proceso que ha permitido la progreso de las masas y ha
sido el reflejo de una serie de acontecimientos que han marcado la historia nacional.
Ante esto, cabe decir, que la introducción del cine al país se ejecuta poco después de la Guerra de los Mil Días, por lo que la historia nos cuenta que las primeras producciones tienen que esperar hasta el final del conflicto civil; en este entonces el cine proyectaba paisajes y momentos de la vida nacional y la exhibición de películas extranjeras.
En Bogotá se presentó la primera película documental “El drama del quince de Octubre”
que cuenta el asesinato de Rafael Uribe Uribe, desatando con ella una gran controversia.

Películas Colombianas…
Si usted es de los que piensa dos veces antes de ver una película colombiana, puede
considerar que en la actualidad se ha generado un cambio de 360 grados, puesto
que ahora se cuenta con talento artístico, presupuesto para buenas producciones
y libretistas reconocidos y dedicados que proponen calidad y éxito; actitud que
sobrepone a lo que ocurría hace algunos años con la producciones colombianas.
Cabe mencionar que algunos críticos clasifi- can al cine colombiano en “Cine Comercial” y/o “Cine de Consumo” debido a la forma en la que ha entrado la producción cinematográfica al país. La verdad, es que se juzga de manera dura y fuerte lo que se presenta, puesto que se tiende a caricaturizar la realidad,
y se crea un referente de identidad, lo cual aleja los deseos de los espectadores
de ir al cine, debido a la copia de la realidad que está sometida al imaginario de quien piensa en asistir a una sala y ver no una fantasía, que elimine de toda mente la presión social a la que se somete durante 24 horas los 365 días del año, si no un complejo mundo que le recuerde el horror en el que vive.
Es por esto, que en la actualidad los cineastas, productores y actores le apuestan a producciones que salgan de lo cotidiano y permitan llenar salas y agotar taquillas, gracias a películas que eleven la sociedad, y que puedan ser consideradas, en ocasiones, cortinas de humo por su contenido fantástico.
Paula Andrea Cardona T.
afmicomunicaciones@yahoo.es
Colombia
Visión Independiente
Para aclarar dudas acerca la Historia del
cine en Colombia referirse a Luis Alberto Alvarez.
en el texto Paginas de Cine Volumen

1. CINE CLUB- FUNLAM.
“Vamos a buscar que la gente se motive con los ciclos que vamos a hacer por ahora cine latinoamericano, colombiano y trabajar con más gente para que el cineclub
sea de los estudiantes, para que ellos puedan trabajar con el presupuesto que viene para el próximo semestre se puedan hacer actividades, seminarios y que sea realmente
un cineclub para gente apasionada por el cine.” Comenta Jader Cartagena, director del cineclub de la FUNLAM, de forma angustiante ante la aislada asistencia de los estudiantes de la Fundación Universitaria Luis Amigó al cine-club, que semestralmente se programa con el fin de crear en los estudiantes
una cultura academica, que contribuye en la formación de criterios universales.

El para qué del Cine-club.
La importancia de la creación de los cineclub, en ciudades como Medellín, radica
en el fortalecimiento del espiritu observador que debe tener cada persona al estar
en contacto con una sociedad, que rodeada por problematicas sociles busca encerrarlas
en un espacio como el cine; elemento que facilita la construcción de imaginarios.
En la FUNLAM, el cine-club funciona con una herramienta totalmente alejada de
esto propositos, pues el público al que se ha dirigido siempre tiene una excusa para
su ausencia, hecho que produce al taller un cierre de espacios por la falta de acogida y compromiso de los estudiantes.


...A partir del Cine...
“...Aquí se les da todo, pero es que todo es todo, para montar un cineclub que sea de ellos los estudiantes no yo, ¿es que yo para qué?, a que me van a invitar a Cartagena a Bogotá, en cambio ustedes pueden tener eso, a mi me invitaron ahorita del Colombo y yo no pude ir porque estaba en una reunión...” En esta medida, cabe asegurar que el cineclub, más que un espacio para ver peliculas, es una plaza de encuentros con la sociedad moderna que vale la pena conservar, puesto que contribuye al entender y comprender, y el cierre, o más bien, el no aprovechamiento
de estos espacios genera un vacio que en muy pocos lugares se puede encontrar nuevamente, además por que el popular de la gente generalmente convive con lo comercial y no ve más allá de sus narices, más allá de su campana espacial, y no se atreven a interpretar consecuencaias sociales llevadas a la pantalla grande, de forma independiente, con el fin de mantener en la memoria de la humanidad hechos imposible de revivir.
Cartas en el asunto.
Para no desechar espacios, la Dirección del Cine-club FUNLAM, optó por continuar
promoviendo este espacio de una forma repetitiva y prometedora, asegurando
que mantendran los horarios y buscaran que la gente se motive y asista a los
encuentros de forma constante y masiva.
Encuentro de ideas: Cine-Club Funlam.

Funlam
Gloria Lucía Correa López.
gloluco@hotmail.com

Cine-Ojo
Mantener siempre el horario, promoverlo más en los salones, ahora nos unimos con psicología. Vamos a buscar que la gente se motive con los ciclos
que vamos a hacer por ahora cine latinoamericano, colombiano y trabajar con más gente
para que el cineclub sea de los estudiantes, para que ellos puedan trabajar con el presupuesto que viene para el próximo semestre se puedan hacer actividades, eminarios y que sea realmente un cineclub para gente apasionada por el cine”
Jader Cartagena, Director del Cine-club de la Fundación Universitaria
Luis Amigó.
Viisión Independiente.

Recomendado
Producción Colombiana para el mundo.
Juliana Agudelo Zapata.
julijoh@yahoo.es
La adaptación de novelas literarias en
rodajes cinematográficos no siempre
alcanza los mejores resultados. El trabajo
de los directores es indispensable
para que la producción llegue a un punto
que deje al espectador involucrado con
la película. Este es le caso del director
colombiano Simón Brand, quien basándose
en la novela de Jorge Franco,
hizo una película fiel a la obra original.
La obra de Jorge Franco fue publicada
en Colombia en agosto de 2001. Tuvo
una gran aceptación dentro de los lectores
por mostrar de manera precisa el
éxodo de inmigrantes colombianos hacia
Estados Unidos en busca de un mejor
futuro. La novela muestra la realidad
de ser ilegal, representando en situaciones
cotidianas lo que vive una pareja
de adolescentes en una constante bus-
Los protagonistas de la novela, Reina y
Marlon, dos jóvenes antioqueños, quienes
emprenden una travesía cruzando
por el hueco (Río Grande), tienen que
afrontar diferentes adversidades en un
mundo totalmente desconocido y ajeno.

“Paraíso Travel” cuenta una historia
colombiana de amor que no tiene
nada que ver con violencia, guerra, ni
narcotráfico. Marlon, una persona que
llega sin nada a un país desconocido
y sufre un choque cultural tremendo.
Jorge Franco . Director de la reciente
peícula Paraiso Travel.
Tomado de: http://www.bibliotecapiloto.
gov.co/bib_autor/noticias/
colombia/febrero/4d_04.gif

Conversatorio: Huella Cultural de los Medios Alternativos de comunicación















Como conclusión del conversatorio de Huella Cultural Itaguiseña en los medios alternativos, podemos decir que son estos la posibilidad de construír procesos de comunicación y que entrelazados podemos encontrar la verdadera comunicación en el encuentro entre los espacios y la comunidad; son los medios laternativos quienes cuentan las
historias de la calle, las relaciones entre lo público y lo privado,
son los que nos expresan el cambio de nuestra ciudad y nuestras
gentes, pero lo màs importante es el reto que tenemos para trabajar en
conjunto por un verdadero proceso interactivo y comunicacional.

Con la presencia del sociologo Raúl Montoya, Director Ejecutivo de la
Fundación Biblioteca de Itaguí, Comunicador Social y Periodista
Ancízar Vargas León, Decano de la FACULTAD DE COMUICACIÓN DE LA
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA LUIS AMIGÓ, Administrador Público, Arturo
Espinoza, Director del Centro de Historia del Municipio de Itagui ,
Alfarero y Ceramista por Decreto de la Alcaldía y el Concejo del
Municipio de itagui señor José Alberto Saldarriaga, con la moderación
del Escritor Gustavo Gómez coordinador Cultural de la Fundación
Biblioteca de Itagüí, el conversatorio llegó a buenoas conclusiones y
con la propuesta de seguir trabajando en conjunto para continuar con
el proceso de construcción comunicacional con los medios alternativos
Existentes en nuestro municipio de Itagüí.

Paula Andrea Cardona
Representante Legal
AFMI Comunicaciones
2826947



martes, 13 de mayo de 2008

Memorias seminario 2008

IV SEMINARIO DE COMUNICACIÓN COMUNITARIA, ALTERNATIVA Y POPULAR EN EL VALLE DE ABURÁ.
8 Y 9 DE MAYO.

La cultura, del modelo que constriñe a la posibilidad del cambio.
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Por César A, Tapias
Sociólogo (UdeA), Candidato a Magíster en Antropología Social (UN)

I
Los Ashanti en Ghana, creen que la persona es según dos principios: el Kra, la parte estable y el Sunsum, su capacidad de actuar y relacionarse.

Los tibetanos, consecuentes con su idea de la reencarnación, liberan las almas de sus muertos cuerpos, entregándoselos a las aves de rapiña... y con cantos acompañan el alma para que se aloje en otro materia... y buitre como danzando se les come las entrañas...

Se estima que en la prehistoria existían unas 140 mil lenguas en tanto que en el mundo moderno actual se identifican aproximadamente 6 508. De estas últimas, 208 (3% del total) son habladas por 95% del total mundial de hablantes, en tanto que 6 300 (95% del total de lenguas en el mundo) son habladas por 5% de los hablantes mundiales, muchas de estas últimas están en peligro de extinción.


* Esto es un Vasco que va a casarse y le dice a su padre:
- Padre que me caso con una chica de Madrid y no se que es lo que tengo que hacer.
- Ayva la Ostia!!! no me digas hijo. Nada, no te preocupes, yo te asesoro. Lo primero que debes hacer es salir a la calle e invitar a todo el pueblo, para que vea que los Vascos somos GENEROSOS. Luego vas y alquilas la mejor habitación del mejor hotel, para que vea que los Vascos somos ELEGANTES. Luego la subes en brazos hasta la habitación; todo el rato en brazos, para que vea que los Vascos somos FUERTES. Luego la desnudas muy despacito, muy despacito, para que vea que los Vascos somos GALANTES. Y luego te echas cuatro pajas, para que vea que los Vascos somos INDEPENDIENTES!

II
La cultura es un concepto que se refiere a las relaciones entre los unos y los otros. El conjunto de estas relaciones, representadas e instituidas, se presentan al mismo tiempo bajo una la dimensión simbólica y otra concreta. Por ejemplo, somos colombianos, y enarbolamos la bandera en una fiesta patria como la del 20 de Julio, como cuando juega la selección de fútbol. A pesar de eso, algunos colombianos son de raza negra, otros son de alguna etnia indígena, y no todos practican la religión católica. Entre los colombianos hay unos muy jóvenes y otros bastante adultos; unos son o han sido punketos, y otros hoppers; la mayoría de los colombianos parece ser uribistas, o sea, de derecha; otros tantos -no muy pocos por fortuna somos de izquierda; pero más importante aun, no todos somos hombres, también hay mujeres, y hay algunos que hablan de un tercer género. Somos empleados, somos hijos, somos seres humanos... o sea, entre las relaciones posibles entre nosotros, podemos encontrar unas relaciones de filiación, de alianza o de poder.

El objeto de investigación antropológica por excelencia es el estudio de relaciones simbolizadas e instituidas entre personas configuradas o posicionadas de una manera que puedan tomar forma dentro de contextos específicos. Mi tesis de maestría por ejemplo se ocupa de una familia, inserta en el mercado de las drogas ilegales, y con serias dificultades dada la violencia que les rodea. Aquí hay pues unas personas: padre, madre, hijos, nietos, amigos... pillos, drogos, jíbaros, policías, antropólogos, mucamas... y hay unas relaciones entre ellas.... de compra, de persecución, de amor... y seguro, también hay unos modos de comunicación sobre la base de señales y símbolos: como las palabras y los gestos, con los que este grupo social construye un sentido. Este sentido social es base de la cultura.
Para el caso colombiano, como nación, como colectividad, como sociedad.... llama la atención de historiadores y sociólogos que se preguntan por la cultura del país, que una vez alcanzada la independencia de España los criollos no fueron claros en proponer la refundación de una nueva sociedad... Muchos años después Miguel Antonio Caro, el espíritu inspirador de la constitución de 1886 sostenía que la madre patria seguía siendo España, y con eso todos sus valores, como los religiosos por ejemplo. Y el que la educación sea encomendada a la Iglesia Católica en 1887, no sólo da cuenta de ello sino que va a traer consecuencias en la definición de los valores culturales de la futura sociedad colombiana del S XX. Las relaciones entre unos y otros tendrán un sentido específico.

III
En los años cincuentas y sesentas la noción de cultura se representaba como un sistema de restricción intelectual que encierra al individuo dentro de un juego de relaciones previas a su existencia. De este modo el individuo solamente percibe su propia identidad dentro y a través de la relación con los demás; las reglas de construcción de esta relación existen siempre con anterioridad. Por eso vamos a la escuela y nos hablan del 20 de Julio, izamos bandera, entonamos el himno... nacemos y la cultura nos pre-existe, es un modelo al que nos acoplamos.

Así, el individuo es un sujeto alienado por el sistema, el yo existe en relación con el prójimo. El sistema es el que otorga un sentido a los acontecimientos de su vida como individuo. El sentido social del que hablamos, no es metafísico ni trascendente, sino la relación social en sí misma.

Pero, nuevamente, en nuestro caso, y el de todos los pueblos americanos conquistados y colonizados por España, el sentido social si es metafísico: nos han dicho que esas relaciones entre los seres humanos están mediadas totalmente por una voluntad divina, que los permite. A quien hay que agradecérselo constantemente, y que además a veces nos censura... en el principio la sociedad humana cuando no entendíamos el porqué de los rayos, nuestros antepasados pensaban que los dioses los castigaban enviándoselos... pero con el tiempo descubrimos las leyes físicas que determinan las descargas eléctricas que eventualmente puede costarle la vida a alguien; ya no podríamos decir que fue un castigo de Dios por qué se portó mal con su esposa sino que... que tan de malas, aunque muchos dirán que se murió porque dios los quiso así, y le cayó un rayo.

Claro que hay sociedades que no han entregado la voluntad del el intercambio entre seres humanos a un dios, y son precisamente sociedades no católicas, que por vías muy distintas entraron a la modernidad. Su sistema de restricción era, y es una sociedad donde la Iglesia no ha sido tan preponderante en las decisiones sobre los individuos y sus relaciones sociales. Los anglosajones muy influenciados por el protestantismo, que significó la traducción de la Biblia, el conocimiento allí consignado y su libre distribución e interpretación... ello les permitirá pensar que el centro la relaciones entre los seres humanos no era de origen metafísico... y por eso para ellos el placer y la felicidad son partes primordiales de la definición entre unos y otros, sin duda es una visión materialista por que la felicidad y el placer podrían ser gracias al enriquecimiento que también promueve ese tipo de sociedad.

Entre nosotros era (y aun lo es) muy importante ser un buen religioso, mientras que entre los nórdicos siempre ha sido muy importante ser un buen ciudadano, porque a la hora de facilitar las posibilidades del enriquecimiento, las relaciones entre unos y otros están determinadas por los acuerdos básicos de respeto entre personas y que van a regular los intercambios económicos, eso también es cultural porque el trueque entre los indígenas, como el intercambio a través del dinero entre los europeos, son formas específicas de representar las relaciones, en este caso económicas de unos grupos. Entre nosotros, como nuestro sentido si es metafísico, nos importaba ser mucho más cristianos que ciudadanos, y hacerle trampa al otro en las transferencias económicas, o no respetar el fisco público por ejemplo nunca ha estado mal, ni contradecía el ser un buen religioso, de ahí lo que a muchos escandaliza: el sicario o el ladrón, el parapolítico q se santigua para que le vaya bien... y aún tumbando a los demás, el delincuente recibe la comunión, como en las mafias sicilianas... no en vano nuestro origen es latino; no sajón o bárbaro, digo bávaro.

Ser ciudadano, se reduce pues a aceptar un determinado número de principios y regular la conducta privada y publica a partir de lo que digan tales principios. Nuestros principios han sido religiosos, -no olvidar que ha sido la iglesia la encargada de “civilizar” a los indígenas... y bajo esa lógica, nuestro transito hacia la contemporaneidad no ha sido de ciudadanos a consumidores: como en las sociedades del primer mundo. Las identidades por el consumo, o las subjetividades resultes del consumo cultural, por recepción de medios, están por encima de las identidades de nación o etnia...pues no ha sido habito nuestro la práctica de una ética cívica, sino una religiosa de almas blancas y negras, malas y buenos.


IV
Marc Augé (2005) corrige esa postura estructuralista de la cultura como molde que se nos impone proponiendo la idea de la tensión entre el sentido, entendido como el conjunto relaciones entre individuos, y la libertad, o la iniciativa individual que puede ejercer cada sujeto. Es decir, un sujeto puede apartarse de su entorno cultural. Un colombiano emigrante a la India puede hacerse hindú y vegetariano... del mismo modo que cualquier persona puede aprender una segunda lengua.

En el caso de la violencia o la capacidad que tiene cada sujeto de agredir al otro, debe estar restringida en tanto tipo de relación, por la sociedad. Este es un ejemplo del sentido social como una alienación en tensión con la libertad. Tengo capacidades de agresión pero estas están reguladas por un mandato externo que me obliga a. En todas las sociedades hay cosas que el sujeto no puede hacer; claramente hay otras que sí. Se dice que la primera prohibición es el parricidio y luego el incesto. En las relaciones entre seres humanos hay unos acuerdos, que a veces institucionalizan, haciéndose leyes; pero que además siempre están representados, simbolizados, asignados. Las normas de transito, las señales entre los sordos mudos...

Clifford Geertz define la cultura como un programa, como un software, como un recetario... que si la combinamos con la idea de Augé sobre la tensión, nos permitiría plantear que la acción social diaria es también parte de la cultura. Pero es necesario aclarar, y de paso criticar ciertas definiciones erradas de la cultura cuando esta es la acción diaria. La cultura no es únicamente un conjunto de hábitos, esto es, la cultura de la muerte, la cultura metro... o sea, la cultura no es solamente la línea amarilla en tanto signo, sino el comportamiento que ella designa: es decir la acción de transitar para tomar el metro, es una acción regulada a través de una seña; de igual modo, la cultura no es que aquí todos estén armados (aunque sea de un corazón grande o q tengamos un paraquito en el corazón) sino nuestra actitud de eliminar al otro, casi siempre físicamente.


V
En el contexto de este seminario sobre Comunicación alternativa, comunitaria y popular, la cultura bajo esta definición, tanto receta como modo de comer, tanto norma como comportamiento, es central ya que es indiscutible el papel de los medios masivos de comunicación a la hora no sólo de poner en circulación unos bienes simbólicos como la hamburguesa o las tetas grandes, sino de imponer un sistema de significaciones y unos modos de entenderlos. Aquí los medios son consecuentes con una idea de la cultura bajo un sistema restrictivo, pues no median sino que imponen una visión. Pero no podemos generalizar, contra diríamos una definición moderna de la cultura. Hay pues claras excepciones..... hay sujetos receptores activos y críticos de sus consumos; pero sobre todo hay medios que los facilitan. Señal Colombia & radionika -únicas cosas buenas de este para-gobierno, son medios de comunicación que celebran la diferencia. Esto es la tensión de la que habla Augé. La tele me dice que el mundo es negro; pero yo tengo como pintarlo. O mejor, a pesar del intento de homogeneización de los medios, hay sujetos inteligentes que no permiten el triunfo de ese proyecto. El canal público, muy acorde con los mandatos de la carta magna de 1991, una versión moderna de nuestra sociedad... allí y sólo allí, como no en RCN o Caracol, es posible ver los rostros del país incluso en programas hechos en Bogotá. En este canal se ven personas de los llanos, de la guajira o del chocó, personas e historias, lo que permite pensar que la historia y la cultura de Colombia no son dos cosas singulares, totales o únicas así como no hay una música colombiana y no todos son católicos. Radionik por su parte, es una estación que plantea que ni la juventud es homogénea, o sea, no hay un tipo de joven... la juventud no toda es una rockera, es heterogénea como sus gustos... así Colombia esta llena de culturas como de músicas.

Hasta hace poco creíamos saber de qué estábamos hablando cuando nombrábamos dicotómicamente lo tradicional y lo moderno, pues mientras la antropología tenia a su cargo las culturas primitivas; la sociología se encargaba de las modernas. Lo que implicó dos opuestas ideas de cultura: Para los antropólogos cultura es todo, el hacha como el mito, la maloca como las relaciones de parentesco, el repertorio de las plantas medicinales o el de las danzas rituales; para los sociólogos cultura es sólo un especial tipo de actividades y de objetos, de productos y prácticas, casi todos pertenecientes al canon de las artes y las letras.

Pero hoy, tal separación, aquella doble idea de cultura se ve “emborronada”, de una parte por el movimiento creciente de especialización de lo cultural, ahora organizado en un sistema de industrias productoras de bienes simbólicos dirigidos a sus públicos consumidores (J.J.Bruner), que es lo que hace la escuela con sus alumnos, la iglesia con sus fieles, la prensa con sus lectores o la televisión con sus audiencias. Y de otra parte, la cultura vive un movimiento radicalmente opuesto, un movimiento de antropologización mediante el cual la vida social toda deviene, se convierte en, cultura. Hoy son sujeto/objeto de cultura tanto el arte como la salud, el trabajo como la violencia, y también hay cultura política, y del narcotráfico, cultura organizacional y cultura urbana, juvenil, cultura de género, profesional, audiovisual, cultura científica, tecnológica etc. Parece pues que hay muchas culturas, y lo fundamental de esto, y quizás lo único importante, es la diferencia, la pluralidad, la heterogeneidad.

VI
¿Donde más celebrar la diferencia o la tensión entre sentido y libertad sino en los medios comunitarios y alternativos? esto cuando no pasan los mejores capítulos de los Simpson o retransmiten el noticiero de las 12,30 de los canales privados. Un canal o una emisora que desde su pueblo, su barrio o su escuela transmita señales... con lo primero que juega es con lo que tiene, transmite sus valores y sus creencias, con voces y acentos propios... igual que lo hace el cine gringo. Hollywood ha sido la industrial cultural por excelencia en tanto produce, exporta y posiciona en el mercado valores que aunque norteamericanos, los propone como universales, la democracia por ejemplo. O la dominación como proceso de comunicación. Un medio alternativo no con la misma capacidad de difusión que CNN o Caracol, pero con iguales pretensiones, habla desde sus propios modelos de significación y por eso es alternativo. Diferente.

Aquí, este tipo de tensión que da lugar a la diferencia y al cambio... es crucial para comprender además la relación entre lo local y lo global que determina a las culturas en la contemporaneidad. Aun tratándose de medios para nada masivos, poner en circulación unos mensajes a la maneras de aquí en un medio de comunicación, de forma tal que lo entiendan allá, es participar de la globalidad, viendo esta como un entramado de partes desiguales apenas conectadas precisamente por los medios.

VII
la globalización pone en marcha un proceso de interconexión a nivel mundial, que conecta todo lo que instrumentalmente vale –empresas, instituciones, individuos- al mismo tiempo que desconecta todo lo que no vale para esa razón. Este proceso de inclusión/exclusión a escala planetaria está convirtiendo a la cultura en espacio estratégico de compresión de las tensiones que desgarran y recomponen el “estar juntos”, y en lugar de anudamiento de todas sus crisis políticas, económicas, religiosas, étnicas, estéticas y sexuales. De ahí que sea desde la diversidad cultural de las historias y los territorios, las experiencias y las memorias, desde donde no sólo se resiste sino se negocia e interactúa con la globalización, y desde donde se acabará por transformarla. Lo que galvaniza hoy a las identidades como motor de lucha es inseparable de la demanda de reconocimiento y de sentido7. Y ni el uno ni el otro son formulables en meros términos económicos o políticos, pues ambos se hallan referidos al núcleo mismo de la cultura en cuanto mundo del pertenecer a y del compartir con.

VIII
Desde los orígenes de la televisión en Colombia se presentó el dilema entre la tendencia hacia lo cultural o hacia lo comercial. La televisión, como estaba planteada en sus inicios, debía tener una misión muy enfocada a lo cultural como lo culto, que en la década de los cincuenta era entendida como la necesidad por parte de la elites intelectuales de alfabetizar e ilustrar , a la mayoría del pueblo colombiano, que no conocía las riquezas del conocimiento forjadoras de cultura que brindaba el entorno mundial, y que ahora podía estar al alcance de las manos por medio del televisor.Por su parte, lo comercial se entendía como la contraposición de lo cultural, aquello que viciaría el objetivo cultural y educador de la televisión con las lógicas de producción capitalista, y su relación con la publicidad, convirtiendo al medio de comunicación en una instrumento publicitario, relegando la tarea de culturizar a las masas incultas de la nación, entonces el debate volvía a ser entre lo público y lo privado.

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Lo cultural y lo multicultural no pueden entenderse sin entender a la sociedad como relaciones de poder entre los distintos sujetos sociales (Foucault, 1991; Bourdieu, 1998). Por cultura se ha entendido también las clasificaciones de lo cultural derivadas de las necesidades de determinados grupos en la sociedad. A través de estas clasificaciones, lo cultural es objeto e instrumento del poder (Bennet, 1992). Otras definiciones de cultura alternativas a la hegemónica se refieren al producto del hacer humano con valor simbólico de acuerdo con los significados y representaciones de grupos humanos en la sociedad (Featherstone y Lash, 1999; Canclini, 1984). Estas definiciones implican también relaciones de poder en tanto que la construcción de valores y representaciones se realiza en el tejido social. Una manera alternativa de pensar la cultura nace de dos características humanas: su esencia emancipatoria y su necesidad de identidad. Estas características humanas le permiten al sujeto social resistir y confrontar las imposiciones del poder, construyendo y transformando nuevos sistemas de valores, conocimientos, representaciones, significados y prácticas a partir de lo cultural se da en forma de identidades culturales (Giménez 1996). Esta es la razón que alienta muchos medios alternativos. CONSTRUIR Y TRANSFORMAR.

lunes, 12 de mayo de 2008

I SEMINARIO DE COMUNICACIÓN

Síntesis General
I Seminario De Comunicación Comunitaria, Alternativa y Popular en el Valle de Aburrá.
Un Camino Para La Formación De Ciudadanos y Ciudadanas

El primer Seminario De Comunicación Comunitaria, Alternativa y Popular se propuso ser el escenario de discusión de temas centrales como lo son: Comunicación, Política y Educación ante los retos que se imponen hoy de resignificación del rol de los Ciudadanos y Ciudadanas

Partimos por destacar las diferentes propuestas comunicacionales que se tejen en el circulo de lo social, pues la oferta mediática ha desbordado los limites del análisis y el consumo critico, de la misma manera ha introducido a escena las más particulares formas de desentendimiento de la problemática mundial alivianando la carga de información y produciendo cada vez más distractores de la “objetividad”, en tiempos tan caóticos, hacer una mirada al objeto mismo de la comunicación, la puesta en común, un común que se desvanece con las lógicas globalizantes y la perdida del sentido de la comunidad, nos augura un reto con las poblaciones citadinas que recurre a estos cada vez con más premura y hostilidad, en buscan de su “identidad social”.

Con el propósito de Promover un espacio de reflexión en torno al papel de la comunicación alternativa, comunitaria y popular, a través de la confrontación reglamentaria, fundamentación teórica y prácticas comunicacionales que aporten a la generación de propuestas de formación política a favor del reconocimiento de los escenarios de construcción de la condición de ciudadanos y ciudadanas del Valle de Aburrá se dio lugar a un escenario que proponemos se instituya en la ciudad de Itagüí no solo en la reflexión sino también en la posibilidad de generar debate publico.

Se presentaron cuatro ejes de discusión de los que se logran unas significativas conclusiones que se han de gestionar en el tiempo, a través de mecanismos que impongan las voluntades de los y las hacedores de medios como un compromiso con lo publico, con lo que nos es común y que se ha de intervenir en la lógica de los que nos hace iguales pero también de lo que nos permite ser diferentes.

El sentido y el papel de la comunicación comunitaria
Tiene como punto de partida la posibilidad que los medios de comunicación comunitaria, alternativa y popular se convierte en el escenario para la denuncia publica de los atropellos y demás faltas que atente contra los derechos de los ciudadanos.

Es popular en tanto interviene en su producción ciudadanos y ciudadanas en condiciones similares y generan unos códigos que son accesibles a la población en general. Son alimentados con las historias del pueblo, con lo cotidiano, con la vida diaria y los acontecimientos del espacio más inmediato.

Es alternativo si se tiene en cuenta que surge al margen de las propuestas comunicacionales de los mass medias, se instalan en la denuncia y promueven un tipo de integración social que hace lecturas de lo cotidiano. Crea códigos que dialoga con un universo de personas más cercano.

No esta demás aún cuando no hace parte de este bloque subrayar Lo mediático desde hace muchos años carece de un trasfondo que le apunte a lo popular. Hay un malentendido que pulula por el concepto de muchos académicos y deambula con peligrosa legitimidad por las aulas de las facultades relacionadas con la comunicación, la lingüística o la producción del discurso en sus diferentes ámbitos: El peligro radica en la comprensión de lo popular como un fenómeno folclórico. Punto de partida de la exposición del profesor Miguel Jaramillo de la Fundación Universitaria Luis Amigó.

Párrafo sobre el que se puede inscribir inquietudes que se ha de poner en dialogo con los y las asistentes:
¿hacemos medios populares, alternativos o comunitarios?
¿simplemente reproducimos esquemas de los mass medias de manera precaria e inconciente?
¿no reflexionamos sobre lo que hacemos?
¿hay diferencias entre lo popular, lo alternativo y lo comunitario?

La educación y los medios de comunicación.
Este bloque se propuso a dar cuenta de la comunicación en dos espacios de la educación: uno lo relacionado con el campo profesional orientado al trabajo con medios más cercanos a lo alternativo que según lo señala el Profesor Luis Erney Montoya de la Universidad Católica de Oriente “las universidades pueden planificar, organizar y ejecutar diversos procesos de formación de agentes para la comunicación, especialmente con proyección al trabajo comunitario y alternativo desde grupos de jóvenes”, como la posibilidad de ganar espacio en la producción de unos medios más democráticos.

Dos el campo de la comunicación en la formación básica, un propuesta de enteder el campo comunicacional como un lugar donde transita el conocimietno y hallar en los medios una herramientas pedagogica para la formación de sujetos de la comunicación y como lo expone Mónica Sepulveda de la Escuela de Animación Juvenil, “no objetos sujetados a sus consumos y dinámicas”.

¿deben intervenir los docentes en los medios de comunicación?
¿los y las comunicadores son formados para la reproducción de los medios masivos?
¿Cuál es el compromiso de un comunicador o una comunicadora con la sociedad?
¿se reflexiona los medios en las instituciones educativas?
¿trabajan los y las docentes las herramientas mediáticas como medio o como fin?

Política, comunicación oficial y medios alternativos
Un tercer bloque que se concentró en explorar el papal político de los medio frente a unos contextos problemático y multidimesionales como es el caso Colombiano, así partiendo de la propuestas que se tejen en las instituciones educativas que pasa por las manifestaciones desde lo corporal hasta lo mediatico los y las jóvenes proponen formas de comunicación que tal cómo lo expreso Edgar Arias convocan a preguntar por el papel de la juventud en la constitución de estas representaciones, imágenes y perspectivas en el poder político y de los medios y por sus iniciativas en función de ofrecer discursos propios sobre sí misma, así como sobre sus comprensiones de la sociedad que habitan.

Por otra parte en un campo mas abierto de lo político y su relación con lo colectivo, se desprende un importante papel de los y las comunicadores que tal como lo enuncio Roger Vélez “Si en algo nos parecemos los políticos, los funcionarios públicos y los periodistas, es en la disposición que debemos tener para el servicio que genere bienestar colectivo. La esencia de nuestra misión está en la comunidad con sus necesidades y sus satisfacciones, en sus problemas y sus soluciones, y en sus tristezas y sus alegrías”, en reconocimiento del rol legitimo de los hacedores de la comunicación que es informar, entretener y educar, sobre los que descansa la pregunta por el como hacerlo.

Así, el escenario de lo político transcurre entre lo privado y lo publico en la transformación de referentes colectivos de integración que nos congregan a juntarnos, a hacerlo juntos por una propuesta conjunta que enuncie en lo alternativo una apuesta social que incluya y convoque, de ahí la invitación a crear redes propuesta desarrollada por la comunicadora Mónica Guarín de la Gobernación de Antioquia y el reconocimiento a espacios como el Seminario de Periodismo Juvenil como el lugar para la confrontación, el aprendizaje y la comunicación tal como lo desarrolla Fulvia Marquéz de la Corporación Región.


Juventud y comunicación
Finalmente este bloque enuncio experiencias de comunicación, de y para jóvenes en dos escenarios, uno el de la televisión que según lo expresa Daniel Botero de el programa Sin Rodeos de Teleantioquia: “no existe en este momento un programa de participación que les permita a los jóvenes expresarse con respecto a lo que sucede en el país. La oferta juvenil se limita a programas dramatizados, musicales o magazines que ofrecen mensajes, pero que no escuchan a su público” por lo que se propone el programa Sin Rodeos que pretende entonces crear un espacio para la participación y construcción de país, un espacio donde los y las jóvenes se expresen.
Dos el de las expresiones estéticas, de estas la cultura Hip – Hop que nos presenta la profesora Angela Gárces de la Universidad de Medellín con Medina Oxoc integrante de un grupo de Hip – Hop y Andrés estudiante de la UdeM, con ellos se reconoce un espacio alternativo de la comunicación y es la música, con esta se involucra una serie de elemento que narran a cada paso el sentido y el sentimiento de unos jóvenes que leen la ciudad desde otras ópticas, una mirada que denuncia y que se resiste a los modelos de dominación recreados y reproducidos por los mass medias.

Exposición que habla de un texto que así presentan: “El texto es una lectura descriptiva y reflexiva de la Cultura Hip Hop de la ciudad de Medellín, donde se indaga por el papel de la Comunicación marginal y la comunicación alternativa que logran los hoppers gracias a la apropiación de medios de comunicación cómo páginas web, revistas, estudios de grabación, c.d,, conciertos. Dicha apropiación de medios de comunicación permite a la Cultura Hip hop confrontar los discursos hegemónicos, especialmente los discursos publicitarios que consideran a la juventud como población inclinada al consumo irracional y compulsivo”

El espacio del primer Seminario De Comunicación Comunitaria, Alternativa y Popular quedo con múltiples aristas, propuso unos debates y compartió unos conocimientos que se han desarrollado a cerca de la comunicación como medio. Aun cuando el camino es pedregoso y la información, el conocimiento y la diversión se multiplica de manera inexorable creamos un espacio donde detenernos un poco, para encontrarnos y poder hacernos más preguntas, en síntesis tenemos mucho que hacer.

Elaboró
Francis M. Corrales Acosta
Vicepresidenta
AFMI Comunicaciones

CAIDA DE POPULISMOS, REFORMULACIÓN DE PARADIGMAS

Por.

C.S. Miguel Jaramillo Luján

Lo mediático desde hace muchos años carece de un trasfondo que le apunte a lo popular. Hay un malentendido que pulula por el concepto de muchos académicos y deambula con peligrosa legitimidad por las aulas de las facultades relacionadas con la comunicación, la lingüística o la producción del discurso en sus diferentes ámbitos: El peligro radica en la comprensión de lo popular como un fenómeno folclórico.

Durante algunos años de mi carrera como periodista profesional y en ejercicio, laboré como reportero y locutor de la Cadena RCN. Allí seleccionaba y estructuraba contenidos para diversos espacios como LAS NOTICIAS DE RADIO PAISA, LA FM, RADIO SUCESOS RCN, LA MEGA. Cada propuesta radial tenía un público específico, pero lo que más curiosidad me producía eran las categorías que establecía el Jefe de programación al catalogar de más o menos popular el perfil de público de una estación radial a partir de la denominación de popular o no popular, por una superficial comprensión lingüística del elemento folclórico en el lenguaje, los hábitos de consumo comercial, la apropiación del espacio central de las ciudades, el vestuario, los intereses. De hecho debo hablar aquí sobre el paradójico desprecio que tienen muchos en la ciudad y en la misma empresa RCN frente a la emisora RADIO PAISA, una estación que le permite sobrevivir al resto de los productos que trasmite esta poderosa cadena radial.

Esta percepción errada del fenómeno popular, erradica de su comprensión la clara hegemonía de lo colectivo que perfila un movimiento social interesantemente gestado en Latinoamérica desde mediados del Siglo pasado y que brinda plena vigencia a los productos culturales que le apuntan al crecimiento del desarrollo en una escala humana y humanizante. Es claro, con esta categoría y este ejemplo inicial, que los medios masivos de comunicación, al menos estos grandes monopolios nacionales de la opinión como son RCN Y CARACOL, no tienen una comprensión horizontal del público al cual se dirigen y no son concientes de los paradigmas culturales que comportan sus audiencias y por ende cómo se produce el consumo de radio y televisión en el país, más allá de los sondeos meramente cuantitativos que desconocen etnias, percepciones, subculturas urbanas, consumos, traslaciones, desplazamiento, resignificaciones de la información, en conclusión: Los medios masivos de Comunicación, desde la óptica comercial articulada a la lógica absurda del mercado, responden como multinacionales a la desaparición de las ideologías, con más superficialidad que nunca.

La comunicación llegada de ese contexto, se configuró teóricamente, en cuanto: “ligada a la lucha del pueblo”, crítica de la realidad, reivindicativa, democrática, que tenía al pueblo” como protagonista y como instrumento de las clases subalternas en la defensa de sus intereses[1].

En esa perspectiva, se la concibió como opuesta a los medios de comunicación de masas, tomada como dominadora y manipuladora de las mentes y corazones a fin de adecuarlos a la ideología y otros intereses de las clases dominantes. La comunicación popular, a su vez, era vista como ocupándose esencialmente de las cosas del pueblo, sus problemas, sus aspiraciones y procuraba concientizarlo de sus derechos de ciudadanía, lo que llevaría a la transformación de la sociedad. De hecho, en la época de las dolorosas dictaduras en Latinoamérica, solamente los medios “alternativos”[2] se aventuraban a hablar de asuntos prohibitivos bajo el régimen militar. Por tanto, el antagonismo entre comunicación popular y masiva fue una construcción teórica que reflejaba una coyuntura específica.

A partir de estas apreciaciones de la profesora CICILIA KROHLING tebnemos tenemos ante nosotros algunos antecedentes históricos fácilmente diferenciables, para entender que el movimiento popular desde la cronología se ha interpuesto, desde la lucha desequilibrada de clases sociales, con la llamada “élite” que personifican en nuestro país, los medios masivos de comunicación. En un país como Bolivia existen cinco diarios de circulación nacional con cierto equilibrio desde la tarta publicitaria y diferentes versiones de la realidad, relativamente independientes y con la posibilidad de entregar a sus audiencias una mixtura de percepciones sobre una misma realidad política, social, cultural e incluso económica: Este paradigma cercano, lo relaciono además con ejemplos de algunos países europeos como Alemania o Austria, donde algunos medios televisivos independientes desde lo comercial, logran sobrevivir en el espectro televisivo con el pago de retribuciones de PAY PER VIEW, sin acudir al ingreso publicitario o al subsidio del estado que pudiera relacionarlo con una instancia oficial y lejana de las realidades del común y cotidiano ciudadano europeo.

El ejemplo brasilero, siempre será sui géneris en cuanto a la gestación de espacios de comunicación masiva con inclinación o con intención de tener como discurso el tema popular:

El canal comunitario de Porto Alegre fue el primero en entrar al aire, el día 16 de septiembre de 1996, por el canal 14 de Net Sul. Se reunieron más de 300 entidades. Crearon la Asociación de las Entidades de Usuarios del Canal Comunitario de Puerto Alegre, el cual funciona como Consejo Gestor del Canal, además de otros órganos de deliberación colectiva.

En Río de Janeiro, el canal comunitario recibió el nombre de TV Carioca. Se estrenó el 30 de octubre de 1996. Transmite por el canal 41 de Net/Cable Río. Se adhirieron ciento tres entidades al movimiento de ocupación del canal, que transmitió inicialmente videos producidos por las entidades, además de otros programas editados.

Sao Paulo también tiene su canal comunitario, viniendo de un proceso bastante conflictivo, pero inaugurado el 1 de noviembre de 1997. Opera 24 horas en el aire. Transmite por el canal 14 de Multicanal, canal 72 de TVA y canal 14 de Net. Es utilizado para programas de entidades no gubernamentales y sin fines de lucro.

Además de los canales comunitarios de acceso público en la televisión por cable, el Brasil está viviendo también una experiencia de radio comunitaria de baja potencia, nunca antes vista en la historia del país. A partir de 1995 vienen surgiendo emisoras en las más variadas localidades brasileñas. La demanda social por este tipo de radiodifusión fue tan grande que provocó la aprobación de la Ley 9.612/98, reglamentada por el Decreto 2.615/98, en medio de un gran conflicto de intereses[3]. Ella instituyó el Servicio de Radiodifusión Comunitaria, sonora, en frecuencia modulada, operada en baja potencia (25 watts ERP) y con antena no superior a 30 metros.

Pero la no visión MASS MEDIÁTICA de lo popular, no quiere tener como punto de llegada una utopía negativa, solamente me sirve para introducir mi propuesta, una iniciativa que traigo a este SEMINARIO DE COMUNICACIÓN COMUNITARIA, ALTERNATIVA Y POPULAR a nombre de la experiencia que he tenido durante los últimos 10 años como periodista en ejercicio y desde hace tres como docente e investigador en temas de medios masivos de comunicación.

La reciente caída en Ecuador de Lucio Gutiérrez y la salida de otros regímenes populistas en Latinoamérica, son fuertes discursos para quienes estamos en los medios masivos de comunicación. Hoy nuestros públicos en los medios masivos al igual que en los comunitarios o alternativos, quiere obtener respuestas: respuestas a las preguntas que indagan sobre el ser humano y su fin último, respuestas que procedan menos de los tecnicismos y más de la realidad de la gente “de a pie”.

El periodismo necesita con urgencia, recuperar las fuentes anónimas de la realidad, esos seres humanos de carne y hueso que quieren mirarse en la pantalla, leerse en la tinta fresca de los periódicos, escucharse en las ondas hercianas de la radio o interactuarse en la realidad digital de las nuevas tecnologías. La respuesta al desencanto político de los populismos en Latinoamérica, urge de las facultades, de las Instituciones, de las agremiaciones, una reformulación del Profesional comunicador que estamos formando. Para mí es imprescindible la formación y más aún es imprescindible que sean PERIODISTAS PROFESIONALES los únicos que desempeñen esta bella función, cuestionada por muchos “profesionales” que se dicen a sí mismos comunicadores, sin tener a cuestas la formación o la experiencia de la reportería para hacerlo.


1] Krohling Peruzzo, Cicilia M “Comunicación en los movimientos populares. La participación en la construcción de ciudadanía” 1998”, capítulo 3, Comunicación Popular: Fundamentos Teóricos.
[2] KUCINSKI, Bernardo. Jornalistas e revolucionários - nos tempos da imprensa alternativa. Sao Paulo, Scritta Editorial, 1991.

[3] PERUZZO, Cicilia M. Krohling. Participaçao nas rádios comunitárias no Brasil. Paper apresentado na Iamrc
Conference. Oaxaca/México, julho de 1997.

Interrelación, comunicación e interacción entre organizaciones sociales para una intervención articulada:
Un primer punto de partida en la discusión

Por:
Gabriel Jaime Vélez Cuartas

Maestro en Comunicación Universidad Iberoamericana México DF. (2002)

Especialista en Periodismo Urbano Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín (2000)

Comunicador Social Periodista. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín. (1998)

El hablar de redes sociales hoy no es una moda. No es tampoco un imperativo ético, así, hablar de redes no es una necesidad moral por el recuperar ciertos valores como la solidaridad, en un mundo sin horizonte común. Hablar de redes hoy, es una necesidad a la que han llevado procesos políticos, sociales y económicos contemporáneos que han convertido al planeta en un lugar donde los habitantes del mundo pueden experimentarse como parte de un mismo espacio en el que cada acción que emprenda un grupo, probablemente de alguna forma afectará a otro grupo en el otro lado del planeta si tiene los medios tecnológicos adecuados.

Ese hacer parte de un mismo espacio global donde el sistema se ha hecho más visible que nunca hace necesario el hablar de redes. La agenda de quienes investigan y hablan sobre la intervención social de distintos sectores, necesariamente tienen que abarcar temas que se refieran a interrelaciones, dependencias, interacciones, estrategias cooperativas y comunicación. Y esto, precisamente porque las instituciones sociales y sus grupos organizados han llegado a tal nivel de especialización en sus funciones dentro del planeta, que la autonomía no puede ser más que relativa al contexto en que se desenvuelve cada organización humana.

Toda organización depende de recursos y ninguna existente en el planeta puede autoabastecerse. Esta condición genera dependencias que necesariamente nos empujan a una mirada reticular del mundo social; redes que pueden ser planteadas como relaciones poco estructuradas y precarias o complejas y extensas, o bien rígidas y formales, o con bordes y límites poco definidos e informales, para dar un corto ejemplo de caracterización de las relaciones sociales.

De esa forma, el tema de redes no puede ser una moda. Si se hace concepto desgastado, no será porque deje de ser un problema el de la interrelación, sino porque las formas de abordar la explicación de interrelaciones e interacciones se agota en conceptos que pueden ya no explicar nada por no referirse más a datos empíricos o por agotamiento de imaginación sociológica para problematizarse la realidad.

En un esfuerzo por contribuir a la construcción de nuevas problemáticas que reten a la capacidad explicativa de modelos conceptuales sistémicos, pero sobretodo que ayuden a clarificar y sistematizar estas experiencias de interrelación e interdependencia, es que surge nuestra cuestión.

Esta preocupación formal, se cruza con preguntas surgidas de experiencias pasadas con organizaciones sociales y estatales que intentaron alguna articulación en algún comité interinstitucional y tuvieron alguna dinámica comunicativa que les permitió o no llegar a acuerdos y desenvolverse de determinada forma.

La preocupación básica de estas organizaciones era el tema de la juventud y actuaban en una zona económica, política y socialmente marginada de la ciudad de Medellín, en Colombia. Algún tiempo articularon esfuerzos, en una época donde la gran oferta de programas para jóvenes provenientes del Estado, las organizaciones no gubernamentales y las organizaciones comunitarias era bastante amplia, por lo cual se requería de cierta coordinación, para lograr resultados sociales efectivos y disminuir la situación de emergencia que vivía la ciudad en materia de seguridad, en una época donde los altos índices de violencia eran atribuidos a bandas juveniles y donde precisamente eran los jóvenes mismos las mayores víctimas.

Pero precisamente la emergencia del fenómeno, que tal vez duró algo más de un lustro podría decirse que poco tiempo dejó para la reflexión sobre la intervención institucional. Pues los académicos estaban más ocupados en resolver el problema de las causas de la violencia, que en examinar cualquier modo de intervención institucional que intentara resolver el problema.

Desde esos dos contextos, uno que tiene que ver con preocupaciones formales y el otro con preocupaciones empíricas es que surgen dos cuestiones: una, que es la reconstrucción de las relaciones entre organizaciones sociales que intentan articular sus proyectos para emprender actividades cooperativas procurando mejorar un entorno social; y dos, intentar una visión de esas interrelaciones desde el punto de vista de un intercambio comunicativo, es decir, como descripción de estrategias para la toma de decisiones colectivas, y las variantes que entran a jugar en el proceso comunicativo como tal.

Esta delimitación centra nuestra problemática en una temática puntual: la comunicación entre organizaciones sociales en condiciones de interdependencia, que tienen como objetivo individual, aportar al bienestar de cierta comunidad, y que pretenden como colectivo, coordinar sus actividades para potenciar su efectividad.

Esta delimitación supone básicamente tres aspectos a analizar: interrelaciones e interdependencia entre las organizaciones, interacción entre las organizaciones y procesos comunicacionales. A continuación se intentará dar un desarrollo conceptual a cada uno de estos términos que se constituirán en categorías de observación y análisis con base en los planteamientos de la teoría de dependencia de recursos.

La categoría de interrelaciones organizacionales e interdependencia remite a una visión sistémica de la organización humana no desde una perspectiva del todo y las partes, sino más bien del sistema y su entorno. Por tanto no interesan para este estudio tanto la conformación al interior de las organizaciones, sino como se constituyen éstas en su entorno.

De esa forma, la organización nace en el seno de una realidad ya constituida por relaciones políticas, sociales y culturales. La organización entra al juego en tanto elige unas reglas ya establecidas dentro de las cuales actuar y formas de intervenir el mundo social. Pero esa elección la pone en una perspectiva única en la realidad que le permite un mundo de posibilidades de interrelación.

De esa forma hay un contexto cultural en el que se inserta, una decisión de cómo entender y representarse esa realidad desde sus posibilidades, un contexto político, en donde se elige un proyecto social, lo que implica unas organizaciones con las que se comparte ese ideal social o esa forma de ver el mundo, y un contexto económico, que le permite subsistir como organización en tanto desde su proyecto social y desde el contexto que ofrece algunas formas de financiación, comienza a jugar con todas esas organizaciones elegidas para su financiación.

Las interrelaciones son entendidas como los lazos establecidos dentro de un sistema total que se configura como entorno de cada organización. Es la sumatoria de relaciones importantes para el desarrollo de la organización y todos los factores externos que la constriñen y le permiten a la vez jugar en un entorno, con unas posibilidades de movimiento que le son propias.

La interacción se refiere a un segundo nivel de relaciones dentro del sistema. Es un nivel próximo, son los actores más cercanos y con los que se establecen relaciones de interdependencia en tanto que cada organización no es autosuficiente en la consecución de recursos para sobrevivir y responder a las demandas.

Para describir el proceso interacción de las organizaciones se requieren examinar dos asuntos: representación que cada organización tiene del ambiente y su proceso de toma de decisiones con respecto a las interacciones que se desarrollan puntualmente en la articulación del proyecto individual (de la organización) con el de otras organizaciones. Si bien las interrelaciones describen un entorno y sus reglas de juego, las interacciones describen el juego mismo.

La representación del ambiente lleva a tomar ciertas decisiones que le ayuden a moverse en su entorno. Ello se ve reflejado en un intercambio de recursos específicos con las otras organizaciones y una justificación argumentada para la transacción.

Algo final a ser tenido en cuenta dentro de esta categoría sería de un lado la representación del ambiente y de las organizaciones con las que se interactúa desde un punto de vista del proceso de toma de decisiones en tanto las representaciones y los objetivos mismos van cambiando en el proceso de interacción.

En este nivel coinciden red intencional o conformación de un grupo intencional para la cooperación y red de interdependencia, es decir, de relaciones establecidas por necesidad en torno a la consecución de recursos y lucha por el control de un entorno social. Esta coincidencia definitivamente afectará la categoría de comunicación en tanto las relaciones comunicativas que se establecen, tienen estas dos condiciones: interdependencia e intencionalidad cooperativa.

Si bien desde cierta perspectiva, las interrelaciones y la interacción, se pueden observar como procesos comunicativos en sí mismos, al haber intercambio de información, percepciones y representaciones del ambiente, es importante hacer explícita esta categoría en términos de proceso global como articulación efectiva y realización total de las intenciones de las organizaciones al pertenecer a un colectivo con pretensiones de articulación de sus programas.

Lo que interesa es el éxito o el fracaso en la articulación de agendas organizacionales. La comunicación de ese modo es vista en términos de articulación de intenciones y acciones entre las diferentes organizaciones, y todos los factores que influyen en ese proceso de conformación de red activa, formal e intencionada. Pero no sólo mirar este proceso en términos de fracaso o éxito, sino de transformación y crecimiento colectivo. De allí que sea importante describir las relaciones, los intercambios, las actitudes y percepciones dentro de los procesos de interacción, como también los encuentros y desencuentros entre los participantes que finalmente llevan a construir agendas conjuntas, proyectos colectivos o simplemente acciones compartidas.

Cuando se habla de comunicación en este contexto, siendo enfático en este punto, se habla de los esfuerzos intencionales de cada organización por intentar articularse con otra organización en la constitución de un proyecto cooperativo, y también del proceso entre las organizaciones participantes en el diálogo abierto para la construcción colectiva.
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OPINION PÚBLICA


GONZALO MEDINA PEREZ



Licenciado en Ciencias de la Comunicación Universidad de Antioquia
Magíster en Ciencia Política, concedido por el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia (1991-1994).

NDICE
CAPITULO I: SOBRE EL CONCEPTO DE OPINION
1.1. El derrotero de la opinión. La presencia de la actitud.
1.2. Particularidades de la opinión: objeto, dirección, intensidad y funciones.
1.3. Sobre el concepto de lo Público
1.4. La opinión y lo público: papel de lo privado y de lo íntimo.

CAPITULO II: GENESIS DE LA O.P.
2.1 La economía y la política en la aparición de la Opinión Pública. El tráfico de noticias.
2.2 Dimensión política de la información.

CAPITULO III: LA CONSTRUCCION DE LA O.P.

CAPITULO IV: ESTADO DE DERECHO - SOCIEDAD CIVIL Y O.P.
4.1 Características generales del Estado de Derecho
4.2 Las reformas constitucionales en Colombia y el Estado de Derecho.
4.3 Sobre la Sociedad Civil.
La problemática invocación de la Sociedad Civil.
CAPITULO V: LA O.P. COMO CATEGORIA
5.1 El enfoque Sistémico sobre la O.P.
5.2 .La Agenda Setting
5.2.1. Desarrollo de la teoría de la Agenda Setting.
5.2.2. Sobre El Encuadre
5.3. La Espiral del Silencio
5.4. La O.P: producto de una cascada?
5.5. La Encuesta: una nueva manifestación de la O.P.?
5.5.1. Encuestas y O.P.
CAPÍTULO 1. HISTORIA DE UNA APARICIÓN

Atreverse a incursionar en el territorio de la Opinión Pública, conlleva aceptar el reto de adentrarse en sus orígenes, con todo y los laberintos que tal aventura ofrece a quien se siente atraído por investigar una de las figuras teóricas que más definiciones ha producido en el ámbito del pensamiento contemporáneo. Y fruto de tal abundancia de intentos, son las preguntas que al respecto la misma Opinión Pública sigue suscitando, sea para interrogarse por la ciencia o por la disciplina que le dio vida, por el contexto histórico que la vio irrumpir o por el sentido que adquiere cuando es invocada por los distintos agentes sociales y políticos que con ella buscan incidir en la agenda pública regional o nacional y a la vez en las decisiones colectivas de su respectivo país.

Por lo tanto consideramos necesario contextualizar primero el escenario en el cual surge la Opinión Pública, para luego caracterizar la composición del término y rastrear los pasos que ha seguido y que la han perfilado a través de la historia. De esa manera tendremos mayores elementos de juicio para comprender las diferentes concepciones teóricas que poco a poco le dieron la mayoría de edad intelectual a una expresión que, cuando se pronuncia, parece invitar más a la confusión que a la certeza.

Para un autor como Vincent Price, por ejemplo, la Opinión Pública es una hija indiscutible de la Ilustración (1). Y destaca el papel jugado en su aparición por las filosofías políticas existentes en los siglos XVII y XVIII, representadas en nombres como los de Jhon Locke, Rousseau y Bentham. Estableciendo una comparación entre algunos planteamientos sostenidos por pensadores como Platón y Aristóteles, referidos a la relación pueblo-gobierno, y los aportes de filósofos políticos del siglo XVIII, sobresale la figura que conjuga los términos “opinión” y “pública”, ambos articulados por el factor político.

Si bien se señala que a comienzos del siglo XVIII, los ingleses usaban frases como “ opinión del pueblo” y “ opinión del público”, son los franceses los autores y difusores del concepto “Opinión Pública”, según afirman autores como Jurgen Habermas (3) e Isabelle Noelle Neuman (4). Incluso se reconoce a Juan Jacobo Rousseau como el primero en usar el término, entendido como referencia a las costumbres y modos de la sociedad. Para ese momento histórico, la Opinión Pública se asociaba más con “bien público”, “espíritu público”, “conciencia pública”, o sea que aquélla era concebida con un carácter más político que social

CAPITULO I: SOBRE EL CONCEPTO DE OPINION

Para algunos autores, la opinión, llamada también Doxa - o sea no episteme, no conocimiento- lleva en sí elementos de negación de toda filosofía, entendiendo por ésta la atracción desinteresada por el saber y la verdad; al mismo tiempo aparece como negación de toda ciencia, animada por el propósito de llegar al conocimiento, con sus características de producto objetivo, sistemático, metódico y racional de la realidad.

Se desprende de ello que “la opinión crea una ilusión de conocimiento, de dominio de la verdad, de percepción irrefutable de los hechos”, en palabras de Luis Aníbal Gómez (1). Pero en realidad, la opinión guarda una estrecha relación con la conducta y por tanto con las acciones de los hombres, con sus actitudes, por lo cual transforma y dirige las actuaciones y los criterios humanos.

LAS OPINIONES HACEN VER DISTINTAS LAS COSAS. LOS HECHOS SE RECUERDAN COMO NO SON, LOS HOMBRES ACTUAN EN LA VIDA PERSONAL Y POLITICA DE ACUERDO CON LO QUE CREEN. SE CONSIDERAN CON LA RAZON (2).

Por su parte, Gastón Bachelard (3), al plantear el problema del conocimiento en términos de obstáculos, señala que la ciencia, tanto en su principio como en su necesidad de coronamiento, se opone en absoluto a la opinión. Si en alguna cuestión particular debe legitimar la opinión, agrega Bachelard, lo hace por razones distintas a las que fundamentan la opinión; de manera que la opinión, de derecho, jamás tiene la razón. La opinión piensa mal, no piensa; traduce necesidades en conocimientos. Al designar a los objetos por su utilidad, ella se prohíbe conocerlos.

En consecuencia, nada puede fundarse sobre la opinión: ante todo es necesario destruirla. Ella es el primer obstáculo a superar. El espíritu científico nos impide tener opinión sobre cuestiones que no comprendemos, sobre cuestiones que no sabemos formular claramente. Ante todo es necesario saber plantear los problemas, señala Bachelard.

Pero lo que la gente cree, tiene tanta realidad como los mismos hechos. La opinión como hecho, obra como realidad. O sea que si bien la opinión puede no contar como método científicamente válido de conocimiento, sí constituye un elemento de primer orden al vincularlo con el hombre y su conducta. Además porque la opinión está relacionada no sólo con las representaciones mentales de los sujetos, sino también con las formas de saber que éstos construyen para enfrentar y superar sus problemas cotidianos y a la vez para hacerlas parte de su forma de habitar el mundo - lo que otros definen como cultura-.

Agnes Heller, al desarrollar su planteamiento sobre otras formas de saber que logran concebir y poner en práctica los seres humanos, plantea su concepto de “Saber Cotidiano”, entendido como “la suma de nuestros conocimientos sobre la realidad que utilizamos de un modo efectivo en la vida cotidiana del modo más heterogéneo, o sea como guía para las acciones y como tema de conversación” (4). Ese saber es objetivo porque se convierte en patrimonio de un sólo sujeto y también de un estrato social o de toda una comunidad. En este último caso, ese saber adquiere la característica de normativo porque pasa a ser parte de la identidad de ese estrato o clase social y en consecuencia es asumido por todos sus integrantes.
A propósito de ello, Heller sostiene que todo individuo debe poseer un mínimo de saber cotidiano, o sea una especie de suma de los conocimientos que todo sujeto debe interiorizar para poder existir y moverse en su ambiente. Es el caso, por ejemplo, del conocimiento de la lengua, sin el cual un individuo no podría interactuar en una sociedad o un espacio determinado. Ese saber mínimo es dinámico y por tanto cambia en su contenido y en su extensión. Es el caso del saber mínimo que debe poseer el habitante de una ciudad en relación con el que necesitaba un campesino de la edad media. También la extracción de clase social incide en la determinación de los tipos de conocimientos y capacidades específicas que se necesitan para moverse en un medio y que a la vez son parte de la identidad de esa comunidad. Mientras ese campesino medieval no necesitaba de saber golf para actuar en su ámbito, un ejecutivo empresarial contemporáneo requiere saber de programas de computadores.

Esos saberes, entendidos ya como parte de la cultura de una sociedad o de una clase social o de un grupo más específico, inciden en las representaciones mentales individuales y colectivas de los sujetos. Es decir, las concepciones del mundo, del hombre, de la historia, de la política, de los conflictos, entre otros, están impregnadas de esos saberes cotidianos. Lo propio sucede con las opiniones que se emitan frente a cualquier fenómeno. El hecho de que en la construcción de esos saberes no haya operado un procedimiento científico - en el sentido occidental- no significa que deban ser despreciados y con ellos las opiniones que emitan tales individuos. Por ello no puede hablarse de la opinión como un fenómeno exclusivamente espontáneo, carente de seriedad cognitiva y asociado sólo como falsa ilusión de conocimiento. En las opiniones que emiten los sujetos están presentes sus propias representaciones de la realidad y por tanto éstas tienen un peso específico, una incidencia concreta en las decisiones políticas que en cualquier momento afectan a una sociedad.

1.1. EL DERROTERO DE LA OPINION. LA PRESENCIA DE LA ACTITUD

En relación con el proceso que sigue la opinión, podemos señalar que la percepción de un estímulo u objeto provoca en el sujeto una reacción o respuesta. Éste pretende aprehender la realidad, con toda objetividad. Mas, si la realidad fuera aprehensible a partir de la mera percepción, no habría problemas y el conocimiento sería innecesario. La opinión, justamente, constituye un esfuerzo personal de conocimiento, aunque pueda producir una visión errónea, no objetiva. Marx lo dijo en su momento: “si la apariencia y la esencia de las cosas coincidieran, no habría necesidad de la ciencia” (5).

Cuando no se tiene conocimiento o una percepción cierta de una cosa, atravesamos un estado de duda o incertidumbre. Se trata de un estado de incomodidad, desequilibrio, inquietud. La duda genera cierto desagrado e impide para la acción. Se llama duda negativa a la que se origina por la ignorancia frente al asunto en cuestión, lo que le impide al sujeto pronunciarse ante él; le faltan referentes o elementos de juicio para abordar el problema; y se habla de duda positiva cuando ésta es el resultado de una igualdad, que puede ser real o presunta, de dos alternativas - es lo que Platón denominó aporía-.

Es en esa búsqueda de información que el sujeto llega a la posibilidad de emitir un juicio real o de hecho, producto de una relación experimental - mediante la visión, el oído-. Formarse un juicio no es otra cosa que tener una idea, o sea una unidad básica de información. Se emite también un juicio de valor o evaluativo, en el cual no sólo está el producto de una percepción, sino también de una valoración subjetiva, o sea aquella que produce la ideología. La opinión comporta un juicio de valor y representa a la vez un intento por superar el estado de duda que enfrenta el individuo. La opinión representa una presencia del yo, o sea que refleja su opción frente a un problema o su punto de vista particular sobre algún tema. La evaluación que antecede a la toma de posición se hace a partir del sistema de valores que orientan el comportamiento del individuo.
LA OPINION NO EXPRESA UN CONOCIMIENTO EN SENTIDO ESTRICTO SINO UNA APRECIACION Y EVALUACION SUBJETIVAS. EL CONOCIMIENTO A SU TURNO ES OBJETIVO Y PRODUCE JUICIOS REALES, concluye a este respecto Luis Aníbal Gómez(6).

Cuando la experiencia es sistematizada, o sea que se trata de convertirla en conocimiento, aquélla da paso a LA EVIDENCIA. O sea que ésta proviene de realidad misma.de las cosas. Por tanto, la evidencia consiste en UNA CORRESPONDENCIA ENTRE EL CONOCIMIENTO QUE TENEMOS DEL OBJETO, ASI SEA ABSTRACTO, Y LA REALIDAD DEL OBJETO. EL PROCESO INTELECTUAL DE LA OPINION NO NOS CONDUCE A LA EVIDENCIA SINO A LA CONVICCION, QUE ES UN ESTADO EMINENTEMENTE SUBJETIVO EN EL QUE PUEDE NO HABER CONCORDANCIA CON EL OBJETO EXTERIOR Y NO PUEDE COMPROBARSE EXPERIMENTALMENTE. LA EVIDENCIA ES UN PRODUCTO DEL CONOCIMIENTO OBJETIVO Y LA CONVICCION NO ES MAS QUE EL PRODUCTO DE UNA POSICION SUBJETIVA MUY ARRAIGADA QUE PARTE DE LA OPINION. (7)

Para Jean Stoetzel, la opinión “es un aseveración evaluativa que no es susceptible de justificación racional, es decir , de demostración” ( 8 ). Este autor plantea y analiza tres enfoques, que son progresivos, en el estudio de la opinión. Stoetzel se apoya en el criterio según el cual la opinión “es una formulación matizada de un asunto determinado que recibe la adhesión sin reservas de un sujeto” (9 ). Le asigna además una particularidad de medición al definirla como “la posición en una escala objetiva de la proposición a la cual un individuo acuerda su adhesión total” (10 ). Por otra parte, las opiniones de un individuo son “las manifestaciones, consistentes en determinadas fórmulas de una actitud que puede ser evaluada en una escala objetiva” (11).

A su turno, Emil Dovifat define la opinión como “el sostenimiento de una aseveración objetivamente insuficiente, y por eso busca testimonios y confirmaciones por medio del convencimiento… El opinante alienta aún una contradicción interior. Teme que el otro tenga razón y por eso se empeña en afirmar la suya”(12). O sea que el opinante tiene como finalidad convencer al otro y trata de lograrlo a partir de lo que él considera como verdadero. Si sus confirmaciones provinieran de evidencias objetivas, entonces el sujeto no habría emitido una opinión sino una hipótesis. Ésta, por lo tanto, debe desembocar en la evidencia, así como la opinión termina en la convicción.

1.2 PARTICULARIDADES DE LA OPINION: OBJETO, DIRECCION, INTENSIDAD Y FUNCIONES.

Luis Aníbal Gómez define los que son a su juicio el objeto, la dirección, la intensidad y las funciones de la opinión. Respecto del objeto, Gómez afirma que “éste es el estímulo capaz de producir una respuesta con características de opinión…no se trata, en realidad, de algo objetivo sino de la imagen que se tiene de la cosa. No se puede emitir una opinión sobre algo cierto; no se puede opinar ante la evidencia de que cinco y cinco son diez. En cambio se puede opinar sobre la existencia de Dios” (13 ). Añade que en general el objeto sobre el que actúa la opinión, es por lo general materia controvertible.

Respecto de la dirección de la opinión, el autor venezolano plantea que, por ser valorativa, ella se mueve “en una escala en cuyos extremos encontraremos aprobación y rechazo, pro-anti o pro-contra. Esto es, que la naturaleza de la opinión comprende cierta cualidad emotiva o afectiva, una cantidad mensurable de opinión”(14).

Afirma Gómez que también se dan casos en los cuales la orientación de la opinión responde a particularidades de la personalidad, por lo cual debe tenerse en cuenta la influencia de factores culturales y de comportamiento del sujeto, sin que tengan que ver en ello el objeto de opinión o el contenido de la pregunta (15).

En cuanto a la intensidad de la opinión, ésta tiene que ver con el grado de adhesión a la formulación de una opinión. En este sentido, Gómez anota que “la intensidad puede depender del grado de seguridad de la persona ante las cosas: en unas tiene más seguridad, en otras menos. Por ejemplo, ante una medida gubernamental se puede estar: 1) Totalmente de acuerdo; 2) De acuerdo; 3) No estoy seguro; 4)Depende; 5)Ligeramente en desacuerdo; 6) En desacuerdo total. Las respuestas # 1 y #6
serían las más intensas” (16).

Y finalmente, al identificarse las funciones de la opinión, Gómez señala las que se refieren a la adaptación del sujeto individual o colectivo a la realidad o a su grupo de referencia - o sea al que se pertenece-. Por su parte, Muchielli destaca como funciones personales de la opinión las que sirven para que cada uno se exprese y tenga conciencia de sí mismo y de sus aspiraciones y valores; para la defensa del Yo respecto del sufrimiento, en lo cual actúan mecanismos que operan automáticamente; para representarse a sí mismo ante los demás, dándose a conocer no sólo a través de su nombre sino también de sus propias opiniones; para orientar y organizar la conducta - a su nivel- y crear un sistema personal de opiniones (17).


Siempre que se habla de la opinión, inevitablemente aparece otra figura demasiado ligada a la anterior: la actitud. Mientras algunos analistas consideran que analizar la diferencia entre una y otra no es asunto de mayor trascendencia, otros afirman que de todas maneras la opinión y la actitud hacen parte del proceso en el que el sujeto toma posición acerca de situaciones, personas, conflictos, etc.

Sin embargo, Roger Muchielli (18) advierte sobre la tendencia de la sicología social que niega la realidad de las actitudes en el campo de la sicología individual. Para ello recurre a Stoetzel, quien afirma que “la actitud no está en las personas…es una causa abstracta” (19). Este autor, a su turno, se apoya en Paul L. Lazarsfeld, quien diseñó su método de análisis de estructura de grupo, a partir del cual la actitud constituye la expresión de un conjunto de opiniones que surgieron en una muestra a partir de un sondeo. De acuerdo con ese enfoque de la actitud, ésta no representa ya a individuos aislados sino a un conjunto de opiniones
Stoetzel define la actitud como una toma de posición central en materias de opinión. Se dice central porque involucra numerosas opiniones, cuya relación no tiene que ser de tipo racional. Por ejemplo, el marxismo leninismo o el neoliberalismo configuran dos tipos de actitudes y generan diversas opiniones. La explicación del porqué de esa variedad de opiniones frente a una misma actitud, tiene que buscarse en la historia de la sociedad de que se trate, o de una clase social o de un grupo humano determinado. En otras palabras, el análisis de la relación entre la actitud y la opinión exige involucrar el tema de la cultura para tratar de explicar cómo una misma actitud puede generar diversas opiniones entre sujetos individuales o colectivos, según el caso de que se trate.

O sea que, según Maletzke, las actitudes tienen un carácter interno en lo que a la personalidad del individuo se refiere. Por ello, es más difícil de expresar verbalmente pero a la vez más estable que la propia opinión. Pero en última instancia ambas determinan el proceso de toma de posición del sujeto. Este emite una opinión a partir de la actitud que le es característica.
Tratando de definir la actitud, hay autores que la conciben como “la suma total de inclinaciones y sentimientos, de prejuicios o aprehensiones, de las nociones preconcebidas, de las ideas, de los temores y convicciones acerca de cualquier materia, experimentados por una persona”(L.L. Thurstone).
Otro autor, Gordon Allport, afirma que “una actitud es un estado mental y nervioso de disposición, organizado a través de la experiencia, que ejerce una dirección o una influencia dinámica sobre la respuesta del individuo a todos los objetos y situaciones con los cuales está relacionado”.
Un tercer teórico, D. Katz, considera que “la actitud es la predisposición del individuo para evaluar algún símbolo o aspecto de su mundo de una manera favorable o desfavorable. La opinión es la expresión verbal de una actitud; mas, las actitudes pueden también ser expresadas por una conducta no verbalizada…”.

1.3 SOBRE EL CONCEPTO DE LO PUBLICO

Para analizar el papel de la opinión pública, y en particular de los medios de comunicación en la sociedad capitalista, es necesario señalar algunos elementos característicos de aquéllos, entre ellos su función pública, teniendo en cuenta que los medios tienen en el capitalismo una doble condición. En primer lugar, son privados por el tipo de propiedad que los distingue, teniendo en cuenta que son una empresa comercial con ánimo de lucro; pero también son públicos porque son depositarios de un bien colectivo - la información- que la sociedad les ha entregado para cumplir con la misión de registrar los hechos que son de interés general.

Esa particularidad social que tiene la información, en concepto del autor español José María Desantes(20), se materializa en la dimensión dialogante y participativa que conlleva dicha práctica, entendiendo que a su vez el diálogo y la participación tienen como razón de ser el tratar de incidir en la decisión política que haya de tomarse frente a un asunto que afecta a todos. De allí que informar- como responsabilidad social de los medios masivos, se vincula necesariamente con la posibilidad que dicha práctica tiene de influir en las determinaciones que toma un estado o gobierno y que van a afectar a todos los miembros de una sociedad.

Según Hanna Arendt, hablar de lo público implica referirse a la Polis, cuyo surgimiento significó la aparición de una esfera distinta al mundo de lo privado, asociación natural con el “oikos”- el hogar, vínculos de sangre y dominación-. El “oikos” era equivalente al “domus” - formado por la familia, los esclavos, la tierra-. El “oikos” se refiere a lo del ciudadano, lo particular, lo parental. Esta última categoría es prepolítica porque está ligada fundamentalmente al mundo de la necesidad, el de la sobrevivencia, una etapa primaria en la formación y evolución de un individuo.

El nacimiento de la polis- ciudad- le permite al hombre tener vida política, como opuesta a la privada. Y el ciudadano es la expresión de esa vida política. Ésta se caracteriza por lo colectivo, en oposición a lo particular, lo propio en su sentido más individual. La acción política es la desarrollada en el campo de lo público. Éste constituye la esfera de las representaciones, de los símbolos.

A juicio de Arendt y Norberto Bobbio, lo público es lo visible, lo que puede ver y oir todo el mundo y que debe ser escrutable por todos los sujetos - o sea que en lo público no debe haber lugar a decisiones ocultas-. El lenguaje permite la representación y la interrelación de los sujetos. Esa representación es real aunque se mueva en el campo de la abstracción, de lo simbólico.

El espacio de lo público es el de la praxis y la lexis; el espacio de los consensos, del ejercicio de la política, de las representaciones, o sea la lucha por el control del Estado. Esta figura, en el concepto moderno, se concibe como la expresión de los intereses generales que permiten cohesionar a una sociedad. O sea que el Estado es la instancia a través de la cual una clase o sector tiene la oportunidad de practicar un liderazgo, de dirigir a dicha sociedad, de representar sus intereses. En síntesis, de ejercer una hegemonía, de ser clase dirigente y no sólo clase gobernante. Y esa labor dirigencial está orientada a tratar de regular las desigualdades entre los distintos sectores y clases sociales.
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Lo público constituye el ejercicio de la política, de las representaciones colectivas, de los referentes éticos comunes, sobre todo en casos de conflicto bélico y en medio del antagonismo de intereses. La acción política implica la esfera de las representaciones, de los símbolos - himnos, banderas, escudos- que refuerzan la identidad necesaria en la lucha por el poder.



1.4 LA OPINION Y LO PUBLICO. PAPEL DE LO PRIVADO Y DE LO INTIMO.

Para articular la Opinión y lo Público - categorías en apariencia tan disímiles- y que produzcan esa figura compleja denominada Opinión Pública, es necesario tener en cuenta ámbitos como lo privado y lo íntimo. Porque cuando el individuo emite su opinión, está poniendo de presente todos los prejuicios que orientan sus actos y sus posturas ante la vida, prejuicios que hacen parte de las representaciones mentales que ha construido gradualmente con base en las influencias recibidas en instituciones como la familia, la escuela, el barrio, la iglesia, entre otras.

Partimos también de considerar que la relación entre lo privado y lo público no es excluyente sino por el contrario complementaria, de influencia recíproca. Porque al fin y al cabo el individuo es una totalidad y como tal combina su capacidad de razonar con sus emociones, pasiones, sentimientos y prejuicios. En otras palabras, la presencia pública de un individuo necesariamente comporta la proyección de su condición de ser privado, siempre con la aspiración de influir sobre otros individuos y sectores. La polémica que por épocas surge en Colombia acerca del aborto, por ejemplo, permite evidenciar que antes de alcanzar su carácter de tema de interés público, está su dimensión de asunto privado determinado por la influencia religiosa, bien desde el hogar o directamente desde la propia iglesia.

n Sobre lo Privado:

Eduardo Novoa Monreal precisa que la vida privada está constituida por aquellos fenómenos, comportamientos, datos y situaciones de una persona que normalmente están sustraidos al escrutinio de extraños y cuyo conocimiento por éstos puede turbarla moralmente porque afecta su pudor o su recato, a menos que esa misma persona apruebe su divulgación.

En el campo de lo público, el discurso es el que se orienta a la búsqueda de consensos, a convencer con argumentos, a persuadir. El ciudadano, en consecuencia, es aquel capaz de manejar el discurso con capacidad de convencer. En la vida privada, en cambio, no hay discurso sino autoridad, imposición, como sucede en el caso de la estructura de la familia.

Lo público ejerce su primacía bajo diversas formas, según las diversas maneras en que se entiende el ente colectivo- la nación, la clase, la comunidad del pueblo- y en favor del cual el individuo debe renunciar a su autonomía. Para ello se parte de afirmar que el todo es primero que las partes; de que la totalidad tiene fines que no pueden reducirse a la suma de los fines de los individuos que la componen. El bien de la totalidad, una vez alcanzado, se transforma en el bien de sus partes. La prevalencia de lo público significa el aumento de la intervención estatal en la regulación coactiva del comportamiento de los individuos y de los grupos que están por debajo del Estado.

El Congreso de Juristas Nórdicos reunidos en Estocolmo en 1967, estableció que la vida privada debe ser reconocida como un derecho fundamental de la persona humana, por lo cual debe protegerla contra las autoridades públicas, el público en general y los demás individuos. Consiguió también que el derecho al respeto a la vida privada es el derecho de una persona a ser dejada en paz para vivir su propia vida con el mínimo de injerencias exteriores.

La vida privada de cada persona se entiende también como el derecho que a ella le asiste para determinar de qué se informa sobre sí misma y qué debe compartir con los demás, a la vez admite que ciertas informaciones hagan parte de un acumulado moral y que por tanto no deben ser divulgadas a cualquiera otra persona. Sin embargo, es preciso aclarar que el derecho a la privacidad , dada la relación recíproca entre lo público y lo privado, está limitado por las figuras de libertad de expresión y el derecho a la información. Es el caso, por ejemplo, de los hombres públicos, cuya vida privada debe gozar de inmunidad, salvo que pueda probarse que está estrechamente unida a los acontecimientos públicos que él protagoniza.

Los juristas nórdicos manifiestan que la libertad de expresión es una de las principales libertades del hombre y de ellas dependen otras muchas, “por lo cual no debe ser restringida por una legislación especial destinada a proteger la vida privada contra la intrusión de la persona o de otros medios de comunicación, salvo si ha sido probado que la disciplina libremente establecida por la propia prensa y los otros medios de comunicación de masas y la deontología definida por las organizaciones profesionales no han dado resultado”.

n Sobre la Intimidad:

En opinión del autor español Miguel de Urabayen, el concepto de intimidad se refiere a lo interior, a lo más reservado, a lo más profundamente sentido por el ser humano. Lo íntimo “se relaciona con soledad, con reserva, se refiere a una persona en sus relaciones consigo misma o con algunas otras que muy cercanas a él - mujer, hijos, padres, algunos amigos- le rodean en su vida cotidiana como sucesivos y apretados círculos concéntricos. (21).

Agrega Urabayen que “…debemos distinguir dos significados en el concepto de intimidad, uno estricto ya aludido, y otro más amplio equivalente a vida privada. Este último sentido abarca aspectos que no son literalmente íntimos ni secretos, sino meramente privados. Aspectos que no nos gustaría ver públicamente divulgados, aunque si así sucediera, no resultase ningún perjuicio para nosotros”.(22).

Para otros autores, tratar de definir la intimidad no siempre arroja un resultado satisfactorio, debido al fuerte contenido emocional, compuesto por sentimientos, creencias o modos de conducta que son muy personales. Para el Comité Británico sobre la Privacidad, “el campo de lo íntimo está gobernado en una parte no desdeñable por los modos y costumbres de la sociedad de que se forme parte, sujetos a cambios considerables en nuestro tiempo”.

Para Luis Recasens Siechnes, la intimidad “es sinónimo de conciencia, de vida interior, por lo cual se escapa completamente al ámbito jurídico, debido a que es desde todo punto de vista imposible penetrar auténticamente en la intimidad ajena”. Lo íntimo, dadas sus características propias, ni siquiera es susceptible de ser normatizado buscando definirle sus propias fronteras. De ahí que hablar de intimidad y de buen nombre - tal como lo señala el artículo 15 de la Constitución Política de Colombia- es abrir un espacio amplio que por tal razón permite diversas interpretaciones.

Retomando la relación entre lo público y lo privado, el sicólogo mexicano Pablo Fernández Christlieb señala que el territorio de lo privado constituye no sólo un dominio de lo individual sino también de lo colectivo, igual que sucede con lo público. “…Lo privado también cabe en lo público, o…lo personal es político” (23 ). Añade este autor que ambos espacios conforman “…una sola atmósfera por donde el aire de lo simbólico pasa sin mayores obstáculos, como un mismo Espíritu, de modo que, la separación entre lo público y lo privado no es un dogma de fe ni una ley de la vida: se hace política desde los cafés y dentro de la casa” (24 ).

Fernández define lo Público y lo Privado como “…instancias simbólicas del proceso colectivo de construcción de la realidad, que se constituyen, no como extremos de un continuo, sino como momentos de un proceso, y su cualificación de público y privado sólo puede hacerse por referencia recíproca : algo es público con respecto a algo privado y viceversa. Lo público vendría a ser aquella instancia simbólica con mayor grado de comunicabilidad, de mayor riqueza significante, es decir, lo que es comunicable con respecto a algo que no lo es…lo privado, por su parte, es aquello que aparece como no real en ese contexto, aunque en otro sí lo sea y sea, entonces, público ahí. Lo público es pues, aquel conjunto de símbolos cuyos objetos son reales en una situación determinada, y son privados aquellos conjuntos de símbolos que en una situación dada no pueden ser concebidos como realidad” (25).

Como puede verse, a pesar del intento por tratar de establecer una frontera plenamente delimitada que separe lo público respecto de lo privado y lo íntimo, no se logra aislar dichos ámbitos y por tanto no es posible asumirlos como opuestos o excluyentes. Por el contrario, cuando se piensa en la dinámica de los medios masivos , con todo y el predominio de lo público, subyace el vínculo con el mundo de lo privado porque al fin y al cabo los temas de interés público son protagonizados por hombres que lograron proyectar su interés o punto de vista privados, bien sea como sujetos individuales o como sujetos colectivos.

Más aún, las tendencias actuales de los medios masivos a nivel mundial, junto a una nueva conceptualización de la política, registran el auge de la privacidad como tema de interés público. Al lado del énfasis que se le da a la vida privada de los hombres públicos -políticos, gobernantes, artistas- se suma ahora la línea de ventilar en público los conflictos, frustraciones y dramas propios de la vida íntima de los individuos, con todo y ser anónimos. “El show de Cristina” es el programa pionero en ese sentido, a partir del cual se han creado producciones similares en distintos países -caso de la televisión peruana-. Un antecedente al respecto lo constituyen ciertos cantantes, actores de cine y televisión, como también miembros de realezas, quienes se dieron a la tarea de divulgar su privacidad a cambio de millonarios contratos con medios de comunicación que la capitalizaban a través de fotografías, videos, libros, etc. Revelando sus romances con otros personajes públicos, divulgando intimidades de su vida sexual o de la de sus padres, o de algún familiar reconocido, cuando no vendiéndole a una revista la exclusiva de su operación de senos o de cara, medios y famosos explotan esa especie de “curiosidad pública” que los segundos inspiran en el común de los ciudadanos.

Y por otro lado, como producto del replanteamiento que ha sufrido la política en las últimas décadas - replanteamiento que ha tocado campos como el de los propios actores, el de las reivindicaciones y el de los métodos de lucha- han irrumpido en el escenario público ciertas prácticas y sectores que por tradición habían estado archivadas en el campo de la privacidad. Y su aparición tiene incluso el carácter de nuevas conquistas políticas - ver caso de las luchas de género en el caso de las mujeres, de la presión de reconocimiento que vienen ejerciendo los gays, etc-. Situaciones como las antes descritas permiten señalar que lo político ya no se agota en el campo de lo público, sino que lo privado también comporta una dimensión política.

A su turno, y como ratificación de esa relación recíproca entre lo público y lo privado, nos encontramos en la actualidad con la tendencia en la que el espacio tradicional de lo público - en este caso representado por el Estado- ha sido “invadido” por lo privado. O dicho de otra manera, funciones que tradicionalmente cumplía el Estado, ahora han pasado a ser facultad de los particulares, alegando mayor eficiencia e iniciativa individuales. En el caso de la seguridad social - ley 100 de 1992- el Estado le abrió otro frente de desarrollo a la empresa privada al aprobar la creación de las Empresas Prestadoras de Servicio de Salud -EPS-. Desapareció el Ministerio de Obras Públicas y en su lugar se creó el del Transporte - se liberó el Estado de la responsabilidad exclusiva de crear obras de infraestructura-.

Podemos entonces concluir que la relación entre lo público y lo privado es de complemento, o sea de mutua afectación, lo cual lleva a plantear que lo privado es también político. Y de igual manera, en lo público siempre hay un trasfondo determinado por las representaciones y prejuicios propios del mundo privado de los individuos, de los grupos sociales y de las organizaciones que en defensa de sus intereses buscan incidir en las decisiones políticas de turno.


LA OPINION PÚBLICA.


2.1. LA ECONOMIA Y LA POLITICA EN LA APARICION DE LA OPINIÓN PÚBLICA. EL TRAFICO DE NOTICIAS


Al referirse a las causas y circunstancias que a su juicio determinaron la aparición de la Opinión Pública, Jurgen Habermas señala los elementos que hacen parte del nuevo marco de relaciones capitalistas:
el tráfico de mercancías y el de noticias creado por el comercio en Europa. Aparecen los mercados y ferias en distintas ciudades. Se establecen redes de dependencia económica que superan las formas de economía doméstica. Esto ocurre en el siglo XVIII.

De otro lado, y como consecuencia de la extensión del mercado y del comercio, anota Habermas, se necesitaba de información más frecuente y exacta sobre hechos y antecedentes especialmente lejanos. El viejo intercambio epistolar da lugar a una correspondencia más profesional, aparecen los correos ordinarios - que partían en determinadas fechas-. Las grandes ciudades comerciales son al mismo tiempo centros de tráfico de noticias. Habermas advierte que no puede hablarse de la aparición de la prensa hasta tanto esa información periodística regular no sea accesible al público en general.


Los elementos que forman el marco tempranamente capitalista - el tráfico de mercancías y de noticias- demuestran por vez primera su potencial transformador en la fase del mercantilismo, fase en la que según el autor alemán se forman las economías nacionales y territoriales al mismo tiempo que el Estado Moderno. Este da paso al concepto de Poder Público, el cual se materializa en una administración constante y en un ejército permanente.

El atributo estatal no se refiere ya a la “corte” representativa de una persona dotada de autoridad, sino más bien al funcionamiento, regulado según competencias, de un aparato dotado del monopolio de la utilización legítima de la violencia. El dominio señorial se transforma así en “policía”. Las personas a ella subsumidas forman, como destinatarias de la violencia pública, el público.

Dentro del orden político y social refigurado durante la fase mercantil del capitalismo, se desarrolla a juicio de Habermas el segundo elemento constitutivo del tráfico tempranamente capitalista: la prensa. Los primeros periódicos, llamados “políticos”, aparecen semanal y luego diariamente. Estos contenían noticias internacionales acerca de sucesos bélicos, cosechas, impuestos, transportes y en general noticias sobre el tráfico mercantil internacional.

El tráfico de noticias se desarrolla no sólo en relación con las necesidades del tráfico mercantil, sino también en relación con el hecho de que las noticias mismas se han convertido en mercancías. O sea que la información periodística obedece a las mismas leyes del mercado, a cuyo surgimiento debe ella su propia existencia. Es decir, la noticia adquiere, además de un valor de uso, un valor de cambio. Toda la información tiene su precio y resulta natural la pretensión de ampliar las utilidades ampliando las ventas. Una parte del material de noticias recibidas comenzó a imprimirse periódicamente y a venderse anónimamente, con lo cual adquirió el carácter de público.

El periódico comenzó también a ser utilizado por parte de la administración para dar a conocer órdenes y disposiciones en bien de los súbditos. En esa medida la prensa se convirtió en una sistemática servidora de los intereses de la administración. Sin embargo, esas informaciones no llegaban al hombre común sino más que todo a los “estamentos ilustrados”. Esa capa burguesa que ha surgido a la sombra del Estado, ocupará una posición especial en el conjunto del “público”. Su núcleo lo constituyen los funcionarios de la administración real: juristas, médicos, curas, oficiales y profesores (26).

2.2 DIMENSION POLITICA DE LA INFORMACION

La invención de los periódicos, la imprenta, los libros, es lo que va dando forma a la aparición del concepto “Opinión Pública”. Este surge en Francia durante la revolución y es acuñado por el escritor Jacques Necker, quien como ministro de finanzas de Luis XVI comprendió que el lugar de la O.P. no estaba en el gobierno, sino en la esfera de los hechos públicos. Por tal razón dio a la publicidad las declaraciones fiscales, los rendimientos de cuentas para que el hombre común y corriente se formara su propia opinión sobre el gobierno. En este desplazamiento del concepto de lo público -de la órbita del Estado a la sociedad- influyó el fenómeno de la socialización de la producción, la cual, como contrapartida, generó una especie de socialización de los sucesos. Y a esto debemos sumarle el papel democratizador que en su momento cumplió la burguesía, referido a mejorar las condiciones materiales, el reconocimiento de libertades públicas como la libertad de expresión, de movilización, etc.


Con base en esos antecedentes, surge el periodismo no sólo como actividad empresarial - con ánimo de lucro- sino también como práctica encargada de poner en conocimiento de toda la sociedad, los hechos que son de interés público. Para cumplir con esa tarea, los medios de comunicación han asumido la responsabilidad de hacer uso de un bien público llamado información. Ello quiere decir que las empresas informativas tienen la exigencia de desarrollarse como empresa privada sin desvirtuar la naturaleza pública de la información.

Y esa tarea de interés colectivo que debe cumplir el periodismo, se materializa en tratar de definir, presentar y esclarecer los distintos hechos noticiosos de interés colectivo, buscando que tanto el Estado como la Sociedad Civil tengan elementos de juicio para fijar sus propias posturas frente a tales sucesos y frente al interlocutor respectivo. O sea que la información, como servicio público, está concebida para establecer nexos comunicacionales entre los distintos estamentos que participan de la dinámica social, política, económica y cultural en el plano local, regional y nacional.

Para que esa misión sea realidad, se requiere una información que incluya el contexto en el que ocurren los hechos, las características de éste, sus orígenes y antecedentes.

Porque esos son los requisitos para que la información tenga un carácter interpretativo o explicativo del hecho noticioso. Este ejercicio analítico es el que le permite a un actor del conflicto tener elementos de juicio para fijar su punto de vista ante el mismo, tratando de incidir en la decisión política respectiva.

La actividad investigativa, en el caso del periodismo, comienza por la valoración de la magnitud del hecho noticioso, tratando de establecer en qué medida afecta al conjunto de la sociedad. De esa manera se procede al tratamiento periodístico, teniendo en cuenta aspectos como son la recolección de los datos, su selección, análisis, síntesis, presentación y publicación del material periodístico dando cuenta del hecho noticioso. Tal material se interpreta en relación con las creencias, los valores, las culturas y circunstancias que rodean la dinámica de la sociedad.

Pero esa misma interpretación está determinada por la subjetividad del periodista, la cual debe ser tenida en cuenta a la hora de caracterizar el concepto de objetividad en el ejercicio periodístico.
El quehacer periodístico requiere de su dimensión investigativa, para que pueda contribuir a los propósitos que le son característicos:
n Informar: describir hechos y sucesos de interés público.
n Interpretar: además de describir los hechos, también intenta explicarlos de acuerdo con el contexto social , político, económico y cultural en el cual ocurren. O sea que el periodista debe recoger, seleccionar, analizar, sintetizar y ordenar los acontecimientos. En una palabra, interpretarlos.
n Orientar: informar e interpretar buscando incidir en la vida colectiva, tratando de comprender y transformar la realidad.
n Entretener: el periodismo debe ser, además, una suerte de recompensa para el perceptor. O sea que entretener se entiende como el proceso creativo con base en el cual algo se pone en común -de comunicar- en forma placentera (27).
n Testimoniar: a través del periodismo se da sobre la certeza o la falsedad de los hechos noticiosos, las ideas y las acciones que suceden en la vida social. Lo anterior significa que la función periodística debe implicar estas exigencias y por eso no puede hablarse de periodismo exclusivamente informativo, o de otro básicamente de entretenimiento, e incluso de un periodismo exclusivamente investigativo.

CAPITULO III: LA CONSTRUCCION DE LA OPINIÓN PÚBLICA COMO CATEGORÍA

La Opinión Pública debe ser reconocida como categoría componente del Estado Moderno. Pensadores como Locke, Montesquieu, Kant y Hegel no explicaron su aparición y desarrollo, pero sí la validaron como institución propia del ordenamiento jurídico del Estado. Para Rosseau, la O.P. debía ser entendida como expresión de la voluntad general - una especie de suma de voluntades individuales-; para Kant, era la concreción del concepto de Ilustración, del uso público de la razón y de la ley pública, mientras que para Hegel la O.P. estaba destinada a ser el instrumento mediante el cual la sociedad manifestaba su respaldo o su desprecio por las decisiones gubernamentales o por los propios gobernantes.

Para el mexicano Luis Fernando Aguilar Villanueva, uno de los primeros problemas que la O.P. pretendió plantear y resolver fue el de la formación política del Estado Moderno. Para ello partió de la pregunta: bajo qué criterios esa decisión es políticamente válida? De allí que, a juicio de Aguilar, la O.P. fue entendida originalmente como:

a) Libertad de opinar sobre asuntos generales o públicos de Estado - bien común, contenido y forma del Estado, forma y contenido de las decisiones gubernamentales sobre tales asuntos-.


b) Posibilidad de que la opinión sea publica y debatida públicamente por todos, mediante argumentos racionalmente sustentados. Así se neutralizan opiniones erróneas y se crean las condiciones para establecer los consensos generales o generalizables acerca de las leyes públicas a formular.

c) La exigencia de que el poder público actúa en conformidad con la “concordancia pública” de la opinión general, discriminada racionalmente y formada en el debate argumentativo.

Según las anteriores caracterizaciones, inicialmente la O.P. generó una plurisignificación de conceptos y la posibilidad de llevar a unidad la pluralidad y diferencia de las opiniones empíricas que los sujetos singulares pronuncian sobre la decisión jurídica del Estado. Esta posibilidad reposa en la capacidad racional de los opinantes - superar la minoría de edad de que habla Kant- o en la identidad del derecho racional que se muestra como universal y necesario.

Según Aguilar Villanueva, la formación de la decisión política de Estado está resuelta por el principio de que los principios de razón son los necesarios límites de la decisión política, pero ésta no es válida sin la O.P. El problema originario que ésta pretendió resolver fue la toma de decisiones políticas en condiciones de no arbitrariedad por parte del legislador gobernante. Aparece la decisión política determinada por el consenso. La O.P. era el ejercicio de reflexión de los individuos libres sobre su asociación y existencia universal como seres libres; era el consenso general, la opinión unitaria del público ciudadano respecto de la ley a promulgar y de la decisión a tomar.


Pero la aparición de las masas demandantes de igualdad, busca darle un nuevo significado a la vigencia de los derechos iguales y universales - llevar a un plano de igualdad social y material la igualdad formal de la ley. O sea que aparecen las reivindicaciones referidas a mejorar las condiciones de trabajo, lo mismo que aspiraciones personales y familiares. Se ponen en entredicho la formalidad del derecho igual, universal y abstracto, y se afecta la figura del ciudadano -la identidad universal que prescinde de las diferencias individuales y las concilia-.

La O.P. es sacudida como consenso político posible y como exigencia de decisión política conforme al “estado de la opinión”. Agrega Aguilar Villanueva que la economía de mercado- cuya instauración estuvo acompañada de teorizaciones fundantes sobre su característica de tener relaciones neutrales respecto del poder - pasa a ser el foco del conflicto político y materia prima de toda decisión política-.

El problema de esa decisión política se complejiza y genera la pregunta: cómo producir una decisión política capaz de consenso de masas, de identidad de sentidos con las demandas particulares y concretas que necesariamente conlleva y se desprende de la invocación del principio de justicia - igualdad social?


Puede concluirse, entonces, que la sociedad de masas, respecto del problema de la decisión política de gobierno, aumentó la complejidad del problema porque ya el gobierno enfrenta no sólo sujetos políticos individuales, sino también colectivos, o sea de clases. Al exigir las tesis democráticas y socialistas que la igualdad ante la ley signifique igual participación en la producción de la norma y del gobierno, se desencadenaron la pluralidad de ingenierías constitucionales, de planes políticos y por tanto la O.P. pasa a tener un sentido de pluralidad. Con esa nueva concepción, se supera la visión de la O.P. como expresión de consenso unitario.

En esas condiciones, la O.P. se convierte en una miscelánea de hechos y de razones igualmente dignas, sobre los que no puede haber criterios de exclusión. L.a O.P. no aparece ligada ya al consenso general, sino que se asocia con “la regla de la mayoría” en los procesos electorales del pluralismo de partidos, o en la concertación entre capital y trabajo con la presencia del Estado. Se configura entonces el pluralismo de lo público y se supera el consenso unitario como expresión de la O.P (28).

De allí que aparezcan algunas definiciones sobre ésta, como por ejemplo la de Hans Spier, según la cual “Entendemos por O.P. las opiniones sobre cuestiones de interés para la nación, expresadas libre y públicamente por gentes ajenas al gobierno, pero que pretenden tener el derecho de que sus puntos de vista influyan o determinen las acciones, el personal o la estructura del gobierno” (29). Se destaca allí el papel vigilante que sobre la gestión gubernamental cumple la sociedad a través de sus organismos representativos.

Aguilar Villanueva dice que la O.P. es una especie de conmutador que debe mantener una comunicación permanente entre el gobierno y la sociedad civil. Según este autor, la O.P. marca de alguna manera la armonía existente entre el ejecutivo y los distintos componentes de la sociedad civil.

Para Carlos Marx, cada clase social tiene su propia visión del mundo y de las cosas, la cual se origina tanto en su ubicación dentro de la estructura social, su situación ante el proceso productivo y su posición frente a la dinámica histórica. Para Marx, la O.P. configura una visión peculiar del mundo, enfocado desde la posición particular de una clase social dentro de la dinámica histórica.

Agrega que sólo las clases “en ascenso” logran una verdadera visión, es decir, que corresponde objetivamente a la realidad histórico-social; las clases en descenso tienen una visión “ideológica” y una conciencia “falsa” debido a su decadencia. Es decir, según Marx, una vez que la burguesía se instala en el poder, pierde su objetividad respecto de la visión del mundo que tiene la nueva clase en ascenso, o sea el proletariado.

De acuerdo con este enfoque marxista, la O.P. se encuentra dividida en dos sectores irreconciliables: el sector “ideológico” de la clase en descenso y el sector “objetivo” de la clase en ascenso. O sea que el carácter de objetividad y de verdad que puede encerrar la O.P. constituye un producto de clase. La propiedad de los medios materiales de producción permite a la clase dominante la producción espiritual. Puede, por lo tanto, dominar las ideas de quienes no pueden disponer de los medios de producción.

La clase dominante manipula la O.P. de tal manera que aparezca como la opinión y los intereses de los dominados. Esta manipulación, añade Marx, se lleva a cabo a través de los medios masivos de comunicación, los cuales deben crear la ilusión de que los intereses de los dominados son los mismos de los dominantes. Para el marxismo, la O.P. en el socialismo se convierte en un instrumento para la expansión y profundización de la conciencia socialista. La toma del poder por los trabajadores permite establecer una coincidencia entre los intereses sociales de los individuos y las necesidades objetivas de la sociedad. O sea que se dan las condiciones para la formación de una O.P. socialista unitaria.

Por su parte, el teórico alemán Niklas Luhmann insiste en una concepción de la O.P. como actividad de ciudadanos informados, críticamente conscientes, observadores y razonadores competentes, dispuestos a controlar y determinar la verdad del universo de las decisiones políticas. Agrega que previo al consenso debe estar el tema objeto de éste, el cual atañe a lo que es digno de debate e intercambio público de opiniones.

Advierte Luhmann que sin previo consenso sobre los temas, no puede haber opinión pertinente y mucho menos consenso entre las opiniones. Para este autor, la O.P. es relevante políticamente, funcional, no por su pretensión de consenso entre opiniones, sino por su producción de temas dotados de atención pública y especialmente por su producción de temas institucionalizados..

Señala textualmente Luhmann: “toda comunicación presupone, además de un lenguaje común, otros dos niveles diversos de determinación del sentido: la elección de un tema y la articulación de las opiniones relativas al tema. Estos temas son la estructura de toda comunicación política posible, por cuanto hacen posible una referencia común a un idéntico significado e impiden una relación verbal superficial” (30).

Señala luego que la O.P. reconceptualizada como tema institucional, constriñe a respuestas políticas en el sentido del tema y, de esta manera, controla y limita la arbitrariedad de la decisión política. Agrega: “la función política última de la O.P. es la de agrupar las elecciones políticas posibles y, por esta operación fundamental, ella se convierte en un “instrumento auxiliar de selección”. Cada opinión particular emitida es una selección entre elecciones posibles” (31).


CAPITULO IV: ESTADO DE DERECHO - SOCIEDAD CIVIL Y OPINION PUBLICA

La estrecha relación entre las tres categorías, surgida de su aparición más o menos cercana en el tiempo, y en especial en el proceso de construcción de la democracia moderna, hace que hablar de una de ellas obligue referirse a las dos restantes. Pensar aisladamente una de tales categorías, no significa otra cosa que castrarle su fuerza propia y a la vez negar que su dinámica condiciona el desarrollo de las otras dos.

Es el caso, por ejemplo, del Estado de Derecho, cuya legitimidad depende de la existencia de una sociedad civil actuante, movilizada y organizada frente al poder establecido. Y a la vez, el que la sociedad civil alcance tales logros, se explica porque está generando procesos de discusión, de intercambios, de incidencias mutuas, de interlocución y control hacia quienes ejercen el poder.

En esta parte del trabajo, presentaremos algunas características de las tres categorías y a la vez los nexos que marcan el necesario ritmo acompasado que todas deben llevar, entendidas como el marco jurídico-político en el cual se desarrolla la práctica de la información:

4.1 CARACTERES GENERALES DEL ESTADO DE DERECHO:

n El imperio de la ley, entendida ésta como expresión de la voluntad general, en el enfoque de Rousseau, para quien la libertad es un medio y no un fin. Al hablar de la libertad del individuo, él afirma que ésta debe ponerse al servicio de la totalidad, o sea de la voluntad general. Esta la define como aquella que surge luego del contrato social, que es una ficción o dispositivo para regular la relación entre los individuos. La voluntad general da paso a una voluntad colectiva que es la base del nuevo régimen. La voluntad general es una colectividad vista como nación, o sea que es una persona jurídica. Esto significa que la voluntad general no es una suma de voluntades individuales, sino un producto colectivo en el que todos se sienten representados. Producto de la voluntad general, surge el individuo que se obedece a sí mismo, o sea que acata la ley por convicción y no sólo por temor a la autoridad. La ley es definida por algunos autores como la concreción racional de la voluntad general, creada a su vez por el órgano popular representativo - parlamento o asamblea-. O sea que no hay estado de derecho si la ley proviene de una voluntad individual absoluta.
n División de Poderes: como mecanismo que evite manejos absolutistas en la administración del Estado, se crean los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Se parte de ejercer una especie de autocontrol entre las distintas instancias del Estado -por ejemplo del legislativo hacia el ejecutivo o del judicial hacia los dos poderes restantes mediante la figura de lo contencioso administrativo-. A través de ella, se ratifica la legalidad o no de las decisiones que toman los poderes restantes desde sus distintas agencias. El principio de separación de poderes responde a una división de funciones, pero a la vez a relaciones e intervenciones recíprocas. Pero apoyados en Kelsen, se trata, más que de separación de poderes, de evitar la concentración de éstos, sobretodo en manos del ejecutivo, porque es lo que garantiza el respeto a los derechos de los ciudadanos.
n Legalidad de la administración: es decir, las actuaciones se dan con base en la ley y no en el mero capricho del gobernante de turno. Toda decisión que provenga de cualquier instancia del Estado, debe tener un sustento legal. Ese es el principio del que debe partir todo estado que se denomine democrático y que esté inspirado en la figura del Estado de Derecho. La administración actuará con base en lo permitido por la ley previamente establecida. Cuando los grandes poderes gozan de una completa inmunidad - o sea que no existe control jurisdiccional sobre ellos- se crean las condiciones propicias para que, por ejemplo, el poder ejecutivo concentre más del poder requerido. En la experiencia colombiana sobre la aplicación del Estado de Derecho, sobresale como constante el excesivo protagonismo del Ejecutivo, en detrimento del legislativo y del judicial. La manifestación más reciente se remite a la reforma constitucional de 1968- gobierno de Carlos Lleras Restrepo- con la cual el presidente asumió funciones propias del legislativo, como por ejemplo la declaratoria del Estado de Sitio, el juzgamiento de civiles por parte de la justicia penal militar y la aprobación del presupuesto nacional, entre otras atribuciones.
n Derechos y libertades fundamentales: de su cumplimiento incondicional depende la realización plena del ser humano, bien sea como sujeto individual o como sujeto colectivo. Aún en situaciones excepcionales - llámese estado de sitio o de guerra-tales derechos y libertades deben garantizarse por parte del Estado. Es el caso, por ejemplo, del derecho a la vida, del derecho a la información. En la experiencia colombiana, la Constitución de 1886 autorizaba restringir la libertad de expresión en épocas de estado de sitio, lo cual se establecía a nombre de la seguridad nacional. El Estatuto de Seguridad impuesto en 1978 por el entonces presidente Turbay Ayala, prohibía a la radio y la televisión informar sobre casos de secuestros y en general de acciones guerrilleras.
La figura que contribuye a proteger y concretar las libertades y derechos de los
sujetos, es el denominado Estado Social de Derecho. Mediante éste, se pretende superar el nivel del individualismo a través de la intervención estatal para atender
los derechos sociales - los que deben cubrir a todos sin excepción-, como son la educación, la salud, el empleo, entre otros. Satisfacer tales derechos sociales, es establecer el denominado Estado del Bienestar.

4.2 LAS REFORMAS CONSTITUCIONALES EN COLOMBIA Y EL ESTADO DE DERECHO.

La expresión “letra y sangre” sintetiza el tipo de relación que la norma y la guerra han tenido en el desarrollo de las distintas crisis políticas que ha enfrentado Colombia a través de su historia. Dicho de otra manera, las numerosas guerras desatadas en nuestro país, se han justificado invocando la constitución política, bien sea para defender la vigente o para instaurar otra. Según la politóloga Olga Mestre de Tobón (32) en el siglo XIX se promulgaron 15 constituciones, hasta llegar a la de 1886. En el siglo XX se aprobaron 67 reformas constitucionales, hasta concluir con la nueva carta de 1991. La primera conclusión de esta situación, es la inestabilidad constitucional como una característica predominante en la vida republicana de nuestro país.

A juicio de esta autora, ello ha sido consecuencia de la incapacidad de la clase gobernante para imponer un proyecto hegemónico sobre el conjunto de la sociedad civil. Agrega que sus triunfos políticos siempre se han visto amenazados por los nuevos actores sociales y las nuevas clases emergentes que irrumpían para desplazarla de la dirección del Estado. De igual manera, las alianzas precarias, los intereses territoriales y el despotismo burocrático-militar de jefes y grupos políticos regionales, impidieron la estabilidad constitucional en el siglo XIX.

Algunas de las violaciones del Estado de Derecho, que se cometieron con base en la Constitución de 1886 y que incluso se cometen con todo y la actual carta política de 1.991, son las siguientes:

Restricción a la libertad de expresión (artículo 42).
n Expulsión del territorio o prisión o pérdida de derechos políticos, como castigo por emitir críticas públicas contra los gobernantes (ley 61 de 1888, conocida también como “ley de los caballos”).
n Declarar a Dios como fuente suprema de toda autoridad, con lo cual el Estado asume un carácter confesional , en oposición al concepto de estado laico. En el caso colombiano, el Estado mantiene un concordato con la iglesia católica, situación que le ha restado autonomía al primero a la hora de tomar decisiones en distintos campos de la vida social, política y cultural. Es el caso, por ejemplo, del tema del aborto, cuya discusión pública se ha visto restringida por la presión de la propia Iglesia, no obstante que la actual constitución política creó el ambiente propicio para que el aborto pueda ser analizado libremente como reivindicación de la mujer y se le quite el manto pecaminoso y punible que hasta el presente lo ha rodeado.
n Declaratoria del Estado de Sitio por parte del presidente y no del legislativo, con todas las medidas represivas violatorias de los derechos fundamentales (juzgamiento de civiles por militares, retención e incomunicación de personas por simple sospecha, violando el principio de la presunción de inocencia y el derecho al habeas corpus). Regularmente toda declaratoria de Estado de Sitio comportaba medidas contra los medios de comunicación electrónicos - radio y televisión-, a través de las cuales, por ejemplo, se les prohibía informar sobre determinados hechos delictivos protagonizados por la subversión.

Pero con todo y la nueva Constitución de 1991, en la que el Derecho a la Información supera el principio restringido de la libertad de prensa, propio de la carta de 1886, esa especie de prejuicio gubernamental según el cual informar sobre ciertos hechos contribuyen a la intranquilidad ciudadana o convierten a los medios masivos en cajas de resonancia de los grupos guerrilleros, se ha mantenido actuante en varios de los últimos gobiernos. Por eso, el 9 de noviembre de 1992, el gobierno de César Gaviria Trujillo, luego de decretado el estado de conmoción interior, expidió el decreto 1812 mediante el cual declaró la “guerra integral” contra la subversión. Entre las medidas tomadas incluyó la prohibición a la radio y la televisión de entrevistar a líderes guerrilleros de la subversión; transmitir en directo hechos de terrorismo, subversión o narcotráfico; identificar a testigos de hechos de subversión, terrorismo o narcotráfico.

Un intento del gobierno de Gaviria Trujillo por darle mayor permanencia a éstas y otras restricciones contra los medios masivos de comunicación, fue el denominado Proyecto de Ley #137 de 1994, conocido como Ley Estatutaria de Estados de Excepción. En él se establecían medidas de mayor permanencia para controlar los medios masivos de comunicación, siempre con el presupuesto de garantizar el orden público e impedir la apología del delito que se practica a través de los medios masivos. La ponencia que al respecto presentó el magistrado de la Corte Constitucional, Vladimiro Naranjo Mesa, señala que tal proyecto constituye una violación de un derecho fundamental como es el de la información, además de que invade el campo de autonomía y responsabilidad que requiere todo medio de comunicación para ejercer su función pública: “…la rectitud de la opinión no se logra mediante la censura o la coacción a la libertad, sino con la responsabilidad, la cual, se repite, no se pretende sin dejar la previa autonomía”(33).

Era pues tan evidente el espíritu censor de la iniciativa, que generó una ola de rechazo amplia y obligó a que fuera enterrada.

n El principio filosófico según el cual en el Estado de Derecho las reglas de juego se establecen desde un principio -para que el ciudadano sepa qué está permitido, qué está prohibido y a qué se atiene si viola la ley- ha sido violado en la experiencia colombiana a partir de la aplicación del Estado de Sitio. En 1988, el gobierno de Virgilio Barco Vargas, a raíz de las marchas campesinas del suroriente del país para protestar por la ola de violencia que los afectaba, expidió de inmediato un decreto prohibiendo todo tipo de movilización social. El gobierno, en consecuencia, violó el principio del derecho liberal de acuerdo con el cual “lo que no está prohibido, está permitido”. El ejecutivo invirtió el sentido del principio y estableció que “lo que no está permitido, está prohibido”.
n Monopolio de la fuerza: se trata a nuestro juicio de uno de los principios del Estado de Derecho más violados en la experiencia política colombiana, no sólo como efecto de la inestabilidad política y constitucional de que hablábamos antes, sino también de la incapacidad de las fuerzas armadas y los organismos de seguridad para garantizar el orden público en todo el territorio nacional. A la ausencia del Estado en distintas regiones con presencia guerrillera, se ha sumado la intervención de grupos paramilitares actuando autónomamente o en connivencia con las fuerzas armadas. Además de profundizar la crisis de legitimidad gubernamental, se cualifica esa especie de cultura privatizadora de la justicia, que se manifiesta en el tratamiento del conflicto individual más elemental y que ya está incidiendo en el espacio de la disputa por el poder político.

A las situaciones antes descritas, violatorias en Colombia del espíritu propio del Estado de Derecho, se debe agregar el proyecto de reforma constitucional presentado en 1997 por el gobierno de Ernesto Samper. En él se pretendía que los militares volvieran a juzgar a los civiles y que además actuaran de policía judicial -constituyéndose en juez y parte- y de otra parte que los congresistas pudieran ser nombrados para otro tipo de cargos públicos, lo cual, como ya está comprobado, atenta contra la independencia de los poderes públicos. El rechazo amplio que desató este proyecto, obligó al gobierno a archivarlo.


SOBRE SOCIEDAD CIVIL

En medio de la crisis política colombiana de los últimos años, cuando se ha querido identificar a otros protagonistas de dicha crisis, y que no sean ni la guerrilla ni el ejecutivo, ha ido ganando presencia en el campo público la expresión “sociedad civil”. Por eso escuchamos a dirigentes políticos, funcionarios gubernamentales, líderes empresariales, académicos connotados, entre otros, que invocan el término como llamando a alguien con una capacidad propia para actuar ante la crisis. Pareciera ser que se trata más que todo de un problema de voluntad, de decidirse a intervenir.

Por eso cuando se llama a la “sociedad civil” para que participe en la solución del conflicto armado colombiano, nos surgen preguntas como éstas:
n ¿Es la Sociedad Civil una figura dotada de una fuerza propia, que sólo necesita de querer movilizarse para incidir decisivamente en el rumbo de un conflicto?
n ¿O acaso la Sociedad Civil es el producto de un proceso educativo, de organización, de participación, de saber combinar la defensa de los intereses privados y públicos? O dicho en otras palabras, ¿Será que la característica de “civil” es algo que se gana una sociedad como producto de su proceso de maduración social y política?

Por tal razón, en esta parte del trabajo trataremos de plantear distintos enfoques que han intentado definir la figura “sociedad civil”, buscando precisar sus características y sus reales alcances frente a los conflictos políticos, sobre todo cuando éstos se desarrollan por la vía armada. Además porque no podemos hablar de la dinámica de la Opinión Pública, y también de su papel en el origen, desarrollo y tratamiento de los conflictos, sin referirnos a la propia sociedad civil.

Con el surgimiento gradual del estado capitalista moderno, aparecieron también distintas concepciones acerca del problema de cómo manejar o conciliar las libertades de individuos pertenecientes a distintos grupos y clases, con el orden político existente y con la necesaria coerción que requiere todo estado - léase monopolio de la fuerza - para asegurar su existencia y cumplir con sus funciones. En otras palabras, la discusión surgió tratando de definir cuáles eran las esferas estatales y cuáles las no estatales, con el fin de trazarle linderos a la acción legítima del estado, lo cual a su vez ayudaría a enriquecer las posibilidades de acción autónoma de la sociedad ante ese mismo estado.

Ana María Bejarano (34) presenta una especie de registro sobre las diferentes concepciones que han tratado de definir esa relación estado y sociedad. En desarrollo de esa relación aparece Hobbes con “El Leviatán”. Según este autor, se amplía el campo de acción del Estado y por ende se reduce el de los individuos, con lo cual éstos quedan sujetos al poder estatal absoluto. Dicho estado recibe su legitimidad de los mismos individuos mediante un contrato con ellos. Surge un tipo de sociedad civil, entendida como un orden pacífico impuesto por el estado y por ende asumida como equivalente a éste y sus leyes.

O sea que para Hobbes el acuerdo entre los individuos es el medio ideal para resolver los conflictos, pues de lo contrario se pone en peligro la supervivencia de toda la sociedad.

En lo relativo a John Locke, el estado debe regular la sociedad, que tiene sus imperfecciones y por tanto debe corregirlas, con lo cual se está buscando lograr una mayor igualdad entre los individuos que hacen parte de ella.

De ello debe resultar una sociedad civil entendida como un complejo de interacciones entre individuos libres, iguales e independientes cuyo equilibrio se garantiza a través de la creación de un estado constitucional. Esa sociedad civil no es completamente natural, o sea que no es un hecho ya dado, y por tanto no debe asumirse como supuesta. La sociedad civil se genera mediante un proceso social, civilizado en unos casos, y en otros por medio del contrato entre sus partes. Cuando se habla de sociedad civilizada, quiere decir que ella lleva la marca de una evolución histórica. O sea que la sociedad civil se opone a la sociedad primitiva. “Civilización” implica un sentido de modernidad, una condición lograda de refinamiento y de orden.

De acuerdo con Locke, para que exista un régimen democrático, se requiere, como prerrequisito, una sociedad “civilizada”. Y esa sociedad civilizada se logra creando o fortaleciendo asociaciones de ciudadanos en los distintos campos de la vida social; tales organizaciones se constituirán en instrumentos de control de la gestión estatal, sobre todo frente a los riesgos de corrupción y despotismo. O sea que en este caso se concibe la sociedad civil con un carácter de independencia frente al estado, no como simple prolongación de éste, según el enfoque hobbesiano.

En la concepción de Locke, el estado es una delegación de poder social para beneficio común de la sociedad, puesto que ella es anterior al primero. Mientras más perfecta sea esa sociedad civil, menor necesidad habrá de que sea gobernada. Pero decir esto no significa que hablamos de una sociedad armónica, pacífica, cohesionada. Por el contrario, es necesario reconocer la existencia del conflicto como elemento inherente a la dinámica de las sociedades. Incluso no siempre todos los actores que constituyen esa sociedad, tienden a la solidaridad y al interés recíprocos. Pero el temor a la guerra, ayuda a promover la cooperación entre esos mismos sujetos sociales, los cuales encarnan intereses privados diferentes y que tratan de hacerlos públicos buscando su legitimación. Para ello requieren de canales de expresión, como pueden ser los medios masivos de comunicación. En propiciar esa posibilidad, radica parte de la función pública de dichos medios.

De lo anterior puede concluirse que la sociedad civil se concibe, en este caso, como una sociedad pluralista y autoorganizada respecto del estado, condición básica ésta para ejercer la democracia.

Hegel concibió la sociedad civil como la esfera de las relaciones sociales, o sea de lo corporativo, de los intereses particulares, mientras que el estado representaba las relaciones políticas. En esas condiciones, es el estado el llamado a trascender a la sociedad civil, la cual a su vez tiene un carácter histórico - o sea que no es natural-, lo cual significa que constituye un logro del mundo moderno.

Hegel dividió la sociedad civil en tres ámbitos:
a) Sistema de necesidades (se refiere a lo económico, al intercambio en el mundo del mercado, a la satisfacción de las necesidades elementales del individuo o de su grupo).
b) Estrategia social de las clases y organizaciones autónomas - que él llama corporaciones porque defienden los intereses privados de grupos y clases-.
c) Esfera “civil” (conformada por las instituciones públicas que administran el bienestar y la ley civil).

Para Hegel, la sociedad civil se asimila a un campo en el que se juegan distintos intereses en conflicto; es un campo de batalla que está regulado por la sociedad civil. Es una lucha que prepara al individuo para valorar la acción grupal y a la vez para participar en la arena política por el control del estado. Éste, en opinión de Hegel, es “el garante supremo del bien general y el regulador del comportamiento de la sociedad civil” (35).

Marx, por su parte, tomó elementos hegelianos sobre la sociedad civil pero reducidos a su dimensión económica. Por ello, este autor alemán asumió la relación estado y sociedad civil como expresión de la antítesis entre base y superestructura. Es decir, según Marx, la sociedad civil encarna lo económico, mientras que el estado representa lo político. Por ende, instituciones como las asociaciones gremiales, las profesiones, los medios, las iglesias, entre otras, tienen un alcance limitado porque en últimas no pasan de representar intereses materiales predeterminados, lo cual les quita cualquier capacidad de maniobra ante una tensión entre grupos o clases divergentes. Porque para Marx, los conflictos entre individuos pasan a segundo plano ante los conflictos entre grupos de individuos con intereses comunes.

Por otro lado, y desde el propio campo marxista, surge un pensador como el italiano Antonio Gramsci, para quien la sociedad civil es una esfera de organizaciones y actividades autónomas, que de ningún modo sólo están para perpetuar la ideología y los intereses de clase de la burguesía. Gramsci señala que la sociedad civil ofrece la posibilidad de minar la burguesía en el campo de las ideas, los valores, la cultura y la educación.
O sea que para este teórico la sociedad civil no es sólo el campo de lo económico, sino que es parte también de la superestructura. La define además como el vínculo de mediación entre la economía de clases y las instituciones del estado basadas en la coerción. Su función es reproducir o transformar la hegemonía, el consenso activo. Por ello, para Gramsci cualquier esfuerzo por conquistar el poder, debe ir precedido por una conquista de la hegemonía en la sociedad civil.

En ese sentido, este autor se distancia de Marx porque en vez de clase dominante él habla de clase dirigente, lo cual implica que quien esté frente al estado está comprometido con gobernar para el conjunto de la sociedad. O sea que esa clase en el poder debe tener la capacidad para atender las demandas de los grupos y clases que directamente no están comandando el estado. Más aún, la clase en el poder tiene la obligación de establecer intereses comunes entre ella y el resto de la sociedad. Esos elementos comunes -que pueden ser de tipo económico, político, cultural- son los que configuran el proyecto de nación que toda sociedad necesita definir para trazar el norte que quiere seguir. Esta a su vez es la clave para que esa clase conquiste la hegemonía política que le dará a su vez la legitimidad o acatamiento que requiere quien está gobernando.

4.4 LA PROBLEMÁTICA INVOCACION DE LA SOCIEDAD CIVIL
Este es el título de un ensayo elaborado por Norbert Lechner (36), profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales -FLACSO- y que alude a nuestra preocupación inicial, sobre dicha categoría, en esta parte del trabajo.
Señala este autor que la invocación a fortalecer la sociedad civil en América Latina, en la década de los setenta, se produjo como consecuencia de la serie de golpes militares en el cono sur. Con esa convocatoria, se estaba asumiendo a la sociedad civil como contrapuesta al estado autoritario, por cuanto se trataba de denunciar la violación de los derechos humanos y la represión de la protesta popular exterminando las organizaciones sociales. O sea que invocar la sociedad civil, en tales condiciones, equivalía a oponerse a la desintegración del tejido social.

Pero ubicándonos en la década actual, marcada por el reino del neoliberalismo y del estado mínimo, Lechner sostiene que la invocación de la sociedad civil corresponde a la necesidad de crear redes de solidaridad que contrarresten las fuerzas del mercado todopoderoso. O sea que se pretende articular a las fuerzas sociales, contrario al propósito fragmentador de la sociedad mercantilizada. Y esa articulación orgánica que se propone a través del llamado a generar sociedad civil, comporta también una respuesta ciudadana, por ejemplo, a las promesas incumplidas por la democracia, como pueden ser la falta de participación y de transparencia en las decisiones políticas.

Los anteriores enfoques sobre la razón de ser de la sociedad civil en América Latina, permiten concluir que esta categoría no es unívoca y que por el contrario está determinada por las condiciones históricas de cada situación social, económica y política.
A modo de conclusión, podemos señalar que la consigna permanente en cualquier sociedad que aspire alcanzar la democracia, es la de forjar una sociedad civil participativa y por ende una democracia participativa, tal como lo consagra la Constitución Política de 1.991. Pero en opinión de Bejarano, ( 37) el requisito para lograr ese objetivo consiste en tener, por un lado, una sociedad civil fuerte, y por otro un estado fuerte. En el primer caso se refiere a una sociedad civil con capacidad de interlocución y de movilización frente al estado, por ende capaz de generar opinión pública en función de su interés colectivo. Cuando la autora habla de sociedad civil fuerte, la está concibiendo con un alto nivel de control social a partir de las distintas organizaciones que representan sus intereses y que pueden diverger de los intereses de quienes están al frente del estado.

Respecto del estado, el concepto de fuerte alude a su autonomía y a una estructura e intereses que no dependan de una sola clase social y política. Fuerte se refiere también a su legitimidad, a la capacidad de persuasión, de acatamiento por parte de los ciudadanos, al ejercicio exclusivo de la fuerza y a la necesaria independencia de los distintos poderes.












V. LA OPINION PUBLICA COMO CATEGORIA

Con la O.P. completamos el trípode armado por la modernidad para sustentar su propuesta política al mundo. En esta parte del trabajo daremos cuenta de las distintas concepciones forjadas acerca de la opinión pública, una figura tan difícil de aprehender que su sola enunciación remite a diversas definiciones. Por otro lado, están como aspectos también problemáticos los referentes a los elementos constitutivos de la O.P.; el proceso que ésta sigue hasta producir los efectos correspondientes y el papel -o papeles- que cumplen los medios masivos de comunicación respecto de la opinión pública.

Al final intentaremos un balance y una reflexión sobre el estado actual de la O.P. a la luz de las nuevas formas de hacer política, no sólo en Colombia sino en general en el mundo de hoy.


5.1 EL ENFOQUE SISTEMICO SOBRE LA OPINION PUBLICA

Otto Bomhauer, en el prólogo al libro “La Opinión Pública”, de Raúl Rivadeneira, (38) ) sostiene que ésta no es algo estático, sino sujeto a la transformación, a la alteración en el transcurso de la historia. O sea que la O.P. cambia y se modifica con otros factores y está influida por diferentes elementos.

Señala Bomhauer que la O.P. equivale a un sistema abierto que envuelve su jerarquía de componentes- o sea subsistemas- y forma parte a su vez de supersistemas más amplios. Cuando se dice sistema abierto, quiere decir que intercambia energía e información con su medio. A su turno, cuando se habla de Medio se alude al conjunto de todos los objetos cuyos atributos, al cambiar, afectan al sistema y también aquellos objetos cuyos atributos son modificados por la conducta del sistema.

El input energético es la información que permanentemente está llegando al sistema y por ende afectando el rumbo de su dinámica. En términos más concretos, el in put equivale al saber, a los conceptos, a las creencias religiosas, a las opiniones individuales y grupales, a las actitudes, las expectativas, las esperanzas, los miedos. Esa información puede ser emitida para instruir, convencer, persuadir, entretener, criticar, sociabilizar; además puede ser correcta o falsa, parcial o completa respecto de la realidad a la cual se refiere.

En cambio, el out put es el resultado de la transformación que se produce en el sistema a partir de la influencia del in put. O sea que el out put no es otra cosa que la O.P. En esas condiciones, el autor lanza su hipótesis según la cual la O.P. equivale al producto de los procesos transformativos de información de un sistema abierto al output. Agrega que ese sistema está constituido por un ciclo de acontecimientos, a fin de hacer hincapié, mediante el proceso continuo de input energético en el sistema de transformación de dicho input y el out put que resulta de la transformación.

Hablar de sistemas abiertos en relación con la O.P., permite señalar propiedades muy importantes de esta última:
n Las mismas informaciones pueden transformarse en diferentes opiniones públicas.
n La misma opinión pública puede resultar de distintas informaciones introducidas en el sistema.
n Qué O.P. resulte de qué información inicial, depende del sistema de la O.P.; más exactamente dicho, el tipo de O.P. que se produzca, depende de las interrelaciones entre los componentes del sistema.

Para conseguir una comprensión acertada del fenómeno de constitución de la O.P., deben tenerse en cuenta tres campos característicos fundamentales:

A- CLIMA DE OPINION: Bomhauer plantea que las corrientes del tiempo, las actitudes, las normas y los sistemas de valores conforman el denominado Clima de Opinión, desde el cual puede desarrollarse muy rápidamente una opinión pública. En esas condiciones, la O.P. es un mensaje sustancialmente valorativo y exigente, sea en favor o en contra de un individuo, un grupo, un comportamiento, una intención, un objetivo, un plan, una decisión, etc. Cualquier sistema de clima de opinión no constituye una unidad estática, sino que vive su proceso permanente de alteración.

Bomhauer señala que el ambiente del clima de opinión está conformado por las entidades que proporcionan al sistema el input energético en forma de información, como también aquellas que son afectadas por el output del mismo sistema, que no es otra cosa que la opinión pública.

Agrega que el medio de un sistema de clima de opinión cambia cada vez con los emisores de información y quienes experimentan el poderío de la opinión pública. Quiere decir que son diferentes los emisores afectados por opiniones económicas, religiosas, políticas, morales, militares, etc. Lo anterior significa que el sistema del clima de opinión no es una unidad estática, sino que por el contrario está cambiando de acuerdo con los campos y objetos de opinión. Lo concreto es que siempre debe contarse con clima de opinión en lo referente a política, economía, moral religión, artes, etc.

Por otra parte, Bomhauer advierte que la salida energética - o sea de información- del sistema de clima de opinión, equivale a opinión pública solamente si dicha salida produce transformaciones o modificaciones que son perceptibles en el medio y a la vez necesarios para impedir que se estanque ese sistema de clima de opinión. Esas transformaciones de que hablamos son mensajes valorativos y exigentes, bien sea en contra o a favor de un individuo, un grupo, una organización, un objetivo institucional, un plan o una decisión determinada.

Ese mensaje hecho público, en contra o a favor de alguien o algo, se dirige no sólo a los directamente afectados sino que busca estimular a sujetos interesados en el tema para que influyan en los inmediatamente afectados, con el fin de que ejerzan presión. Dicho con otras palabras, para Bomhauer, si una opinión pública tiene efectos, entonces desata cadenas de reacción de las cuales surge una especie de presión social tanto en individuos como en grupos y organizaciones sociales, con el fin de que asuman una conducta intencionada.

B- AGENTES DE INFORMACIÓN: se refieren al medio desde el cual el sistema recibe in puts energéticos e informativos y desde el cual exporta su out put en forma de O.P. O sea que provocar una O.P. significa introducir sistemáticamente, en el sistema, información que se integra en las estructuras, hasta que aquél reaccione ante una nueva información, cuya transformación le da vida a la O.P.

Tales agentes son los sujetos - individuales o colectivos- que emiten la información propia del tema respectivo, sea éste político, económico, cultural, religioso. Esos mismos agentes de información, producto de la solvencia de su discurso y de su capacidad comunicacional, pueden adquirir la característica adicional de ser líderes en su campo y por ende elementos representativos que deben ser tenidos en cuenta cuando se trata de poner a circular información sobre el tema. Esos mismos líderes de opinión, o voceros de opinión, tienen como una de sus funciones incidir en la escena pública, con sus puntos de vista o sus propuestas, buscando introducir información en el sistema energético, intentado que otros sectores de la sociedad se interesen por el asunto y se pronuncien al respecto, ojalá favorablemente.

Un dirigente político o gremial, o una organización representativa de los intereses de un grupo social o cultural, producto del flujo energético y de información - input- puede alcanzar la condición de líder de opinión y constituirse en elemento decisivo en el tipo de output- opinión pública- que genera el sistema informativo. La acción de estos líderes comprende información que va desde la referida a los prejuicios propios de una sociedad o de un sector de ella, hasta la que toca con las propuestas políticas que pretenden reorientar el rumbo de un país.


C- INFORMACIONES: son todas las manifestaciones que hace públicas un grupo, sector, clase social, organización, partido político o gremio y que como in put inciden en el sistema abierto, tratando de influir en el tipo de opinión pública que resulte de todo el proceso generado. A este respecto, el autor advierte que las opiniones personales privadas no nacen independientemente, sino que son influidas por los demás componentes del sistema o en los sistemas de clima de opinión.

Puntualiza Bomhauer que la introducción de información en el sistema del clima de opinión, depende de los efectos de la O.P. O sea que de la nueva O.P. que surja, irrumpe una serie de informaciones que retornan como in put al sistema abierto. Esa O.P. que se produce debe generar efectos de carácter público, de lo contrario no puede hablarse de una real O.P. Esos efectos no son otra cosa que las decisiones políticas derivadas del juego de opiniones y de intereses sociales, económicos, políticos y culturales dentro de unas circunstancias particulares.

Señala Bomhauer que los grupos o clases sociales no siempre reaccionan inmediatamente a la información introducida al sistema y que está relacionada con algún acontecimiento o problema. En esos casos transcurre un tiempo durante el cual se sigue informando al grupo acerca de ese mismo acontecimiento. Tal información es relacionada con las normas, valores, expectativas, exigencias y actitudes que orientan el comportamiento del grupo como tal o de la sociedad en su conjunto. Basados en las elaboraciones de Isabelle Noelle Neumann (39), podemos anotar que esa información proviene regularmente de los medios masivos de comunicación. Los receptores reciben tal información y la seleccionan, la retienen y decodifican individualmente, para luego comunicarse con sus allegados e intercambiar interpretaciones acerca de la información que finalmente fue retenida por unos y otros. Según la autora, los efectos de las informaciones no resultan de la percepción y retención propias del primer nivel, sino de la comunicación total sobre ellas en el segundo.

Añade Bomhauer que los cambios de actitudes y de comportamientos en los individuos y los grupos, representan la alteración del sistema de clima de opinión mediante la integración de información de fuera en las estructuras del sistema. Se dan, pues, las condiciones para que surja el fenómeno de la Opinión Pública, con su característica básica de generar cambios en la estructura del sistema, cambios que tienen un carácter de decisión política, o sea que afectan al conjunto de la sociedad. Y esa capacidad de producir cambios de comportamiento en los sujetos individuales o colectivos, le da a la O.P. la virtud de ser un poder sicosocial y como tal ejerce una función de control social.

Podemos concluir que este enfoque sistémico, concibe la O.P. como un proceso dinámico, sujeto a permanentes transformaciones; no es algo estático que con sólo invocarse le dará legitimidad al punto de vista de un grupo o sector social determinado, en medio de la lucha de intereses y de opiniones sobre un asunto determinado.








5.2 AGENDA SETTING:

Es un enfoque de la O.P. en el cual se parte de darles prioridad a temas, intérpretes e imágenes, con el fin de alertar sobre nuevos sucesos y cambios en el devenir de una sociedad. O sea que la Agenda responde a un modo de ver el mundo, en el cual los medios masivos inciden en la definición de una agenda temática pública. Ello quiere decir que dichos medios son intérpretes de los hechos que eventualmente entrarían a esa agenda pública.

El fundamento teórico de la Agenda Setting se remite a la Segunda Guerra Mundial y en especial a Walter Lippman, un militar norteamericano que acuñó la teoría de los estereotipos. Según ésta, los medios son los que moldean el mundo a partir de las imágenes, las cuales son organizadas y seleccionadas de un mundo amplio y complejo. Además, a los medios se les asigna el papel de alertarnos sobre sucesos y cambios que se produzcan en el entorno, como también el de traducir el lenguaje del discurso público, si se quiere que éste llegue realmente al mundo privado de los sujetos.

En el enfoque de la Agenda, todo lo que subrayen los medios - temas o aspectos- se convertirá en algo importante para el público. O sea que el proceso de producción de noticias moldea nuestras imágenes mentales sobre el mundo, lo cual significa que nos están diciendo lo que es importante o interesante y lo menos importante e interesante. La prensa, por lo tanto, es mucho más que un proveedor de información. Puede que no le diga a la gente qué debe pensar, pero sí sobre qué pensar (40).

La Agenda Setting construye una agenda pública a partir de las respuestas a las encuestas de opinión pública que se realizan. El sentido de la Agenda suele medirse preguntando: “cuál cree usted que es el problema más importante que debe afrontar hoy el país?”. De ese interrogante, pueden surgir cinco o siete puntos que se mantienen en la agenda durante seis meses o más.
En un estudio sobre Agenda Setting se demostró que la capacidad de los temas para mantener la atención pública, estaba influida por la prominencia de los dos temas competidores. Para un asunto ganar importancia, tiene que conseguir adherentes o “conversos” de los otros temas. Ello significa que la Agenda, al final, es un juego de suma cero con temas subiendo en ella a expensa de otros.

Por otra parte, mientras más relevante es el material y más personas tienen incertidumbre sobre el asunto, mayor es la necesidad de orientación de las personas. Expresado con otras palabras, a mayor necesidad de orientación, mayor probabilidad existe de que las personas se vean influidas por los medios de difusión. En la Agenda aparecen temas, tópicos, sucesos, personas. Y son los mensajes de los medios los que les dan forma y significado. Son los medios los que definen el proceso de inclusión y exclusión que mueve la Agenda.
La gente depende tanto de las ideas y de las imágenes, como de los asuntos para hallar el sentido de las cosas y poner orden en el mundo. Sólo una porción relativamente pequeña de la atención de los medios de difusión durante una elección, se centra típicamente en los temas. La cobertura más importante de los periódicos y de la televisión en los períodos electorales, no es sobre los temas. La cobertura se centra más bien en los candidatos y en sus estrategias de campaña. O sea que los medios proporcionan una agenda de aspectos a partir de los cuales forman los votantes la imagen de los candidatos.

Maxewll McCombs y Dixie Evatt (41), dos autores que han realizado investigaciones en medios y a la vez han reflexionado sobre la Agenda Setting, señalan que ésta, en su desarrollo metodológico, ha tenido cuatro tipos o maneras de ser abordada. Dos elementos comunes a todos son, por un lado, la medición de opinión pública mediante datos acumulados o individuales, y por otro la medición de agenda en cuanto temas o asuntos. Esos temas pueden ser evaluados uno a uno o también estudiados como conjuntos.
Fue precisamente Maxwell McCombs quien presentó estas cuatro definiciones operativas sobre Agenda Setting, a las cuales se les denominó como Tipología de Acapulco, dado que la propuesta fue presentada en ese lugar con motivo del Congreso de la Asociación Internacional de Comunicación.

El tipo I comprobó la hipótesis de que el modo de cubrir la información influía en las percepciones públicas acerca de cuáles son los asuntos importantes del día. Se cita como ejemplo empírico un análisis de contenido sobre la cobertura periodística de las elecciones presidenciales de 1968 en Estados Unidos, el cual se comparó con los temas que 100 votantes indecisos señalaron que eran importantes. Tal investigación contrastó la cobertura informativa de un conjunto de asuntos con los datos acumulados de la opinión pública.. El conjunto de temas de la agenda informativa se ordenó de acuerdo con la extensión de cobertura que recibían. Y el conjunto de temas de la agenda pública se ordenó de acuerdo con el número acumulado total de personas que mencionaron alguno de esos temas como aquél respecto del cual estaban más preocupados.

Por otro lado, anotan McCombs y Evatt, los estudios del tipo II se fundamentan en conjuntos de temas, pero el orden de los asuntos de la agenda informativa se compara con un conjunto de respuestas dadas por cada individuo. Mientras que en el tipo I, en el cual cada individuo menciona un sólo asunto, el que más le preocupa, en los estudios del tipo II cada individuo ordena los asuntos dentro del conjunto de temas que se estudian. Luego, las agendas individuales se comparan con las agendas de los medios de difusión. Producto de esa comparación, se observa que no hay pruebas evidentes que permitan mostrar a los integrantes de la audiencia como simples autómatas que están a la espera de ser programados por los medios masivos de difusión.

En lo referente a los estudios del tipo III, éstos se basan también en mediciones acumuladas de opinión pública, pero con la diferencia de que están preocupados por un sólo tema. En estos estudios se comparan el surgimiento y desaparición a largo plazo de dos variables: la cobertura noticiosa de un asunto y el nivel de preocupación pública que se manifiesta en las respuestas sobre el PMI (o sea el Problema Más Importante).

Y en lo referente a los estudios del tipo IV, éstos reducen los dos tipos de análisis a sus unidades más pequeñas de medida, al comparar las respuestas individuales con los cambios de prominencia de un asunto concreto. Es decir, un experimento de laboratorio o un panel podría comparar medidas individuales de prominencia antes y después de estar expuestos a un mensaje - o serie de mensajes- sobre un tema.. Con toda probabilidad tal estudio compararía la prominencia del tema entre los individuos expuestos a la comunicación con la prominencia del tema para quienes no están expuestos a ella.


5.2.1. DESARROLLO DE LA TEORIA DE LA AGENDA SETTING

Afirman McCombs y Evatt que el primer enfoque de la investigación en agenda setting aplicó un modelo lineal simple: la transferencia de la prominencia de los medios de difusión a la audiencia. Esta primera etapa produjo preguntas alusivas a los factores que pueden ampliar o inhibir el efecto de los mensajes de los medios de difusión.

Un segundo estudio de McCombs avanzó en la investigación sobre el tema y abordó variables contingentes como el concepto sicológico de necesidad de orientación, el rol de la comunicación interpersonal y la influencia comparada de los diferentes tipos de medios de difusión.

En esa segunda fase se contempló ya a los individuos como consumidores activos que eligen los medios de difusión de acuerdo con sus necesidades particulares. Ello permite explicar porqué algunos individuos se exponen más que otros a los mensajes de los medios de difusión.

En una tercera etapa del desarrollo de la teoría sobre la Agenda Setting, que puede ilustrarse con un estudio en el que se usan tres paneles en distintos lugares sobre las imágenes y las cualidades del candidato -hablando de elecciones presidenciales- se estableció el marco para la exploración de los aspectos, una perspectiva de la agenda setting mucho más amplia. El estudio del que hablamos amplió la noción de agenda pública más allá de los temas, para incluir el interés político general y los aspectos específicos percibidos de los candidatos presidenciales. En todas estas variables se apreció una influencia importante de los medios de difusión.


Al ponerse en marcha, en los años 80, la cuarta etapa de la investigación sobre agenda setting, McCombs y Evatt afirman que la agenda de las noticias dejó de ser la variable independiente que actuaba sobre las agendas públicas. En lugar de ello, esta fase del desarrollo de la teoría da un paso adelante y se pregunta: “quién establece la agenda de los media?”. A partir de tal interrogante, la agenda setting se conecta con los estudios sociológicos sobre la noticia y con fuentes externas de las noticias como por ejemplo las agencias informativas o ciertos medios de comunicación que influyen en otras agendas.

A modo de conclusión, podemos señalar que la Agenda Setting ha tenido una evolución significativa, puesto que comenzó siendo un simple modelo que trataba de probar la transferencia de prominencia de los medios de difusión al público y pasó a constituir una visión renovada y ampliada acerca de cómo se construye la agenda, de las fuerzas que influyen tanto en la agenda noticiosa como en la pública, como también de las consecuencias de estas agendas.

Un conjunto de objetos- temas, tópicos, acontecimientos, personas, etc- constituyen el primer nivel de la agenda. Los mensajes de los medios de difusión son los que les dan forma y significado. Para McCombs y Evatt, si nos concentramos sólo en los temas, entonces se descuida el modo en que los seres humanos piensan sobre el mundo que “está ahí”.

Pero hay que tener en cuenta que la gente depende tanto de las ideas y las imágenes como de los asuntos para hallar el sentido de las cosas y poner orden en el mundo.. Por eso, en su sentido más pleno, una agenda no puede considerarse simplemente como una lista restringida de cosas que hay que hacer, sino que más bien debe ser considerada como un modo de ordenar lo que es importante y prominente en el mundo.

Y hablando de la importancia de las imágenes de los medios de difusión en las percepciones que los individuos tienen del mundo político, McCombs y Evatt relatan la historia que un autor, Samuel Popkin, en su libro sobre la comunicación y la persuasión en las campañas presidenciales, relata acerca del expresidente Gerald Ford. Éste cuenta que la lección más importante que aprendió de su derrota frente a Jimmy Carter en 1976, se sintetiza en la frase “Has de pelar siempre tus tamales”. Cuenta que durante un viaje que realizó a San Antonio, Texas, en un intento por ganar adeptos de americanos de ascendencia mexicana, trató de comerse un tamal sin quitarle primero la hoja que lo cubría.

Las cadenas de televisión mostraron a un presidente tonto que hizo el ridículo buscando ganar, demagógicamente, afinidad con un grupo étnico que no le era muy familiar. El hecho aparentemente intrascendente, le restó votación entre la población chicana a partir de la imagen que estos ciudadanos se formaron del candidato Ford.

Este caso permite señalar a los autores que en el caso de las agendas, con motivo de campañas presidenciales, se observa una tendencia en los medios -periódicos y televisión- a ocuparse de los candidatos y sus estrategias, antes que de los temas propios de la campaña electoral. McCombs, en su investigación sobre agenda setting, realizada durante cerca de 20 años, sintetizaba así una de sus principales conclusiones:

“…la cobertura informativa de las campañas presidenciales y en general de los asuntos públicos, es bastante más que la cobertura de los temas públicos. Las noticias no son precisamente un discurso racional, ni conferencias educativas sobre temas de actualidad. Las noticias incluyen tono y drama. Las noticias comunican mucho más que los hechos. Un sicólogo diría que los mensajes noticiosos son a la vez cognitivos y afectivos. Un periodista diría que las noticias son una mezcla de información y entretenimiento” (42).

Sobresale entonces como característica en lo que se refiere a efectos de agenda setting, sobretodo ante acontecimientos electorales, que el mayor potencial tiene que ver con los aspectos y no tanto con los temas. Esos aspectos brindados por los medios de difusión son los que llevan a los potenciales votantes a formarse una determinada imagen del candidato.

A este respecto anotan McCombs y Evatt que las palabras y las imágenes que constituyen las noticias son algo más que bromas ingeniosas a una pura decoración. Se trata de materia bruta que asigna aspectos a los asuntos, a los candidatos y a las ideas. O sea que los medios toman la idea vacía que hay tras un asunto o un acontecimiento y la hacen resonar ante el lector o el oyente. Es precisamente la posibilidad de crear los estereotipos acuñados por Lippmann o de moldear una imagen, aun incluso sin haber una intención deliberada.

5.2.2. SOBRE EL “ENCUADRE”

Sin lugar a dudas, constituye otro tema importante cuando se habla de investigación sobre medios. Para algunos autores, se trata de una especie de idea central que le da orden al contenido informativo que proporciona un contexto y sugiere en qué consiste el asunto mediante la selección, el énfasis, la exclusión y la elaboración.

Otro autor como es Entman, dice que encuadrar es seleccionar algunos aspectos de una realidad percibida y hacerlos más prominentes en un texto que se comunica, de modo que se promueve una definición particular del problema, una interpretación causal, una valoración moral y/o una recomendación para el tratamiento del ítem que se describe.

Shanto Iyengar define la noción de encuadre como las alteraciones sutiles en la declaración o presentación de los problemas en los que hay que juzgar o elegir. La expresión “efectos de encuadre” alude a los cambios de decisión que se producen por esas alteraciones. Frente a un hecho como por ejemplo la cobertura televisiva de la política, señala Roderick Hart que “la televisión nos hace ver la política de una determinada manera, pero además nos hace “ver el ver” de una manera determinada. La televisión nos dice, de modo creciente y acumulativo, hoy y mañana, que la política puede reducirse a imágenes. La televisión entonces no es sólo un mensajero sino también, como diría Marshall McLuhan, un mensaje. La televisión confirma un modo especial de ver y de ahí un modo especial de conocer. Todavía más importante, la televisión apoya un especial conjunto de sentimientos” (43).


A modo de conclusión podemos señalar, con McCombs y Evatt, que cuando se habla de agenda setting, se está refiriendo a ordenar o dar prioridad a algo más que a los simples temas. La Agenda comprende además los aspectos de los temas, las ideas y los candidatos. Antetodo se trata de un proceso de selección y prominencia. Al prestar atención a ciertos aspectos, en lugar de otros, y al sugerir ciertas soluciones o respuestas en vez de otras, los mensajes de los medios de difusión influyen en algo más que en los temas, influyen en el modo en que la gente piensa sobre esos mismos temas.











5.3. LA ESPIRAL DEL SILENCIO

Asumida como una teoría de la O.P., Isabelle Noelle Neumann (44) parte del presupuesto según el cual el temor del individuo al aislamiento - no sólo porque lo aparten sino por su duda sobre su capacidad de juicio- hace parte de los procesos de opinión pública.

Anota que esa sensación de aislamiento surge cuando el individuo observa su entorno social y estima, o sopesa, la distribución de las opiniones a favor o en contra de sus ideas, pero sobre todo al evaluar la fuerza y carácter movilizador de ciertos puntos de vista contrarios a sus ideas. La situación se agrava cuando en situaciones de inestabilidad, el individuo debe tomar partido entre una lucha de posiciones.

Puede suceder que la posición dominante sea la suya, lo cual lo anima, pero también que cuando no domina, puede advertir que sus convicciones pierden terreno. Eso lo lleva a perder confianza en sí mismo y estar más propenso a no expresar sus opiniones. Neumann afirma que uno de los dos campos acrecienta su ventaja, mientras el otro retrocede. O sea que mientras el uno habla y el otro guarda silencio, se forma una espiral que gradualmente instala una opinión dominante.

Con base en ese fenómeno, la O.P. se define como aquella que puede ser expresada en público, sin riesgo de sanciones y en la cual puede fundarse la acción llevada adelante en público. Expresar una opinión opuesta en contra de la mayoría, conlleva el peligro de quedar aislado a quien disienta de esa opinión. Aquí estamos ante una situación de tipo sicológico y cultural, por cuanto el individuo enfrenta la disyuntiva de mantener su opinión, al costo de quedar rebasado por la opinión mayoritaria, o guardar silencio y ser derrotado de una manera más discreta. Por eso se habla de espiral del silencio, porque es sobre la base de esas opiniones acalladas que se impone como mayoría otra opinión. Por eso se plantea que el sujeto pierde la capacidad para resistir y el deber de combatir por las propias opiniones.

Un fenómeno que contribuye a que opere la denominada Espiral del Silencio, lo constituyen las encuestas de opinión.Cuando éstas son publicadas, y registran las opiniones que ganan favoritismo entre los electores, hacen que las de menos simpatías vayan siendo descartadas por los potenciales sufragantes.

Cada día ganan presencia e influencia política los sondeos electorales, lo cual juega su papel en la definición de la agenda informativa de la coyuntura. Pero con todo y esa cierta tendencia a imponerse la teoría de la Espiral del Silencio, es preciso señalar casos definitivos de la historia mundial en los que la encuesta como instrumento de predicción y a la vez de pretendida influencia en el resultado final, fracasaron en forma apabullante.

En las elecciones presidenciales norteamericanas de 1948, la firma encuestadora Gallup predijo el triunfo de Dewey, en contra de la aspiración de reelección de Harry S. Truman. La equivocación de Gallup provocó el desprestigio de las encuestas, sobre todo acerca de su credibilidad y rigurosidad. Sin embargo, experiencias como éstas tampoco permiten desconocer la importancia de las encuestas de opinión como ejercicio valorativo de las simpatías y niveles de favoritismo de cada uno de los aspirantes.

Por otra parte, es preciso advertir que el rumbo que sigue la espiral del silencio no es lineal, o sea que el antecedente de triunfo no necesariamente va a reafirmar una nueva victoria del partido o del candidato ganador en la siguiente encuesta. Analizando el planteamiento hacia el futuro, sostiene Isabelle Noelle Neumann, puede suceder que una mayoría que empiece a sentirse minoría, tenderá a declinar. Lo contrario sucede con la minoría, por lo cual su opinión puede convertirse luego en O.P. Esto significa que desde la óptica de “La Espiral del Silencio”, cada proceso electoral o cada sondeo de opiniones, no depende del resultado anterior sino que tiene su propia dinámica, la misma que está sometida al capricho del potencial elector, sobre todo hoy cuando se vota por cualquier razón distinta a la disciplina de partido. Un ejemplo reciente al respecto puede representarlo la Alianza Democrática M-19, que de triunfar en las elecciones para Asamblea Nacional Constituyente, en 1991, pasó a ser la decepción en los comicios parlamentarios siguientes.

En la práctica de la Espiral del Silencio, aparecen los denominados “vuelcos de último minuto”. Se refiere a los votantes indecisos que a último minuto escogen al candidato que las encuestas muestran como ganador. Ellos son, por lo tanto, la franja más vulnerable a quedar atrapados por la acción sicológica de los porcentajes de las encuestas.

En el caso de los medios masivos de comunicación, cuando informan sobre los resultados de las encuestas y muestran al candidato ganador, contribuyen a que sea un punto de vista el que domine la escena. Pero si lo que sucede es que esos mismos medios desconocen la existencia de la mayoría, se corre el riesgo de que ésta pase a convertirse en una mayoría silenciosa, por lo cual entra a operar de nuevo la espiral que envuelve a los votantes.

El efecto denominado Underdog, ocurre cuando hay un grupo de electores que votan por el candidato que las encuestas muestran como perdedor. Esos votantes pueden ser electores disciplinados y fieles a su grupo, por lo cual no temen aparecer como aislados por la mayoría entregando su sufragio por el posible candidato a ser derrotado.

Pero en el análisis del fenómeno y del planteamiento de la Espiral del Silencio, debe involucrarse el aspecto económico como otro factor que también influye en el proceso de elección y obviamente en la decisión final. Quienes tienen mayores recursos o al menos con el apoyo explícito de medios de comunicación, termina por imponer sus propuestas sobre los demás aspirantes, lo cual comprueba el planteamiento de Neumann. Como resultado de la capacidad económica de los candidatos o del respaldo mediático hacia éstos, se produce la sensación de que son ellos los únicos aspirantes, por lo cual el voto por el candidato menos promovido, es un voto que seguramente se perderá.

Cuando el elector pasa directamente del momento de la información sobre el candidato a la fase del voto, éste no puede calificarse como un voto de opinión porque no medió un proceso de confrontación de ideas y de propuestas de los candidatos. Quienes hacen este tránsito son los que casi siempre deciden en el último minuto por lo que muestran las encuestas. De esa manera es que las encuestas compensan la falta de información del potencial votante sobre las propuestas de los candidatos.

En su investigación sobre el papel de las encuestas de opinión durante las elecciones presidenciales de 1994, la comunicadora social Gloria Alvarez concluye que “las encuestas tomaron importancia no sólo porque formaron parte de la agenda informativa de los medios, sino porque fueron ellos los que, en la mayoría de las ocasiones las contrataron, lo cual significa que las encuestas entraron al negocio informativo e introdujeron un diálogo entre los diferentes medios en términos cuantitativos. Quienes podían pagar las encuestas entraban al debate de los puntajes, quienes no, se dedicaban a reproducirlos. Las encuestas se convirtieron en un instrumento de peso para la competitividad entre los medios que cada vez les dedicaron más espacio” (45).


De allí que desde “La Espiral del Silencio”, y tal como se le concibe, pueden planteárseles varias preguntas a los medios para analizar su papel respecto de esta propuesta teórica de la O.P:

n Qué temas presentan como materia de discusión pública?
n A qué personas y argumentos se confiere un prestigio especial y se les profetiza una importancia futura?
n Los medios anticipan la O.P. o sólo la reflejan? Esta pregunta, a nuestro juicio, puede convertirse en el centro de la discusión en lo referente al papel de los medios en la dinámica de “La Espiral del Silencio”.

En relación con lo que fue el manejo de encuestas durante la campaña presidencial de 1994, la investigación de Gloria Alvarez (46 ) señala que de enero a junio los diarios El Tiempo, El Colombiano y La Prensa publicaron 53 resultados en lo referente a los porcentajes de la primera y la segunda vuelta, sin incluir encuestas sobre debates en televisión u otro tipo de encuestas políticas.

Según los resultados arrojados por la tesis, el medio que publicó más resultados de la primera y segunda vueltas fue La Prensa con 19, seguido de El Tiempo con 18 y luego El Colombiano con 16.

El periódico que más encuestas contrató fue El Tiempo, seguido de El Colombiano, el cual se unió en algunas encuestas a Noticias U.N.A. y a Caracol. Por su parte, La Prensa no publicó ninguna encuesta a nombre propio. Sin embargo, este diario asumió como propios las efectuadas por la firma Yankelovich, la cual trabajó para la campaña de Pastrana, a la vez que difundió el resultado de la encuesta hecha por Invamer-Gallup, una semana antes de las elecciones del 29 de mayo.

A continuación presentamos los cuadros estadísticos que registran el número de sondeos realizados por los tres medios analizados durante la primera y segunda vueltas, con base en la investigación de Alvarez...

5.4. LA OPINION PÚBLICA: PRODUCTO DE UNA CASCADA?

Karl Deutsch (47) propone un modelo de formación de la opinión pública según el cual las opiniones fluyen desde arriba hacia abajo, mediante varios saltos, como en una cascada en escala, pero con sus remansos. Este autor identifica, en orden descendente, tales remansos: el más alto lo forman los grupos económicos y sociales dominantes, luego vienen las élites políticas y gubernamentales, los líderes de opinión, los medios masivos de comunicación, y al final está la mayoría, la que otros llaman masa.

Un aspecto que se destaca en esta propuesta, se refiere a las relaciones intrarremansos que interrumpen y a la vez regeneran horizontalmente el proceso de formación de las opiniones. Es decir, que éstas pueden llegar hasta cierto remanso y allí estancarse, o también que sean reelaboradas o recreadas por ese mismo remanso, lo cual significa que las opiniones no discurren intactas, tal como empezaron a descender, sino que están sujetas a transformaciones producto de la interacción.

De igual manera, es de prever que las opiniones no tienen siempre la misma intensidad o influencia en los distintos remansos. Por eso Deutsch afirma que el péndulo de tales influencias es oscilante y el resultado final de la interacción de los diferentes remansos, nunca responde a los propósitos y a los diseños de las fuentes de influencia.

Sinembargo, para Deutsch hay dos niveles de una importancia particular: los medios masivos de comunicación y los llamados creadores de opinión. Del primer nivel afirma que representan el principal papel en la formación de la opinión pública. Son los medios los que asumen funciones como las de seleccionar las noticias, establecer las prioridades a la hora de clasificar tales noticias -léase agenda setting- y hacer de vigilante presto a denunciar la presencia de la corrupción y el abuso de autoridad. Lo anterior permitiría concluir que los medios están vertiendo permanentemente su cascada sobre los remansos o niveles que le siguen.
La cascada llamada creadores de opinión, además de influir sobre los medios, también es permeada por éstos. Tales creadores no constituyen más del 15% de todo el volumen de quienes siguen de cerca los mensajes de los medios. Pero, añade Deutsch, esos creadores, asumidos como líderes de opinión, son quienes intervienen en el lapso de emisión y recepción del mensaje de los medios. Tal intervención origina una especie de remodelación de tales mensajes, lo cual sirve para concluir que los receptores de los mensajes de los medios no siempre están “indefensos” ante éstos o que los reciben con la misma pureza con que fueron emitidos.

Respecto de este modelo de cascada en la formación de la opinión pública, el teórico italiano Giovanni Sartori señala que aquél no logra explicar los fenómenos de corrientes de opinión, en este caso entendidas como unas irrupciones irresistibles que no responden a esa secuencia descendente que plantea Deutsch. En otras palabras, muchas veces las ideas renovadoras que emergen en el devenir de una sociedad - y que dan lugar a opiniones- provienen de estratos intelectuales “bajos” que, según el esquema de Deutsch, están por debajo de las élites económicas, políticas y gobernantes, lo mismo que de los medios masivos de comunicación. Incluso, anota Sartori, se dan situaciones en las que las opiniones de esos individuos provenientes de los estratos bajos, no dependen de la información que en el momento está circulando en el ambiente (48).

“El modelo de la cascada de formación de la opinión es el crucial respecto al elemento informativo, o sea, respecto a la cantidad y a la naturaleza de la información que contiene una opinión pública. Por otra parte, los procesos descendentes de formación de la opinión constituyen también la coyuntura crítica, el punto de tensión de todo el edificio…Cuanto más se recibe de los medios informativos, más se está expuesto a la manipulación por parte de esos medios.

El ingrediente de la opinión pública basado en la identificación es, en cambio, el elemento no informado. Aquí encontramos específicamente opiniones que ignoran “la noticia” o resisten a la misma, opiniones que anteceden y prejuzgan la información…las opiniones ancladas en identificaciones son el aspecto más resistente y menos vulnerable de la opinión pública. Podemos manifestar, por tanto, que estamos ante la voluntad del pueblo no manipulada, no fabricada, no forzada”, apunta el italiano Sartori (49).

ENCUESTA: UNA NUEVA MANIFESTACION DE LA OPINION PUBLICA?


El sólo hecho de formular tal interrogante, da una idea de los replanteamientos surgidos en el modo de hacer política en el mundo. Porque pasar del concepto de la encuesta como instrumento de apoyo y de medición en la actividad investigativa, a un enfoque en el que se asume como expresión de la Opinión Pública, significa que se está ante una transformación de fondo de la concepción sobre ese quehacer en el que los seres humanos forcejean por el ejercicio del poder.

Alain Touraine (50) afirma que una muestra de la crisis de la política es el hecho de que los propios políticos se preocupan ya mucho más por su imagen y por la comunicación de sus mensajes, que por sus propias ideas y programas. Para este sociólogo francés, los fundamentos mismos de la política representativa hoy están socavados porque ningún grupo social parece portador de intereses generales.

Para Touraine, la política la ejercen cada vez más sujetos con aureola de “actores”, por lo cual le dan mayor importancia a la “pragmática”, a las formas de expresión verbales y no verbales, por las cuales se manifiesta lo que no es comunicable, lo que no requiere respuesta, pero que al mismo tiempo es expresión unilateral de una intención o de un sentimiento.

Surge en esas condiciones la denominada Comunicación Política, en cuya definición tienen prevalencia los medios de comunicación masiva y las encuestas de opinión. Esta nueva categoría evoca, a juicio de Wolton (51), todo aquello que se vincula con la producción y el intercambio de los discursos políticos que exponen los distintos actores y que los medios reflejan; remite igualmente al estudio del papel de los medios de comunicación masiva en la formación de la opinión pública.

Hoy en día, la Comunicación Política aborda el papel de la comunicación en la vida política, en su sentido más amplio, e integra además fenómenos como los sondeos, la investigación política de mercados y la publicidad, sobre todo en períodos electorales. Para Wolton, la Comunicación Política es “el espacio en que se intercambian los discursos contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política, y son los políticos, los periodistas y la opinión pública a través de los sondeos” (52).

El autor parte de considerar que no hay democracia sin consideración de la opinión pública y porque ésta es inseparable de un proceso comunicacional, tanto en su constitución como en su expresión. En esas condiciones, la Opinión Pública resulta de un proceso social permanente de construcción y destrucción de temas. Claro que aquélla no existe y mucho menos cobra sentido sino por medio de la comunicación de los sondeos, los cuales son su megáfono y le aseguran la necesaria publicidad en el espacio público, porque de lo contrario es como que no existiera.

Cuando se habla de la importancia de la comunicación para que funcione la democracia masiva, es porque ella permite que tal democracia opera en sentido “descendente”, o sea del poder político al electorado a través de los medios, y en el sentido “ascendente”, o sea de la Opinión Pública hacia los políticos por medios de los sondeos. Ello significa que la Comunicación Política se constituye en una especie de escenario en el que se intercambian los argumentos, los pensamientos y las pasiones, a partir de las cuales los electores toman sus decisiones.

Dominique Wolton señala finalmente que el papel esencial de la Comunicación Política es evitar que el debate político se estanque en sí mismo; ello lo logra integrando los temas de toda clase que a su vez se convierten en envite político. Al facilitar el proceso permanente de selección, jerarquización y eliminación, le brinda la elasticidad suficiente al sistema político. Ese ir y venir entre los temas de la Comunicación Política que entran y los que salen, se da a partir de las relaciones de fuerza de cada día, de la competencia entre unos y otros por imponerse sobre los demás.


5.5.1. ENCUESTAS Y OPINION PÚBLICA
Tradicionalmente, las ciencias sociales han utilizado instrumentos que permiten medir, en cifras, la magnitud de un fenómeno a través de interrogatorios previamente establecidos. Uno de tales mecanismos es la encuesta, la cual consiste en obtener datos de interés mediante la realización de preguntas a los miembros de una comunidad, de un gremio, de una clase social, de una agrupación.

Se trata, entonces, de una observación no directa de los hechos sino a través de las manifestaciones realizadas por los propios interesados. Éstos aportan informaciones sobre un amplio abanico de temas, con lo cual se posibilita que la investigación se extienda a los aspectos subjetivos de los miembros de la sociedad, y por tanto de los hechos y fenómenos sociales. Por la amplitud de sujetos y de aspectos que puede abarcar, así como por la posibilidad de diseñarlo y modelarlo de la manera que se crea más adecuada a los fines pretendidos, la observación por encuesta.es el procedimiento sociológico de investigación fundamental y el más empleado de hecho en la realidad.miembros

Pero el manejo de la opinión pública y, sobretodo, el afán de producir decisiones políticas por medios no convencionales, ha provocado una especie de reformulación sobre la naturaleza de la encuesta. Para hablar de ésta y de su incidencia en la opinión pública, es necesario partir del presupuesto según el cual esa influencia sólo es posible cuando tales encuestas son publicadas por los medios masivos y por tanto pasan a conformar el denominado sistema de información de la propia opinión pública.

El hecho de hacer públicas las encuestas, propicia la posibilidad de que el eventual elector pueda optar por quien figura como ganador o potencial ganador. Se considera que ese elector no votaría por el posible perdedor, pues ello significaría perder el sufragio. En otras palabras, tal percepción configura la denominada “Espiral del Silencio”, de la que hablamos anteriormente, y según la cual las personas detectan primero qué opiniones tienen mayor favoritismo en el medio social, para luego tomar su propia decisión.

La opción ganadora pasa a ocupar el escenario público, mientras que la opción perdedora tiende a desaparecer porque sus partidarios enmudecen ante el hecho creado y ante la falta de apoyo de los medios masivos. Desde esa teoría se explica porqué ocurren los cambios de último minuto, los cuales son protagonizados por los votantes indecisos, o sea los más vulnerables a las encuestas de opinión y por ende a seguir al posible candidato ganador. Es una situación en la que se impone el argumento de la mayoría a través de las cifras. De allí que los medios masivos tienen la misión de interpretar los resultados de las encuestas, brindando elementos que permitan entender la esencia cambiante que es propia de la opinión. Es un intento por evitar la fácil imposición de la llamada dictadura de las mayorías.

En la investigación realizada por la comunicadora social Gloria Alvarez (53), alusiva al estudio de la campaña presidencial de 1994 a partir de la información de los diarios El Tiempo, El Espectador y La Prensa, las encuestas para predecir resultados predominaron sobre otros temas sociales, económicos y políticos. De acuerdo con ello, el análisis de la opinión pública se redujo al reporte de resultados. Incluso la segunda vuelta electoral ratificó el uso de las encuestas, pues fue con base en ellas que se efectuó el seguimiento a los dos candidatos, a quienes se llevó a una contiende basada en resultados, según palabras de la propia autora de la tesis. Por otro lado, el análisis de los resultados publicados permite comprobar la favorabilidad de cada diario al candidato de su preferencia, haciendo honor a la tradición de la prensa colombiana como una prensa de familias ligadas a los partidos políticos tradicionales.

Las encuestas pueden contribuir positivamente al debate político, y por ende a la construcción de la opinión pública, en la medida en que se realicen con seriedad científica, basadas en la estadística. Se pueden detectar tendencias y actitudes de los ciudadanos, señala Alvarez, cuando se asumen como instrumentos útiles en la tarea de sintonizarse con las expectativas de la sociedad. Pero si las encuestas son usadas sólo para obtener un apoyo cuantitativo que con base en un resultado mayoritario se lance a declarar un triunfo, terminan entonces manipulando las decisiones de voto de muchos electores. En esas circunstancias, la opinión pública se reduce a una mera suma de opiniones individuales, lo cual niega la esencia de complejidad de dicha figura política.
Otra característica que ayuda a evitar que el uso de la encuesta de opinión empobrezca el debate político propio de una campaña electoral, es impidiendo que el proceso de la opinión pública se agote en la difusión de cifras en favor o en contra de uno y otro candidato. En otras palabras, retomando los planteamientos de Wolton, la opinión pública debe abordarse como el espacio que no sólo contribuye a impedir que se estanque el debate político -como puede causarlo la encuesta en su sentido restringido- sino también a que haya una dinámica permanente de surgimiento y desaparición de temas de interés público.

O sea que a través de las encuestas podemos calibrar los sentires, las expectativas y demandas de los ciudadanos respecto de asuntos de interés general. Los resultados de tales consultas constituyen un argumento fuerte para hacer que los candidatos -en el caso de un proceso electoral- se manifiesten sobre tales temas y permitan que el potencial elector opte por quien mejor lo satisface.

Pero es precisamente el debate programático el que ha pasado a segundo plano en las campañas electorales, para en su lugar instalarse la estrategia del marketing político, que no es otra cosa que aplicar en la política los principios propios de las leyes del mercado, en este caso la venta de un producto muy particular llamado candidato. Y como producto que aspira a “venderse”, debe estar presentado en forma atractiva, contando con que la imagen en sí representa un porcentaje elevado de posibilidades para que el elector se decida a “comprar” dicho candidato.

Pero en este caso el concepto de imagen no se agota en el mero aspecto físico del político, sino que implica un enfoque totalizante. Abarca sus gestos y sus “poses” verbales ante las cámaras o los micrófonos; implica un manejo cuidadoso en la presentación de su espacio familiar, mostrándolo como un ciudadano que es modelo también en su condición de jefe de hogar; comprende además una estrategia comunicacional que lo muestre como un candidato que llega al pueblo, que se viste como el pueblo, que come lo del pueblo y que incluso habla con el lenguaje del pueblo.

En esta concepción imagológica de la política, el énfasis no se centra en el manejo de un discurso programático sino en el objetivo de generar simpatía en el potencial elector a través de sus gestos y en general de todo lo que pueda asumirse como “puestas en escena” ante sus eventuales votantes. En esas condiciones, la televisión se ha convertido en el medio clave -o en la nueva plaza pública- para el debate electoral.

La capacidad de actuación de un candidato ante los televidentes, materializada en la seguridad que comunica, la persuasión de que es capaz, la simpatía que logra despertar, constituye el mayor porcentaje de posibilidades para obtener el favor popular. Él sabe que hoy en día ya no es tan importante la adscripción a un partido político - producto de la crisis de esta institución y de la propia crisis política colombiana- y por eso su discurso debe ser orientado por un espíritu pragmático, según el cual lo que importa son sus ofertas.

Más aún, el candidato sabe que en materia de promesas, debe hablarles a sus electores de lo que ellos quieren escuchar, con todo y saber que no les va a cumplir. Pero se trata ante todo de asegurar su triunfo en las urnas. Sin embargo, ese candidato y sus asesores saben que hoy en día el manejo de la imagen y el uso de la encuesta, se agrupan en el concepto llamado Mercadeo Político, el cual tiene varias técnicas:

a- Investigación de mercado: para poder adelantar una actividad política, se necesita conocer qué es lo que los ciudadanos están demandando de los políticos, cuál es el perfil que ellos tienen del futuro gobernante, llámese presidente, gobernador o alcalde. Información como ésta, permite a los asesores del candidato diseñar una estrategia de mercadeo, seleccionar los medios de comunicación adecuados para promover al candidato, con la definición previa del perfil que éste requiere para llegarles a los potenciales electores.
b- Acciones de promoción del candidato: se refieren a las reuniones, ruedas de prensa, entrevistas con periodistas reconocidos y participación en programas de amplia sintonía.
c- Publicidad: alude a la producción de medios de difusión como las vallas, los volantes, los afiches, los comerciales de radio y televisión.

Estos pasos descritos están comprendidos en un plan de mercadeo político, que comprende los siguientes momentos:
a- Diagnóstico: es una especie de análisis de coyuntura, de evaluación de la situación del momento. Incluye además una caracterización de la población a la cual se quiere llegar y persuadir para que vote por el candidato; cálculos de las votaciones obtenidas en elecciones anteriores por el grupo contrario.
b- Pronóstico: consiste en definir el norte que ha de seguir la organización; qué acciones deben emprenderse para responder a las expectativas de los potenciales electores; cambios organizativos que son necesarios para fortalecer la presencia política en el sector.
c- Objetivos: precisar el número de votos que deben obtenerse para asegurar el triunfo en el sector respectivo.
d- Estrategia: cuál es son el orden y el momento en que deben realizarse las acciones para garantizar el logro de los objetivos trazados. Por ejemplo, la campaña electoral del candidato respectivo traza una estrategia para incrementar en un 30% el mercado de electores en relación con la elección anterior. En ese caso puede acudir, por ejemplo, a actividades culturales, fiestas, convites, proyecciones de video u ofrece prebendas especiales a quienes le hagan publicidad al candidato.
e- Tácticas: se refieren a las acciones concretas que deben emprenderse para materializar la estrategia trazada.
f- Control: se trata de la permanente evaluación de las acciones que se efectúan, buscando que se produzcan en los plazos estimados y con la eficacia que requieren para lograr el objetivo impuesto.

Estos pasos nos permiten identificar el contexto en medio del cual se utiliza la encuesta, cuando se trata de promover y afianzar la imagen de un candidato, como acciones previas para que éste se imponga sobre sus demás contrincantes.


. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1- GOMEZ , Luis Aníbal. Opinión Pública y medios de difusión. Quito, Ciespal. 1982, 392 pgs.
2- Op. Cit.
3- Bachelard Gaston. La Formación del Espíritu Científico.
4- Heller Agnes. Sociología de la vida cotidiana. Ediciones Península, 1977, Barcelona.
5- Citado por Gómez op. cit.
6- Op. Cit.
7- Op. Cit.
8- STOETZEL Jean. Theorie des Opinions. Paris, P.U.F. 1943. La edición en español fue editada por EBUC, 1972.
9- Op. Cit.
10- Op. Cit.
11- Op. Cit.
12- DOVIFAT Emil. Periodismo. México, UTHEA. 1959.
13- Op. Cit.
14- Op. Cit.
15- Op. Cit.
16- Op. Cit.
17- MUCHIELLI Roger. Opinions et Changement de Opinion. París, Lib Technique, 1969.
18- Op. Cit.
19- Op. Cit.
20- MESTRE De Sarmiento Olga. El Estado de Derecho en Colombia. Ediciones Universidad Nacional, Medellín, 1997.
21- DESANTES José María. La Información como Derecho. Madrid, Editora Nacional, 1974.
22- URABAYEN Miguel De. Vida Privada e Información: un conflicto permanente. Ediciones Universidad de Navarra S.A. Pamplona, España, 1977.
23- Op. Cit.
24- FERNANDEZ Christlieb Pablo. La Psicología Colectiva un fin de siglo más tarde. Anthropos, Barcelona, 1994.
25- Op. Cit.
26- HABERMAS Jurgen. Historia y Crítica de la Opinión Pública. Ediciones Gustavo Gili, Barcelona, 1981.
27- MIER Luis Javier y CARBONELL Dolores. Periodismo Interpretativo, Editorial Trillas, México, 1981.
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29- Speier Hans. El desarrollo Histórico de la opinión pública. En “Los medios de comunicación social”, de Ch. S. Steinberg y W.A. Bluem. México, Editorial Roble, 1969.
30- Citado por Luis Fernando Aguilar Villanueva en Una reconstrucción del concepto Opinión Pública. Revista de la Escuela Mexicana de Ciencias Sociales, México, 1987.
31- Op. Cit.
32- Op. Cit.
33- Citado por CARVAJAL Azael en Los Periodistas y el Derecho de Información. Señal Editora, Medellín, 1995.
34- BEJARANO Ana María. Democracia y sociedad civil: una introducción teórica. Revista Análisis Político, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional, enero-septiembre, Bogotá, 1992.
35- Citado por Bejarano en op.cit.
36- LECHNER Norbert. La problemática invocación de la sociedad civil. Revista Foro, #28, Ediciones Foro Nacional por Colombia, Bogotá, enero de 1996.
37- Op. Cit.
38- Op. Cit.
39- NOELLE Neumann Elizabeth. La Espiral del Silencio, opinión pública: nuestra piel social. Barcelona, Paidos, 1995.
40- McCombs Maxwell y EVATT Dixie. Los temas y los aspectos: explorando una nueva dimensión de la agenda setting. Revista Comunicación y Sociedad, Facultad de Ciencias de la Información, Universidad de Navarra, Pamplona, volumen VIII, #1, 1.995.
41- Op. Cit.
42- McCombs Maxwell: Explorers and surveyor; expanding strategies for agenda setting research, en Journalism Quarterly, vol LXIX (4), 1992.
43- HART Roderick P.: Seducing America how television charms the modern voter, Oxford University Press Nueva York, 1994.
44- Op. Cit.
45- ALVAREZ Gloria. Las encuestas de opinión como estrategias de comunicación en el mercado político. Universidad Pontificia Bolivariana, Facultad de Comunicación Social, Medellín, 1996.
46- Idem.
47- DEUTSCH Karl. The Analysis of International Relations (Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall, 1968).
48- SARTORI Giovanni. Teoría de la Democracia, el debate contemporáneo. Alianza Editorial, Madrid, 1988.
49- Op. Cit.
50- TOURAINE Alain. Comunicación Política y crisis de la representatividad. En El Nuevo Espacio Público, Gedisa, Barcelona, 1991.
51- WOLTON Dominique. La Comunicación Política. Construcción de un modelo. Incluido en El Nuevo Espacio Público, Gedisa, Barcelona, 1991.
52- Op. Cit.


SEMINARIO DE PERIODISMO JUVENIL: Una experiencia de construcción de ciudadanía juvenil


Fulvia Márquez
Corporación Región


Al pensar en unas palabras que expresaran y contaran la experiencia de 14 años del Seminario de Periodismo Juvenil, fue inevitable hacer una mirada al camino recorrido, de la década de los 90s hasta hoy, sobre todo por el significado que tiene que un espacio como el seminario haya logrado permanecer en un contexto tan complejo y adverso como el de nuestro país y en particular el de Medellín.

Las dos últimas décadas en nuestro país han hecho que sean las urgencias sociales, políticas y económicas, las que descubran y re-conozcan a la juventud como una población en crisis, tanto en el sentido de amenaza como de oportunidad. Por esta vía se ha sobrecargado a este sector de la población de sentidos y de expectativas diversas desde lo político y lo social bien contradictorias “o son lo peor o lo mejor del país”.

Es en medio de la guerra entre carteles del narcotráfico, en el ya largo conflicto armado donde en el escenario tanto rural como urbano, de grandes ciudades o pequeños municipios que hacen presencia y actúan diferentes actores armados y se vive una grave situación de pobreza, cuando aparece en escena a finales de la década de los años 80s, la juventud, ya no como estudiantes rebeldes, sino como delincuentes, sicarios, vulnerables, drogadictos, desempleados, en situación de desplazamiento, etc.

En este contexto tan complejo en lo político y económico de nuestro país, es en el que se inicia un recorrido en la construcción de las políticas públicas de juventud, primero surgen una serie de ofertas, de experiencias locales, desarrolladas en sus inicios fundamentalmente por ONGs y luego desde instancias gubernamentales, cuando a mediados de los 90s aparecen las primeras oficinas de la juventud en ciudades como Cali y Medellín. Desde muy diversas miradas y enfoques de intervención se empieza a atender a la juventud, predominando en la mayoría de los casos las miradas peligrosistas, estigmatizantes y el desarrollo de programas remediales, asistenciales o de choque. Esto ha llevado que desde diferentes instancias, estudios realizados y experiencias desarrolladas se conciba a los y las jóvenes como: a) Consumidores/consumistas (de modas, espectáculos, internet, etc,) de nuevos estilos de vida. b) Como simples objetos y receptores de políticas y programas que supuestamente tienden a mejorar sus condiciones de vida. c) Como “soldados de primera fila” de partidos y grupos políticos, de ejércitos legales e ilegales en conflicto armado, de circuitos ilícitos de consumo y mercadeo de drogas al servicio del narcotráfico y la delincuencia organizada.

Desde otras instancias y perspectivas se les ve como los salvadores, o como un sector poblacional que es necesario “integrar” a la sociedad, como sino fueran ya parte de ella, encontramos entonces que se les ve, como multiplicadores/mediadores/líderes de discursos y contenidos que se imparten en talleres y procesos diversos que desarrollan instituciones gubernamentales y privadas. De manera afortunada últimamente en el desarrollo y diseño de políticas y programas para diferentes organizaciones sociales e instancias gubernamentales, ya son sujetos de derechos, actores fundamentales para los procesos de desarrollo y de construcción de dinámicas cada vez más incluyentes y democráticas.[1] Lo desafortunado es que estos avances en enfoques y ofertas más acordes a la realidad juvenil, aún no logran incorporarse de manera decidida a las políticas sectoriales, a los planes de desarrollo de los gobiernos locales y a muchas experiencias de ONG y mucho menos a la Escuela.

De acuerdo con un estudio reciente de la CEPAL sobre la Juventud Iberoamericana igualmente se plantea, que, para comprender de mejor manera lo que ocurre con la juventud, es preciso entender que los y las jóvenes hoy viven con mayor complejidad que otros sectores de la sociedad una serie de tensiones y paradojas, es decir logran mayores niveles de estudio que sus padres, pero tienen menores posibilidades de acceder al mundo del trabajo, están más informados por el acceso a la nuevas tecnologías, lo que los hace más aptos para el cambio productivo, pero están más excluidos de este y de los espacios de poder, hoy son más receptores de políticas, pero menos protagonistas del cambio, y se mueven en una sociedad que plantea una expansión cada vez mayor de los consumos simbólicos, pero con una gran restricción al acceso del consumo material y finalmente se mueven entre el contraste de la autodeterminación a través de la organización y el protagonismo juvenil y entre la desmovilización y la fragmentación. (diapositiva problemáticas juveniles)

Estas pinceladas anteriores entonces es para contextualizar el surgimiento y desarrollo de la experiencia particular denominada SPJ. Y aquí comienza esta pequeña historia, que nace a principios de la década de los Noventa, como respuesta a esas dinámicas de violencia que saturaban los ambientes de ciudad, se buscaba urgentemente alternativas que brindaran luces para salir de la “crisis”. Recuerdo que era lugar común señalar a los jóvenes de sectores populares como protagonistas importantes de esa situación y por eso ahí se concentraron las intervenciones institucionales, las medidas coercitivas, los medios de comunicación y la preocupación de algunos investigadores. Medellín temía, intervenía y hablaba sobre los jóvenes de sus Comunas.

En 1992 desde la iniciativa de varias instituciones (DIAPOSITIVA INSTITUCIONES) quisimos ensayar un tipo de oferta que oxigenara un poco nuestra forma de relacionarnos y comprender a los jóvenes. Nos preocupaba además que esa violencia cotidiana que animaba los esfuerzos institucionales fuera reproducida exitosamente como pan caliente por ofertas culturales como los medios de comunicación juveniles, la radio, los periódicos, el cine y el video y por los medios masivos de comunicación. (Diapositivas fotografías seminarios)

Si queríamos arriesgar otras formas de mirar la ciudad, de acercarnos a las potencialidades y problemáticas juveniles, nos tocaba renunciar parcialmente a nuestras acostumbradas formas de hacer y retomar para ello uno de los lenguajes más apreciados y asequibles para los jóvenes: la imagen en movimiento, los procesos comunicacionales diversos, escritos, audiovisuales, etc. Se nos ocurrió entonces convocar a un evento de ciudad, el Seminario de periodismo juvenil, con el cual pretendíamos alternativas a la melcocha de violencias dispersas en las calles, en los medios, en la literatura de época, en los espacios deliberativos, en los modelos preventivos...Asunto que hoy pervive, con otros actores si se quiere más definidos y diseminados por todos los rincones de nuestra ciudad. (Diapositivas seminarios)

Desde entonces hemos convocado a las y los jóvenes que hacen medios de comunicación juvenil cada año con propósitos y acciones tales como:

Trabajar permanentemente en el fortalecimiento de un espacio de encuentro y de cualificación de las iniciativas de comunicación juvenil en la ciudad y en el país, haciendo de ellas una posibilidad didáctica y de promoción y reconocimiento de las expresiones juveniles, que se proponen la construcción de ciudad y ciudadanía.

Favoreciendo la reflexión con y entre jóvenes y adultos (comprometidos con los medios de comunicación), acerca de las condiciones sociales necesarias para que las diversas manifestaciones, sentires y necesidades de los jóvenes pudiesen ser escuchadas, negociadas y decididas de manera democrática por los actores involucrados en la construcción de las ofertas y las políticas públicas.

Dos razones centrales nos han movido para el desarrollo de esta experiencia: uno, para el Seminario de Periodismo Juvenil siempre ha sido fundamental conocer las múltiples posibilidades que brindan los medios de comunicación juvenil (Informar, recrearse, formar, cuestionar, proponer, participar, disentir...) para que desde ellos se pueda contribuir a los diversos procesos de construcción de ciudadanía y de convivencia, con un énfasis en el reconocimiento de los y las jóvenes como actores propositivos de la sociedad; Dos, la experiencia y las múltiples y permanentes reflexiones sobre la comunicación, la juventud, la educación, nos muestran cada vez con más fuerza que precisamente la comunicación no solo es, ni esta reducida a los medios de comunicación, sino que son muy diversas las formas y medios a las que recurrimos y en particular los y las jóvenes de nuestra ciudad para narrar, expresar la manera como construyen sus preguntas sobre el mundo y sobre si mismos, como crean interacciones, nos hablan de sus angustias, relatan sus propuestas, se resisten a la guerra, y le dan sentido a sus proyectos de vida.

Si bien, reconocemos que en el mundo actual, las nuevas tecnologías, el video clic, el ciberespacio, el hipertexto ha venido ganando fuerza en las nuevas generaciones, no podemos desconocer que existen otras muy diversas maneras de expresión a las que acuden los y las jóvenes para manifestar sus miedos, sentires, esperanzas, sueños, propuestas y contrapuestas, y que tienen que ver con lenguajes que han que parezcan muy tradicionales para algunos, son permanentemente recreados y validados por ellos y ellas, el lenguaje de la palabra convertida en poesía, música, danza, cuerpo escenificado, tatuado, desde las reflexiones hechas es posible reconocer estas distintas maneras de expresión, narración, que hoy las y los jóvenes de la ciudad tienen para hacerse sentir, ver, para oponerse, resistirse, proponer, construir, participar en la construcción de ciudad.

Planteados los propósitos, se hace necesario entonces exponer a esta alturas que entendemos o definimos la ciudadanía y la participación, que han sido búsquedas y apuestas del seminario, reconocer y potenciar las nuevas maneras como hoy muchos jóvenes hombres y mujeres ejercen y construyen la ciudadanía, y como crean sus propias propuestas de participación y de organización social.

Partimos de reconocer que la noción de ciudadanía esta relacionada con el concepto de nación, no se refiere únicamente a la ciudad, es una construcción social, cultural y política y tiene que ver con las relaciones de poder, donde hay preocupación y se tiene derecho a participar en los asuntos públicos. Pero también creemos que este concepto se ha venido ampliando como resultado del desarrollo social y civil del Estado democrático, que es reflejo a la vez del progreso civil (extensión hacia las mujeres y los jóvenes), social (Estado del Bienestar) y político (mecanismos de participación y representación más amplios y eficientes). Y que la ciudadanía se hace evidente en la socialidad; es la manera en que cada individuo se inserta en el mundo, participando del ámbito público en condiciones de igualdad. La vida social implica unos acuerdos mínimos sobre los cuales interrelacionarse y desarrollarse colectivamente, dando cabida a los proyectos individuales y colectivos, los cuales son llevados desde la dimensión política al ámbito de lo público por la vía de la socialización, la reflexión y la confrontación¡’ (diapositivas fotos Seminarios)

Estos tres modelos de ciudadanía (civil, política y social) son las que han estado presentes a lo largo del siglo XX, y aunque estas definiciones han venido operando de manera más o menos incluyente, por la vía de los hechos, ha generado terribles y dolorosas exclusiones, desigualdades e injusticias.

En el plano de la reflexión política-académica, expertas como Rossana reguillo nos planteas que “hoy se añade a las dimensiones ya planteadas, lo que desde el análisis cultural ha venido denominándose “ciudadanías culturales”, cuya virtud (y fortaleza) es que coloca en el debate aspectos que no fueron considerados en las otras dimensiones: la cultura como plataforma para la ciudadanía o en otras palabras, la consideración de las pertenencias y adscripciones de carácter cultural como componentes indisociables en la definición de la ciudadanía”[2].

Esta cuarta esfera, que aparece como un tema de discusión en la era de la sociedad global, tiene de un lado, la ventaja de volver visibles los olvidos y exclusiones de las etapas civiles y políticas en la configuración de lo ciudadano y, de otro lado, su irrupción en el debate ha permitido proyectar hacia el futuro los desafíos a los que habrá de enfrentarse la reconfiguración de la ciudadanía en el contexto de las migraciones masivas y de las diásporas que se diseminan hoy a lo ancho del planeta[3].

Hay suficiente evidencia para documentar el repliegue del Estado nacional de sus responsabilidades sociales, lo que contribuye a ensanchar la indefensión y vulnerabilidad de numerosos sectores de la sociedad a los que no les basta el cobijo de un territorio nacional ni los alcanza el beneficio de una política social compensatoria.

Si bien hemos hecho un recorrido lento durante estos 14 años indagando, reflexionando y construyendo metodologías sobre temas como la participación, la democracia, la responsabilidad, la comunicación, la convivencia, la ciudad, hoy en el seminario 14º nos hacemos junto a los y las jóvenes del seminario las siguientes preguntas: ¿Quiénes son los ciudadanos y ciudadanas de hoy?, ¿Cómo pensar la relación entre jóvenes y ciudadanía en este contexto? ¿Cómo entender las relaciones existentes hoy entre lo local y lo global? Es decir ¿que significa la formación y constitución de ciudadanías en épocas de globalización, desde la construcción de identidades locales?
(diapositivas por las preguntas jóvenes y las anteriores).

La participación y ciudadanía de los y las jóvenes está cambiando y en este aspecto encontramos también tensiones en relación a si los y las jóvenes hoy se les considera como protagonistas del cambio social y político o como sujetos de derechos y objetos de políticas. Diversos estudios en el país y la experiencia misma del SPJ muestran que cada vez existe mayores niveles de asociación juvenil de carácter informal y relacionadas con prácticas culturales la gran mayoría. Así mismo se observa que los medios de comunicación juegan una parte importante en las nuevas pautas de esta asociatividad juvenil y que existe una tendencia incipiente aún para opinar y participar en temas de interés público mediante la conexión a redes virtuales y una mayor tendencia a participar en redes de voluntariado y de organizaciones propias que en organizaciones políticas y en relación a esto se destaca el descrédito de las instituciones políticas y del sistema democrático manifestado incluso y de manera contundente por parte de los y las jóvenes. (diapositivas fotos)

Las organizaciones juveniles, así como sus expresiones y prácticas comunicativas, estéticas y culturales, pueden ser pensadas como nuevas formas de ciudadanías y de re- construcción de lo público, entendiendo así la ciudadanía desde la preocupación de un sentido compartido y común, y que esta se ejerce con especificidades, que exige reconocernos en esas diferencias para construir un proyecto político y social colectivo.

“Las organizaciones, los medios de comunicación juveniles se constituyen como tal, respecto a una necesidad, un problema, que un grupo de jóvenes percibe en el contexto en el que viven”[4]. Más allá de ser una manera de ocupar el tiempo libre o ser un simple “grupo de amigos”; “estos grupos que convocan a los y las jóvenes como amigo(as), pero en los que también se asoma un discurso, una postura, un proyecto (aunque muchas veces más intuido que reflexionado), constituyen un campo fantástico para generar experiencias de formación ciudadana”[5] y por ello la importancia vital y política que tiene una experiencia como el Seminario, que además facilita y propone el contacto entre diversos grupos y experiencias.

“En Colombia aún se está dando el proceso de consolidación de la cultura de la participación, en unos casos porque las personas no comprenden el verdadero significado de ‘participar’, y en otros porque son pocos los espacios creados y dados a conocer en este campo. La participación puede ejercerse a cualquier edad, no solo los mayores de 18 años tienen ese derecho, entre otras porque participar va más allá del concepto político o ejercicio de la democracia que permite votar o hacer parte de la toma de decisiones”[6]. Es este el ejercicio que cotidianamente hacen los jóvenes en sus grupos y en sus medios de comunicación, el solo reunirse, proponer temas, investigar, decidir colectivamente artículos, textos, formatos, imágenes, gestionar recursos, dialogar con sus públicos, argumentar sus propuestas públicamente, sentirse parte de y reconocidos ya sea en su comunidad o en su institución, de por si es un buen ejercicio de ciudadanía. (Fotografías seminarios)

En desarrollos de políticas locales se avanza en definiciones hechas a partir de algunas experiencias particulares, entre ellas el mismo SPJ, donde afirman que: “Por participación vamos a entender la acción de hacer parte de la toma de decisiones y las formas como los y las jóvenes desde sus prácticas y modos de estar en el mundo, transforman y construyen realidades e inciden con decisión y actitud consciente sobre la sociedad. Entendida también la participación como práctica intencionada y consciente, desde la cual los y las jóvenes asumen posturas reflexivas y críticas frente a lo que sucede en su entorno, y desde la cual se ejerce incidencia en la construcción de lo público. Entendiéndose lo público como el espacio de relaciones e interacciones sociales y simbólicas donde los sujetos y los grupos humanos pueden asumir y ejercer su condición de ciudadanía, apropiándose de una capacidad argumentativa y de un discurso que le permite cuestionar y proponer nuevos proyectos que dinamicen marcos jurídicos y legales para incidir en las políticas públicas desde la pregunta por la participación juvenil”.[7] Y desde otros estudios, se refuerza este concepto cuando se afirma que "... la participación está ligada a lo social, al reconocimiento del otro en su legitimidad como diferente, por lo tanto a la construcción de la democracia en donde nos encontramos para trascender de nuestros intereses individuales a los colectivos. De este modo, la participación hace parte de las características superiores del ser humano, le permite reconocerse como un actor social de la comunidad a donde pertenece. Para participar de forma “madura” se requiere entonces tener conciencia de si mismo y del grupo que lo contiene.”[8]

En estas definiciones se enmarca entonces la experiencia de SPJ y
(Diapositivas sobre los procesos que se desarrollan o se han desarrollado: SPJ, Cátedra, grupo de apoyo, investigación, maestros)
Por ello: La idea de “La Comunicación como proceso, como mundo de vida, y como Herramienta Pedagógica”, tiene que ver con que pensemos en las posibilidades que ofrece la existencia de identidades, formas de expresión y representación del mundo muy diversas entre nosotros, todas ellas coexistiendo de manera no siempre armónica por supuesto, buscando eso sí, que nos acerquemos cada vez más hacia una posibilidad de creación de ambientes donde el reconocimiento y el respeto por el otro, lo otro, la capacidad de escucha y ejercicio de la palabra, de la expresión estética, corporal, visual nos permita la construcción de espacios de convivencia y de vida más amables, creativos y propositivos.

Sabemos que no basta con que tengamos buenas herramientas o buenos medios para que efectivamente se presenten diálogos sinceros en la sociedad; para este requerimos comunicadores de verdad, comunicadores como constructores de puentes entre bandos en discordia, comunicadoras como programadoras de encuentros entre sujetos distanciados, comunicadores que hacen de abridores de entendimientos, como profetas de la verdad y denunciantes de la infamia, comunicadores o comunicadoras, pedagogos comunicadores, en fin, maestros y maestras que ayudan a tejer con tino y con paciencia la red con que se han de cobijar en hermandad todos los seres humanos sin excepción.
[1] Ver para ello: Plan Estratégico de Juventudes 23003-2013 de Medellín, Plan decenal de Juventud Bogotá...., y la Política Nacional de Juventud: Bases para el Plan Decenal de Juventud 2005-2015.
[2] Reguillo, Rossana. Ciudadanías y jóvenes en América Latina. Cidpa.......
[3] Ibid
[4] Escobar, Manuel Roberto y otros. ¿De Jóvenes? Una Mirada a las Organizaciones Juveniles y a las Vivencias de Género en la Escuela. Fundación Restrepo Barco. Bogotá D.C. Octubre 2004.
[5] Dueñas, Claudia, “Los grupos Juveniles como u Espacio de Educación Ciudadana, en: Revista Tarea, Nº 45, Lima abril del 2000.
[6] Colombia Joven, ICBF, GTZ y UNICEF. “SITUACIÓN ACTUAL Y PROSPECTIVA DE LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD EN COLOMBIA”.D.C. Noviembre del 2004. página www.colombiajoven.gov.co
[7] ALCALDÍA DE MEDELLÍN, Subsecretaría de Metrojuventud. Fundación Universitaria Luis Amigó y Corporación Ser Humano. Plan Estratégico de Juventudes 2003-2013, Medellín Octubre del 2003. p. 85.
[8] Colombia Joven, ICBF, GTZ y UNICEF. “SITUACIÓN ACTUAL Y PROSPECTIVA DE LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD EN COLOMBIA”.D.C. Noviembre del 2004. página www.colombiajoven.gov.co

EL BIEN COMÚN: PRINCIPIO BÁSICO DEL PERIODISTA Y DEL FUNCIONARIO PÚBLICO

Por
Roger Vélez Castaño



Si en algo nos parecemos los políticos, los funcionarios públicos y los periodistas, es en la disposición que debemos tener para el servicio que genere bienestar colectivo. La esencia de nuestra misión está en la comunidad con sus necesidades y sus satisfacciones, en sus problemas y sus soluciones, y en sus tristezas y sus alegrías.

Pero cuando los medios de comunicación son tan importantes, la comunidad real -por la cual políticos, funcionarios públicos y periodistas podemos hacer algo para satisfacer expectativas concretas que generen bienestar y calidad de vida-, sólo existe por su presencia en esos medios.

El poder que representan los medios se hace evidente en la importancia que le dan políticos, funcionarios públicos y comunidad. Todos los medios -los impresos, hablados y audiovisuales, los masivos y tradicionales, y los alternativos y sectoriales- son una ventanita al mundo. Pero no todos creemos en que todos los medios tienen ese poder.

Por la historia y la tradición de los medios, especialmente los audiovisuales, nuestra mente está acostumbrada a la lógica de ver y creer lo que esa “ventanita” muestra del otro lado del orbe. Es sencillo tener acceso a las culturas más alejadas, las cuales conocemos más que las propias. Es que, todavía, muy pocos creemos en el potencial de esa “ventanita” para mostrarnos lo que pasa a nuestro alrededor.

Cuando un impreso sectorial, una emisora comunitaria o un canal de televisión local, tienen en claro ese potencial, y se preparan conceptualmente a darle el verdadero valor a esa “ventanita” que hace que exista la realidad -especialmente la del entorno-, entonces empiezan a crear el paradigma de la "aldea real", evolución necesaria para nuestro propio y particular desarrollo que habíamos soslayado bajo la certeza de la “aldea global”. Hacia esa realidad están volviendo sus ojos, sus sentidos, su pensamiento y su atención nuestros comunicadores –los profesionales y los naturales-, porque han descubierto que así ha de ser para poder ser protagonista de la propia felicidad.

Es cierto que no se puede negar la “aldea global” porque ella, además, significa la integralidad necesaria para no rezagarse ante el desarrollo. Pero tampoco pueden intimidar la globalización, la macroeconomía y la geopolítica, aunque tengan tanto poder decisorio sobre el devenir de nuestra sociedad. Especialmente ahora -con la importancia que políticos, funcionarios públicos, comunidad y comunicadores profesionales y naturales le han dado a los medios locales y alternativos-, es posible participar en el desarrollo de los acontecimientos y las decisiones políticas y administrativas cercanas, que afectan a la comunidad en lo más elemental y en sus necesidades básicas y ciudadanas más importantes.

Pero, además de reivindicar el valor de lo local, lo alternativo y lo comunitario, hay que estar seguros de la importancia de participar... Y para participar conciente e inteligentemente, hay que saber.

El conocimiento que nos brinda la información veraz, oportuna, sencilla, precisa, exacta, profunda y en contexto, de lo que acontece a nuestro alrededor, es fundamental para participar. Allí es donde es esencial un medio con la perspectiva clara de la ciudad y sus ciudadanos.

Cuando un periódico y un programa de radio o televisión se asumen como medio social y comunitario, además de educativo, cultural y entretenido, es porque tienen en claro que sus contenidos deben estar encaminados al bien colectivo de ciudadanos de carne y hueso.

La salud, la educación, el empleo, la seguridad, la vivienda, la cultura, la recreación, el deporte, los servicios públicos, las obras públicas, el medio ambiente sano y el disfrute del espacio público, son necesidades de la comunidad y preocupaciones de los administradores que son elegidos para que elaboren políticas, programas, planes y proyectos, que les satisfagan esas necesidades a la comunidad.

Es aquí donde se encuentran la política, la administración pública y la comunicación. En el papel que pueden desempeñar para satisfacer y solucionar las necesidades y los problemas de una comunidad concreta que existe porque se lee, se oye y se ve en un medio que le reconoce toda la importancia.

Por un lado, el bien colectivo es un principio inherente a los tres.

De otro lado, y esto es lo práctico, la comunicación es el instrumento que pone en contacto al administrador con su comunidad. Es el canal que facilita el diálogo, la participación y, por ende, la democracia.

Voy a mencionar tres escenarios que nos permiten tener una idea clara del éxito o el fracaso de la comunicación en el desarrollo social, pensando especialmente en las necesidades específicas de la comunidad.

En el primero, el menos exitoso, se ha soslayado el diálogo. Las administraciones han ignorado la opinión de la comunidad y simplemente le han informado decisiones adoptadas unilateralmente que han terminado en disputas, en dificultades para concluir la obra decidida y en pérdida de respeto y de credibilidad en la administración pública y en la política.

En el segundo, la comunicación enarbola la causa antioficialista, y arremete contra las decisiones administrativas basada en los gustos, las creencias y las opiniones de la “comunidad”, y no en la información completa. Algunas veces, las intuiciones resultan verdaderas. Pero a todos nos queda en claro que no es responsable informar sin certeza. Muchas veces son los intereses particulares -políticos o económicos- de algunos líderes y miembros de la comunidad, los que se sobreponen a los intereses colectivos.

Este es un escenario en el que la comunicación tiende a volverse contestataria e injusta con la administración, porque “dispara y después pregunta”. La confirmación y la imparcialidad no son aquí dos cualidades de la comunicación responsable. El presupuesto de este tipo de comunicación es que todo lo oficial es malo, politiquero y corrupto.

El tercer escenario, que quiero presentar como cercano a la verdad –principio básico del Periodismo, tan importante como el del bien colectivo-, es el del punto de encuentro, del diálogo, de la participación y de la democracia en el sentido más pragmático, el cual permite que haya convicción, confianza, credibilidad, concertación, satisfacción y sentido de pertenencia con la decisión, que va de la mano con el desarrollo que genera bienestar para todos.

Aquí la comunicación es fundamental. Las decisiones que afectan a los ciudadanos, no son tomadas por técnicos, políticos o burócratas que desconocen la realidad de la ciudad.

La capacidad de participar conciente e inteligentemente en las decisiones, consecuencia del conocimiento que brinda la información profusa y oportuna que emite un medio de comunicación con claro sentido del valor de lo público, convierte al ciudadano en protagonista de su propia felicidad.

Es bueno aclarar que cuando hablamos de lo público, de televisión pública, por ejemplo, no nos estamos refiriendo sólo a lo estatal. Estamos hablando de la televisión social, educativa y cultural, regida por el principio del bien colectivo. Claro que también nos debe quedar en claro que ni a la televisión privada ni a la comercial les interesa cumplir con el propósito social que caracteriza a la televisión pública. Esa conciencia social es sólo de la televisión oficial o institucional, aunque depende en su concreción de que el administrador público de turno tenga definido el concepto de comunicación para la participación, para la democracia y para el desarrollo. Lo mismo pasa con el periódico, la radio o la televisión comunitarias. El rótulo no garantiza el fin público. Hay quienes disfrazan con la etiqueta el ánimo de lucro y el Interés particular social, corporativo o político.

Como me pidieron reflexionar con base en el referente de Telemedellín, como experiencia de comunicación que unió a los cuatro actores de esta exposición (política, administración pública, comunidad y comunicación), debo contar que quisimos promoverlo como muestra de comunicación audiovisual pública pensada y desarrollada para facilitar el encuentro entre el Estado y la Ciudadanía.

Su programación, en general, estaba diseñada para mantener bien informada a la comunidad sobre acontecimientos de interés general, sobre los hechos de su entorno y de su ciudad para que la conocieran, la vivieran y la aprehendieran, y sobre las políticas de Estado, Plan de Desarrollo, programa de gobierno y decisiones y hechos administrativos que la afectaran.

Su carácter formativo se evidenciaba no sólo en sus programas de género educativo y cultural. El énfasis estaba puesto en el tono pedagógico que queríamos imprimirle a la presentación de los diferentes hechos de interés social, con la finalidad de interpretar, orientar, ayudar a entender y promover la construcción de una cultura de la participación conciente, tanto en la veeduría y el control de la función pública, como en la toma de decisiones.

Algunos se quedaron en la posición facilista de referirse a Telemedellín como canal del régimen o canal oficialista. Mientras tanto, un buen segmento de la comunidad, sin prejuicios y agradecido, percibió la búsqueda permanente de una programación para mostrar, enseñar, vivir y gozar la ciudad. Percibió la construcción de un puente que iba directo desde las decisiones gubernamentales hasta los efectos sociales y, en sentido inverso, que venía directo desde los problemas, necesidades y opiniones de la comunidad, hacia los oídos, el análisis y la ponderación del gobierno.

Como una cosa son la intención y los buenos deseos, y otra la capacidad estratégica de concretar la misión, la visión y los objetivos propuestos, decidimos medir los procesos y los logros. Fue, entonces, la empresa Napoleón Franco y Compañía la que realizó una investigación entre los televidentes de Teleantioquia (63%), Señal Colombia (5%), Canal U (3%), Televida (2%) y Telemedellín dando como resultado que el 74% en promedio asociaba al canal con los siguientes atributos y beneficios referentes a la ciudad: "Cultura y respeto por mi ciudad (83%), "Enseña cosas de mi ciudad" (83%), "Es cercano, oportuno y habla de problemas de ciudad (79%), "Permite a los ciudadanos participar y opinar" (76%), "Mejor información de la ciudad" (76%), "Disfrutar el espacio público para todos" (73%), "Alto compromiso social" (69 %) y "Está al servicio de la comunidad" (56%)

Finalmente, se demostró la posibilidad de hacer televisión pública local al servicio de la comunidad. Ese tenía que ser el resultado lógico cuando se es coherente en el pensamiento y en la acción con el objetivo del Estado y de la administración pública local, en particular, en ejecutar con eficiencia, eficacia y economía todas las acciones de comunicación en beneficio de la comunidad.

Precisamente, en el estudio de Napoleón Franco y Compañía, entre los 10 primeros lugares aparecieron los programas que informaban sobre el entorno y los acontecimientos que afectaban a los habitantes de la localidad, y que permiteron la participación y el diálogo directo con la Administración: "Telemedellín Noticias" (77%), "Los conciertos y los especiales sobre hechos políticos, administrativos y de ciudad" (32%), "De Norte a Sur" (31%), "Alcalde en la Noche" (26%), "Operación Ciudad" (25%) y "Alcaldía al Aire Libre" (19%).

Paradójicamente, los temas y programas que entre algunos sectores generaron la crítica frente al “oficialismo”, fueron los temas y los programas que más se conocieron y se sintonizaron.

Lo anterior quiere decir que los temas “oficiales” que son inherentes a la administración pública, y que naturalmente tienen que responder a las demandas sociales y comunitarias, sí atienden a la necesidad de un foro abierto en el que sean efectivas la participación de la comunidad y las respuestas de los administradores públicos y el sector político que representan.

En consecuencia, la prensa, la radio y la televisión de carácter público (que buscan satisfacer el interés colectivo) sí son un instrumento fundamental para el desarrollo de la democracia y, por ende, el crecimiento social, político y económico de las comunidades. En este sentido, la comunicación puede convertirse en aliado del político que busca ser administrador público o gobernante, en su acepción estricta de “un defensor de los derechos de los ciudadanos y un trabajador incansable para alcanzar la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos”.

Poner la comunicación al servicio altruista que la defensa de los derechos y las satisfacciones ciudadanas significan, puede ser considerado como paradigma y no como objeto de crítica. En realidad, el esfuerzo mutuo de la política, la administración pública y la comunicación con el fin de generar bien común y calidad de vida, no resiste la ligereza de lengua de algunos que no conocen sino una orilla.

COMPROMISO SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD EN LA FORMACION DE AGENTES PARA LA COMUNICACIÓN.

Por: Luis Erney Montoya Gallego
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Muchos de los actuales comunicadores somos herederos de un pensamiento mundial según el cual la comunicación fue el “paradigma cultural del siglo 20”, siglo que acaba de pasar y ha dejado una tradición y múltiples innovaciones, teorías y tecnologías que siguen actualizándose permanentemente.

La afirmación de que la comunicación fue el “paradigma cultural del siglo 20” tuvo su principal sustento en que gracias a la técnica cada día es facilísimo comunicarse. En efecto, el teléfono, la radio, la televisión, la prensa, el internet nos llevan lejos con una rapidez que aún nos sorprende. Otros, inclusive, no dudaron en afirmar que los medios de información, desarrollados hasta lo increíble, constituyen el “cuarto poder”, un poder indiscutible del que da fe la expresión –también surgida el siglo pasado- “solo es real lo que aparece en los medios de información”, afirmación –esta si- discutible.

Según esto, el hecho de que la comunicación se haya convertido en el paradigma de nuestra cultura se debe, por lo visto, a la innovación tecnológica. Sin embargo, aunque hay que reconocer que la comunicación es un logro de nuestro tiempo, es más que nada la constatación de una necesidad de nuestra limitada naturaleza, según las reflexiones de Victoria Camps. Cabe aquí formular varios interrogantes, también de la mano de Camps:

¿Lo que nos quieren vender como comunicación, es real? ¿No será más bien un simulacro, un mito, un ídolo propio de un mundo sin dioses?

Es cierto que los medios de comunicación y de información nos ayudan a comunicarnos más, pero sólo en cierto sentido, porque lo que están mostrando los hombres y mujeres de hoy son claros síntomas de incomunicación. Prueba de ello son el individualismo feroz, la ausencia de verdaderos lazos afectivos; la sordera social, el ruido, la incomprensión; fenómenos que nos demuestran que más bien estamos asistiendo a un mundo de incomunicación e incomprensión. La comunicación y la comprensión entre los humanos no ha mejorado por el hecho de que las comunicaciones sean más rápidas y fáciles.

No quiere decir, entonces, que los medios de comunicación y de información sean perjudiciales. Más bien, el uso que hace la gente de esos medios pueden producir efectos positivos o negativos. El alcance y la diversidad de estos medios accesibles a la gente son asombrosos: libros y periódicos, televisión y radio, películas y videos, grabaciones y comunicaciones electrónicas transmitidas por internet, ofrecen contenidos de una vasta difusión que van desde las noticias rigurosas al mero entretenimiento, desde la oración hasta la pornografía, desde la contemplación hasta la violencia. Así, entonces, la gente, dependiendo de cómo usa los medios de comunicación social, puede aumentar su empatía y su compasión o puede encerrarse en un mundo narcisista y aislado, con efectos casi narcóticos.

Por eso, creemos que los medios de comunicación social no hacen nada por sí mismos; son únicamente instrumentos, herramientas que la gente elige utilizar de un modo u otro.

Es en este contexto donde se hacen necesarios los procesos de análisis critico, comprensión y formación de agentes de la comunicación con criterios sólidos sobre la realidad de la comunicación social, la comunicación alternativa, comunitaria y popular. Y es aquí donde surge el llamado a la universidad, como centro de formación académica. Y es que, al decir de Antanas Mockus, es necesario acentuar la relación de la Universidad con la “academia”, con la formación y la investigación, reconociendo que la universidad no es solo eso, pero que primordialmente es eso. Y si consideramos otra de las funciones universitarias, nos encontramos con la extensión universitaria, la proyección social o el servicio a la comunidad, desde donde se puede materializar lo que he llamado el compromiso social de la universidad en la formación de agentes para la comunicación.

Las universidades tienen la posibilidad -y el deber, diría yo- de promover procesos de formación en comunicación para unos públicos que de otra forma no tendrían acceso a tales procesos; me refiero a los jóvenes, los campesinos, los lideres comunitarios, entre otros. Las universidades tienen la tradición, el talento y los medios para adelantar dichos procesos.

Como una muestra de ello, me permitiré ilustrar dos de las experiencias de la Universidad Católica de Oriente en este sentido.

Servicio Educativo Rural –SER-

En sólo tres años, lo que parecía un sueño se convirtió en una alentadora realidad: cerca de mil campesinos de los municipios más necesitados del Oriente Antioqueño cursaron sus estudios de Básica Primaria y Básica Secundaria, y así vieron realizar su anhelo, siempre latente, de superación y de capacitación. Esto mencionando solo el proceso adelantado en cinco de los municipios más pobres de Antioquia, como Argelia, Cocorná, Nariño, San Francisco y San Luis, y sin contar las demás regiones del país donde se ha implementado y se sigue implementando la estrategia.

El SER es una estrategia de formación de jóvenes y adultos campesinos o habitantes de zonas rurales avalada por el Ministerio de Educación Nacional y el Programa de Educación Rural –PER-, mediante la cual estos sectores pueden desarrollar los diferentes niveles de la educación básica con una metodología diferente a la convencional, validada por las comunidades rurales, fundamentada en varios componentes como el dialogo de saberes, la pedagogía del texto, los proyectos escriturales comunitarios, las unidades básicas de aprendizaje –UBAP-, la mediación pedagógica y la organización de núcleos veredales con un tutor de la misma comunidad, y los encuentros en los propios sectores y en el tiempo concertado por los estudiantes sin generar el desplazamiento de sus veredas hacia el casco urbano u otros sitios separados de sus viviendas.

Además de los contenidos propios del curriculo de la Educación Básica, los estudiantes complementan sus saberes para la formulación y ejecución de proyectos productivos acordes con la realidad de sus veredas y de sus municipios, y reciben capacitación como Extensionistas Comunitarios en varios campos, como Agricultura Limpia, Promoción en Salud y Comunicación Comunitaria.

En el caso particular del proyecto “Campo al Campo”, el Servicio Educativo Rural –SER- logró la capacitación de 90 extensionistas comunitarios que tuvieron la oportunidad de apoyar sus conocimientos formales mediante la educación no formal, y a su vez fueron co-formadores, con los equipos locales, de los restantes 360 compañeros.

Varios de los extensionistas y animadores ejecutaron sus proyectos productivos (granjas integrales, producción limpia; vigías de salud, diagnósticos de vivienda sana...), y otros más se sumaron al mercado laboral que ofrece cada área en lo local. El proyecto de Extensionistas en Comunicaciones sirvió también para el fortalecimiento logístico de las emisoras comunitarias, empezaron la tarea de implementar salas de grabación, además de apoyar la redacción de los manuales de estilo y las juntas de programación.

La clave del Proyecto consistió en el empoderamiento del talento humano de las 58 comunidades donde funcionaba la propuesta. Cada municipio contó con el apoyo permanente de los Comités Locales de Educación Rural, quienes velaban por el óptimo desarrollo de la propuesta y por la coherente administración de los recursos.

En todo el proceso de formación integral, los propios protagonistas del proceso rescatan la unión familiar y comunitaria que se evidenció por las estrategias metodológicas (familias enteras y vecinos que se congregaban en UBAP), de padres y madres que comenzaron a apoyar los estudios de sus hijos (y a ser apoyados, también) y que paulatinamente recuperaban los espacios de diálogo y de afecto, además de otros factores agregados del Proyecto. Un ejemplo de ello es José Edgar Loaiza, de la vereda La Plata, en Argelia, quien con sus estudios en Campo al Campo descubrió – y la misma comunidad descubrió en él – capacidades que no creía tener, como la de liderar y gestionar procesos y la de convocar y dirigir reuniones. Como resultado de ello fue elegido presidente de la Junta de Acción Comunal.

Y varios años después de culminado ese proceso, hoy se siguen viendo los resultados favorables. Muestra de ello es la participación de varios extensionistas comunitarios en comunicación comunitaria de San Luis en el proyecto radial “Cultura y Convivencia: Radio, un lugar para la Diferencia”, que ejecuta el Ministerio de Cultura y la Oficina del Alto Comisionado para la Paz en 18 departamentos y 40 municipio de todo el país.

Específicamente en Antioquia el proyecto se lleva a cabo en el municipio de San Luis, donde la Universidad Católica de Oriente, por intermedio del Servicio Educativo Rural –SER- y del Proyecto Campo al Campo, se unió a la propuesta nacional para agilizar los procesos que tendrían como resultado la capacitación de cerca de 700 promotores de convivencia en lo local, y un colectivo radial conformado por 20 personas. Estos últimos promotores de cultura y convivencia también fueron capacitados en producción radial, y al final abordaron los seis conflictos no violentos más representativos de la localidad en doce producciones radiales de excelente calidad.

Después de una fase de planeación e investigación, el colectivo definió los temas que abordarían, como los continuos accidentes en la autopista Medellín Bogotá, la mendicidad incipiente que se presenta en esta zona, el incesto, las relaciones sentimentales entre los militares y las mujeres (que tienden a desestabilizar familias y hogares), la educación y formación de los hijos en los tiempos actuales, la reubicación de los venteros del parque principal de San Luis hacia una plaza de mercado, y el detrimento de las costumbres ancestrales ligadas con la tradición católica (como rezar el rosario…) por culpa de la atracción influyente de la televisión.

En esta experiencia participaron, entonces, los tutores y el facilitador municipal del SER en San LUis, y los jóvenes y adultos Extensionistas en Comunicación Comunitaria que se capacitaron gracias al Proyecto Campo al Campo.

Es una experiencia grata, porque los doce programas radiales entraron a conformar el banco de producciones radiales que el Ministerio de Cultura, con la serie “Bárbara Charanga”, transmite en los 18 departamentos y en los más de 40 municipios que hacen parte de la propuesta, con miras a la consolidación de la cultura, la convivencia, la ciudadanía, la tolerancia, lo público y el respeto a la diferencia en todo el territorio nacional.

Vemos, pues, como un considerable grupo de jóvenes y adultos campesinos de los municipios más necesitados del Oriente Antioqueño han visto como su cotidianidad ha cambiado con la llegada de Campo al Campo, un Proyecto de la Diócesis Sonsón Rionegro, cofinanciado por la Conferencia Episcopal Italiana (con recursos del pueblo italiano), la Universidad Católica de Oriente y las comunidades locales, y cordinado por la UCO, su Colegio Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, y los Comités Locales de Educación Rural de los cinco municipios.

A manera de referencia, reseñamos el cuadro de la primera promoción de Básica Primaria.

SERVICIO EDUCATIVO RURAL SER - PROYECTO CAMPO AL CAMPO
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE ORIENTE

MUNICIPIO
CERTIFICADOS
Hombres
Mujeres
Mayores
Menores
ARGELIA
122
65
57
97
25
COCORNÁ
154
43
111
136
18
NARIÑO
73
33
40
17
56
SAN FRANCISCO
81 (17 en Aquitania)
32
49
13
68
SAN LUIS
143
64
79
117
26
TOTALES
573
237
336
380
193


573 certificados de 33 centros veredales

41.4% hombres; 58.6% mujeres
66.3% mayores de edad; 33.7% menores de edad.

(Fuente: Centro de Información y Comunicación Educativa Rural CICER, Centro Santa María - Formación y Extensión Rural y Campesina).


Semillero de Periodismo Juvenil.

Es otro proceso de formación iniciado por la Universidad Católica de Oriente, por medio del Colegio Monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, el Departamento de Comunicaciones y la emisora Sinigual F.M. Estéreo. El proceso comenzó con un pequeño semillero de periodismo, conformado por estudiantes del Colegio MAUJ. Se les viene ofreciendo capacitación en comunicación social: prensa, radio y televisión. Los estudiantes, por medio de un concurso, definieron el nombre del semillero, que se denomino Grupo de Comunicaciones Descomplícate.
El grupo se subdividió en unidades: Prensa, Radio y Televisión. El mas adelantado es el de radio, que comenzó con un programa en el sistema interno de audio del colegio, y después de su fortalecimiento recibió un espacio semanal en el informativo institucional de la UCO (Universidad al Día). El subgrupo de Prensa comenzó con la edición de hojas informativas y ya cuenta con un periódico semestral. Y el de televisión posee un espacio en el magazin de la UCO (Universidad al Día T.V.).

Después surgió la iniciativa de crear un espacio para la reflexión sobre el periodismo como medio de expresiones juveniles. Nació, así, el Seminario Regional de Periodismo Juvenil, que se convirtió no en el comienzo de un proyecto, sino más bien la continuación de un proceso y la materialización de un sueño. El primer seminario se llevo a cabo en octubre de 2004, y sirvió para fortalecer los espacios para estudiar el tema de la comunicación y el periodismo, para compartir las experiencias de quienes llevan un importante camino recorrido, una oportunidad para realizar algunas experiencias en radio, televisión y prensa escrita, y un pequeño colectivo para investigar la incidencia de los medios y sus mensajes en la sociedad.

Eso es lo que estamos haciendo y lo que queremos continuar, inclusive con jóvenes de otras instituciones. Ampliar los escenarios para que los jóvenes expresen lo que sienten, lo que piensan, lo que viven; en fin, hacer parte del cambio de mentalidad que surge en el paso de un siglo XX -asombroso por el avance de la tecnología y por los conflictos que de alguna manera hemos conocido y vivido- a un siglo XXI –dominado por la incertidumbre de lo que vendrá-. Estamos siendo partícipes de un nuevo orden que nos invita a ser miembros activos de una sociedad que busca, desesperadamente, vida en su interior para poder sostenerse; ahora, a través de todos los estamentos estatales o privados, los jóvenes están llamados a evitar que esa vida se extinga; en otras palabras, están llamados a participar, a brindar soluciones, a buscar salidas; somos parte de un contexto para el que contamos y para el que nos cuentan; si estamos siendo parte del problema, ¿por qué no hacer parte, por nuestra iniciativa, de la solución?

La participación es una invitación a ello, la participación es un compromiso por lo que nos hace falta; está consagrado por el Estado en constitución y leyes, pero el Estado no puede solo; es más: nosotros también somos Estado y Nación, hacemos parte de un país que está contando con nosotros para que seamos quienes construyamos, desde ya, los horizontes que mañana serán el sendero por el cual transitaremos.

Y si hablamos de participación juvenil, hablamos entonces de juventud; entendemos por juventud un grupo poblacional con influencia, enorme influencia, en el presente y en el futuro de la sociedad, que puede asumir responsabilidades y funciones en el progreso de la comunidad colombiana. Estamos llamados a propiciar espacios en donde se pueda disponer del uso creativo del tiempo. La participación es condición esencial para que los jóvenes sean actores de su propio desarrollo, para aprender a convivir, a dialogar y a ser solidarios en la vida en comunidad y para que como grupo puedan proyectar una capacidad renovadora en la cultura y el desarrollo de la región.

Queremos que los jóvenes mismos hagan de su potencial dormido un verdadero liderazgo; y el líder está donde quiere estar. Y Colombia necesita de ellos. Entonces, hacen falta jóvenes que empujen a su sociedad en la búsqueda de canales de comunicación que permitan, directa o indirectamente, el desarrollo de alternativas de participación.

No es suficiente con estar en un aula de clases y ser el mejor estudiante; la sociedad requiere de personas comprometidas con el entorno; muchos se han convertido en simples espectadores de la vida que creen que la juventud es eterna y que rendirá para rato; es, entonces, el momento de decirles a ellos que la juventud tal vez podrá sentirse eterna, pero no por eso hay que dejar de actuar ahora: de lo contrario, esa juventud estará comenzando a vivirse cuando las oportunidades hayan pasado, lo que impedirá que esa juventud sea juventud; un absurdo lógico, a todas luces.

Llega entonces el momento de plantear una serie de soluciones. Nosotros tenemos una alternativa; tan sólo una de tantas, el periodismo juvenil; el periodismo estudiantil que se convierte en un trabajo dentro y fuera del aula, una forma de participación muy extendida en la actualidad. Un verdadero periodismo juvenil implica periodismo nuevo; los jóvenes, con un espíritu de cambio y una mentalidad revolucionaria, no hacen otra cosa que ver, con ojos soñadores, un mundo diferente; sin embargo, no por eso pueden alejarse de la realidad, deben tener los pies bien firmes sobre la tierra y la mirada en la meta que han soñado.

Es así como se plantea la necesidad de un periodismo que sea a la vez crítico, alegre y veraz. Un periodismo con libertad de expresión, sin la cadena de las cadenas, es decir, libre del infernal monopolio de los que tienen el poder de hacer y de no hacer en los medios de comunicación. Eso es lo que pueden adelantar en las instituciones a partir de las reflexiones que surgen eventos como el presente Seminario. De estos espacios debe que surgir una comunicación nueva, un periodismo nuevo que construya y consolide valores.

Un periodismo que no haga líderes hechizos, simples hombres y mujeres repetidores de la realidad, sino que haga líderes auténticos, con estructura humana, con valores de región y de patria, con solidaridad social, con conciencia del deber. Asumir un periodismo así, no es fácil.. Queremos y creemos que muy pronto, cuando sean muchos los jóvenes que tengan ideas similares y no siempre iguales, que sería caer en lo mismo, lo lograremos.

Por eso, a todos ustedes, jóvenes del Valle de Aburra, los invitamos a tener una mentalidad y receptividad abiertas a las enseñanzas de quienes ya han recorrido un importante camino. Aquellos que nos enseñan que el periodismo existe para informar, para ayudar a entender y para transformar.

Para informar porque es un derecho de todo hombre y mujer saber lo que está ocurriendo en su país y el mundo; todos tenemos el derecho de saber la verdad; por eso los medios de información deben ser un espejo de la realidad, que ofrezca una imagen nítida y fiel, sin distorsiones, sin amplificaciones, sin reducciones.

El periodismo también existe para ayudar a entender porque debe brindar los porqués y los para qué, las posibles consecuencias y las causas de un hecho, las motivaciones subyacentes que están por debajo de lo evidente. El periodista debe ser una analista, que se apoya en la investigación.

Y el periodismo existe para transformar; por eso, un tercer nivel del periodismo es la pedagogía, porque al informar y ayudar a entender el periodismo forma o deforma. Por lo tanto, dentro de la misión expresa de un medio ha de estar la de ser formador, educador de sus lectores, oyentes o televidentes. Somos educadores no formales, sutiles, si se quiere, y esta sutileza nos impone una inmensa responsabilidad porque lo que decimos o escribimos entra en la mente y afecta los comportamientos de la audiencia.

Por eso, la invitación última que hacemos, es a que aprendamos de los otros, pero seamos nosotros mismos. Y es que si en algo nos parecemos es en que somos diferentes. Pero como personas humanas estamos llamados a romper con el aislamiento, el individualismo, el ensimismamiento y el egoísmo. Para lograrlo, debemos conjugar el verbo comunicar: yo comunico, tu comunicas, ellos comunican, todos comunicamos. Y todo comunica, en todo momento comunicamos. Por eso, seamos ejemplo.

Seguiremos adelante con este propósito, con el ánimo de motivar en nuestros jóvenes una reflexión enfocada hacia la cuestión esencial de los medios de comunicación y de información como materialización del progreso tecnológico, para que -gracias a los periódicos, programas de radio y de televisión, contenidos en internet- ayudemos a formar hombres y mujeres mejores, más maduros social y espiritualmente, más conscientes de su dignidad de personas humanas, más responsables, más abiertos a los demás, particularmente a los más necesitados y a los más débiles.